LA SEMANA EN POCAS PALABRAS
Esta semana se conocieron los datos oficiales del PIB correspondientes al segundo trimestre del año, los cuales, al igual que en el caso del IPC, volvieron a generar polémica. El INDEC sorprendió con un crecimiento del Producto Bruto del 8,3% interanual (a/a) para el segundo trimestre, superior a la expansión que su propio estimador mensual de la actividad agregada anticipaba para el mismo período (7,1%). Asimismo, el PIB oficial mostró una expansión de 2,6% con respecto al trimestre anterior (en su serie limpia de efectos estacionales), acumulando un crecimiento de 5,8% en la primera mitad de 2013.
Este retorno a las “tasas chinas” supera con creces la performance capturada por estimaciones privadas, según surge de la medición alternativa divulgada por el Congreso, que compila y promedia las series de las principales consultoras especializadas. Para el primer trimestre del año, la comparación ya arrojaba una diferencia sustancial con los datos oficiales (0,4% de crecimiento del PIB-Congreso vs. 3% del PIB-INDEC), situación que volvió a repetirse en el segundo trimestre, con un alza de la medición alternativa de 5,4% interanual y un incremento acumulado en el primer semestre del 3%, es decir, casi la mitad del crecimiento que surge de las mediciones del INDEC.
Asimismo, en su serie sin estacionalidad, el PIB-Congreso aumentó un 2% con respecto al trimestre previo, capturando una diferencia significativa respecto del nivel en el que opera la economía. Mientras que el PIB Congreso se ubica en niveles apenas mayores a los de fines de 2011, el PIB INDEC los supera en un casi 7%, abriéndose una importante brecha entre ambas mediciones, similar a la capturada por estudios que buscan medir una potencial sobreestimación del crecimiento de las cuentas nacionales oficiales.
La brecha abierta con los indicadores privados resulta crucial este año, ya que puede significar que tenga que pagarse el Cupón PIB en 2014. Con el aumento acumulado por el PIB-INDEC ya estaría garantizado un incremento promedio superior al 3,2% en 2013 (umbral a partir del cual se dispara la obligación de pago del cupón atado al crecimiento), aun si la economía local se mantuviera estancada de aquí a diciembre. Esto implicaría erogaciones en 2014 cercanas a los USD 2.700 millones en moneda extranjera y 4.900 millones de pesos, que podrían ser evitadas de acuerdo a las mediciones privadas.
Esto marca una diferencia importante con lo sucedido en la crisis de 2009 o en el año 2012, cuando el PIB oficial si bien capturaba una desaceleración menor a la que se desprendía de las estimaciones privadas, en ambos casos los números de crecimiento no eran suficientes para gatillar el pago del cupón. Este año, se trataría del primero en el cual la sobreestimación del crecimiento tendría efectos prácticos en términos de las obligaciones financieras del Estado, justo en momentos en que las reservas internacionales no encuentran un piso.
De hecho, el proyecto de ley del Presupuesto Nacional 2014, actualmente en debate en el Congreso, contempla importantes pagos de deuda pública por parte del gobierno el próximo año, destinándose al “Fondo de Desendeudamiento” la cifra récord de USD 9.855 millones, equivalentes al 28% de las reservas internacional del Banco Central, hoy en USD 35.000 millones de dólares (su nivel más bajo en 6 años).
Con la vista puesta en el tercer trimestre, las mediciones privadas anticipan un menor ritmo de crecimiento, tras haber quedado atrás el pico de la cosecha gruesa y la baja base de comparación del año anterior. Según el IGA de Ferreres, la economía creció sólo 1,8% a/a en agosto, tras expandirse 5,5% en el segundo trimestre, acumulando un incremento de 3% en los primeros ocho meses del año. Asimismo, en su serie desestacionalizada, el IGA-OJF cayó por segundo mes consecutivo (-0,1% en julio y -0,7% en agosto), de manera que en el tercer trimestre podría mostrar una contracción en el margen y una fuerte desaceleración en su variación interanual, lo cual lo distanciaría aún más de la medición oficial de crecimiento.