LA SEMANA EN POCAS PALABRAS
El sistema financiero continúa navegando una ola de liquidez, frente a un aceitado crecimiento de los depósitos y un avance todavía pausado del crédito. En este escenario, las tasas de interés siguen en baja, ubicándose en niveles similares a los de mediados de 2011, previo al stress financiero pre y post electoral. En tanto, el dólar en el mercado formal continúa con un deslizamiento suave, abriéndose una creciente brecha con los mercados informales, lo cual refleja que (pese a los controles) se mantiene latente la demanda de moneda extranjera.
En particular, los depósitos en pesos del sector privado registraron en marzo un crecimiento del 32,1% a/a, profundizando la aceleración que comenzó a vislumbrarse a partir de enero. Este dinamismo viene siendo motorizado por las colocaciones a plazo, que se expandieron a una tasa récord del 39,1% a/a, en un marco de controles cambiarios que limitan la posibilidad de acceder al dólar como alternativa de inversión y refuerzan la percepción de que -al menos en el corto plazo- el Banco Central podría mantener bajo control el ritmo de devaluación (los únicos depósitos que no crecen son los denominados en moneda extranjera, los cuales se mantiene estancados en torno a USD 12.000 millones desde comienzos de año).
En tanto, el crédito al sector privado se incrementó en marzo un 2,2% mensual (46,9% a/a), a un ritmo superior al de enero y febrero, pero todavía lejano al promedio del 2011 (3,4% mensual). Este comportamiento del crédito entremezcla una menor demanda de empresas y familias para operaciones de mediano y largo plazo (compra de vehículos, inmuebles e inversiones), junto con un ligero endurecimiento de la oferta de crédito. Este último fenómeno tiene lugar en un marco de incipiente incremento de la cartera irregular, la cual si bien todavía se encuentra en niveles históricamente muy bajos, ha vuelto a las entidades algo más exigentes y selectivas en el otorgamiento de financiaciones a individuos y determinados sectores económicos.
Ante este fuerte crecimiento de los depósitos y el lento avance del crédito, los bancos mantienen elevados niveles de liquidez, que han continuado presionando las tasas de interés a la baja. La tasa pagada por plazos fijos mayoristas (Badlar de bancos privados) alcanzó a comienzos de abril un 12,2%, con una caída de 5 puntos en lo que va del año. Paralelamente, las tasas de interés activas (es decir, aquellas cobradas por los préstamos) también han recuperado los niveles de mediados del año pasado, sobresaliendo el caso de la tasa de los adelantos en cuenta corriente, que cayó al 13%, marcando una contracción de casi 9 puntos en los últimos tres meses.
En el frente cambiario, los controles permiten al BCRA seguir administrando una devaluación pausada del peso y hacerse al mismo tiempo de un volumen importante de divisas. El dólar oficial mayorista pasó de $/USD 4,30 en diciembre a $/USD 4,38 en marzo, lo que equivale a un ritmo de devaluación anualizado del 7,2%.
Con una demanda aplacada del sector privado (tanto por los controles a la compra de dólares para atesoramiento como para importaciones), el BCRA se alzó en marzo con USD 1.500 millones en el mercado de cambios, totalizando casi USD 3.600 millones en lo que va del año. Las reservas internacionales, no obstante, muestran un crecimiento sensiblemente menor (USD 900 millones), entre otras cosas, debido a la cancelación de deudas con el BIS y otros bancos tomadas durante las tensiones financieras de fines de 2011.
Finalmente, pese a la calma en el mercado cambiario oficial, creció fuerte en marzo el spread con los tipos de cambio paralelos. El tipo de cambio implícito en activos (o “contado con liquidación”) registró un fuerte crecimiento, pasando de $/USD 4,77 a fines de febrero a un récord de $/USD 5,36 a comienzos de abril. Así, la brecha respecto del tipo de cambio oficial más que se duplicó, superando el 20%. El dólar informal, en tanto, también mostró un crecimiento importante, trepando actualmente a $/USD 4,9. Estos movimientos dan cuenta de una mayor avidez de los inversores por posicionarse en dólares tanto en el país (dólar “blue”) como en el exterior (contado con liquidación), evitando los controles impuestos por el gobierno.
El sistema financiero continúa navegando una ola de liquidez, frente a un aceitado crecimiento de los depósitos y un avance todavía pausado del crédito. En este escenario, las tasas de interés siguen en baja, ubicándose en niveles similares a los de mediados de 2011, previo al stress financiero pre y post electoral. En tanto, el dólar en el mercado formal continúa con un deslizamiento suave, abriéndose una creciente brecha con los mercados informales, lo cual refleja que (pese a los controles) se mantiene latente la demanda de moneda extranjera.
En particular, los depósitos en pesos del sector privado registraron en marzo un crecimiento del 32,1% a/a, profundizando la aceleración que comenzó a vislumbrarse a partir de enero. Este dinamismo viene siendo motorizado por las colocaciones a plazo, que se expandieron a una tasa récord del 39,1% a/a, en un marco de controles cambiarios que limitan la posibilidad de acceder al dólar como alternativa de inversión y refuerzan la percepción de que -al menos en el corto plazo- el Banco Central podría mantener bajo control el ritmo de devaluación (los únicos depósitos que no crecen son los denominados en moneda extranjera, los cuales se mantiene estancados en torno a USD 12.000 millones desde comienzos de año).
En tanto, el crédito al sector privado se incrementó en marzo un 2,2% mensual (46,9% a/a), a un ritmo superior al de enero y febrero, pero todavía lejano al promedio del 2011 (3,4% mensual). Este comportamiento del crédito entremezcla una menor demanda de empresas y familias para operaciones de mediano y largo plazo (compra de vehículos, inmuebles e inversiones), junto con un ligero endurecimiento de la oferta de crédito. Este último fenómeno tiene lugar en un marco de incipiente incremento de la cartera irregular, la cual si bien todavía se encuentra en niveles históricamente muy bajos, ha vuelto a las entidades algo más exigentes y selectivas en el otorgamiento de financiaciones a individuos y determinados sectores económicos.
Ante este fuerte crecimiento de los depósitos y el lento avance del crédito, los bancos mantienen elevados niveles de liquidez, que han continuado presionando las tasas de interés a la baja. La tasa pagada por plazos fijos mayoristas (Badlar de bancos privados) alcanzó a comienzos de abril un 12,2%, con una caída de 5 puntos en lo que va del año. Paralelamente, las tasas de interés activas (es decir, aquellas cobradas por los préstamos) también han recuperado los niveles de mediados del año pasado, sobresaliendo el caso de la tasa de los adelantos en cuenta corriente, que cayó al 13%, marcando una contracción de casi 9 puntos en los últimos tres meses.
En el frente cambiario, los controles permiten al BCRA seguir administrando una devaluación pausada del peso y hacerse al mismo tiempo de un volumen importante de divisas. El dólar oficial mayorista pasó de $/USD 4,30 en diciembre a $/USD 4,38 en marzo, lo que equivale a un ritmo de devaluación anualizado del 7,2%.
Con una demanda aplacada del sector privado (tanto por los controles a la compra de dólares para atesoramiento como para importaciones), el BCRA se alzó en marzo con USD 1.500 millones en el mercado de cambios, totalizando casi USD 3.600 millones en lo que va del año. Las reservas internacionales, no obstante, muestran un crecimiento sensiblemente menor (USD 900 millones), entre otras cosas, debido a la cancelación de deudas con el BIS y otros bancos tomadas durante las tensiones financieras de fines de 2011.
Finalmente, pese a la calma en el mercado cambiario oficial, creció fuerte en marzo el spread con los tipos de cambio paralelos. El tipo de cambio implícito en activos (o “contado con liquidación”) registró un fuerte crecimiento, pasando de $/USD 4,77 a fines de febrero a un récord de $/USD 5,36 a comienzos de abril. Así, la brecha respecto del tipo de cambio oficial más que se duplicó, superando el 20%. El dólar informal, en tanto, también mostró un crecimiento importante, trepando actualmente a $/USD 4,9. Estos movimientos dan cuenta de una mayor avidez de los inversores por posicionarse en dólares tanto en el país (dólar “blue”) como en el exterior (contado con liquidación), evitando los controles impuestos por el gobierno.