Galaxy Note 7 (Samsung)
El Galaxy Note 7 es la principal pesadilla de la surcoreana Samsung. El modelo, a dos semanas de su lanzamiento el 19 de agosto, ya había registrado 35 explosiones en sus baterías. Ahora ya se ha perdido la cuenta ante la proliferación de lo que, en un primer momento, parecía un incidente aislado. A medida que se conocía nuevos testimonios, la situación empeoraba: había casos en los que los celulares arden nada más desconectarlos del cargador, otros echan humo o explotan.
Samsung tuvo que parar la producción y retirar su flamante teléfono inteligente, un desastre que le cuesta ya la friolera de 4.900 millones de euros, pérdidas que no tienen en cuenta su desplome en la Bolsa.
Hoy por hoy, la tecnología surcoreana no ha explicado el verdadero motivo que se ha llevado por delante a los Galaxy Note 7. Las baterías de iones litio (como las del Galaxy Note 7) son pilas recargables que almacenan energía eléctrica y que se combinan químicamente para producir y transportar energía. Pero si se colocan de forma incorrecta, puede haber problemas, según la BBC. Bien es cierto que Apple también usa esas baterías en sus teléfonos, al igual que la mayoría de los fabricantes.
Clase A (Mercedes)
Al poco de lanzarse al mercado un utilitario distinto a los demás, el Clase A de Mercedes, las noticias publicadas en varios medios internacionales de fallos que le hacían volcar, obligó a la compañía a introducir modificaciones millonarias.
El problema surgía al circular a unos 60 kilómetros por hora y realizar una brusca maniobra con el volante, fácilmente podía terminar en un vuelco. La prueba del Alce, que hasta entonces prácticamente nadie conocía, puso en duda la capacidad del benjamín de la familia Mercedes para ofrecer una buena seguridad activa.
Mercedes aprovechó el defecto en una gran oportunidad al incorporar, después del Mercedes Benz Clase S, por primera vez en todas sus versiones, el control de estabilidad. Así desaparecieron los problemas y la marca limpió su imagen, al incorporar a sus unidades ya vendidas, y sin coste alguno, este novedoso control.
Crystal Pepsi (Pepsi)
A principios de los 90, la batalla de Coca-Cola y Pepsi estaba más viva que nunca. En el caso de EEUU, Pepsi optaba por lanzar en 1992 una nueva bebida: Crystal Pepsi. Un refresco de sabor a cola, aunque sin colorantes que le daban un aspecto transparente. La jugada resulto ser un éxito. Con una campaña de marketing de 40 millones de dólares solo para Crystal Pepsi, un año después de su lanzamiento sus ventas representaban un 1% del total de las bebidas gaseosas de EEUU. O lo que es lo mismo, suponía casi 500 millones de dólares en ventas.
Coca-Cola tenía que hacer algo contra la cada vez más popular Crystal Pepsi y optaba por utilizar su segunda marca, Tab, para sacar al mercado Tab Clear. Una decisión de marketing de Coca-Cola que buscaba cargarse ambos productos. La compañía de Atalanta optaba por la marca Tab, menos popular que Coke, asociada a bebidas de mujeres y especializada en bebidas light. Tan solo duro seis meses Tab Clear, pero había dinamitado el negocio de la Crystal Pepsi. Según reconoció el propio responsable de marketing de Coca Cola, Sergio Zyman, años después: “Pepsi gastó una enorme cantidad de dinero en su nueva marca y, sin que se dieran cuenta, nosotros la matamos. Ambas estaban muertas en menos de seis meses”.
Lexus-Prius (Toyota)
Frenos, aceleradores, cinturones de seguridad… los quebraderos de cabeza de Toyota han sido y son innumerables, a pesar de ser uno de los mejores fabricantes de coches del mundo. Hace dos días, retiró del mercado 340.000 híbridos Prius, por un defecto en el freno de mano. El cable del freno de mano puede desengancharse, haciendo que los frenos dejen de funcionar correctamente. Por ello, si el auto queda estacionado con cualquier marcha puesta, puede comenzar a moverse y probablemente chocar.
La empresa recibió reportes de accidentes, lesionados y fallecidos en los vehículos híbridos gasolina-eléctrico. La automotriz japonesa ya había tenido unos años antes problemas con sus Prius.
En febrero de este mismo año, Toyota tuvo que llamar a revisión a 2,87 millones de vehículos ante la posibilidad de que una pieza de metal de los asientos pudiera cortar los cinturones de seguridad en caso de accidente. La empresa ya había recibido informes de que eso había ocurrido en dos siniestros.
El historial de la compañía está repleto de estos incidentes. En otra ocasión el grupo automovilístico tuvo que revisar las marcas Toyota y Lexus por un problema en el sistema de frenos: el líquido de frenos "no original" podía tener polímeros, que, en ocasiones, pueden degradar los manguitos del sistema de frenado y ocasionar una fuga.
Otro escándalo sonado fue el de 2015, año que el fabricante japonés tuvo que revisar 6,4 millones de vehículos a causa de un eventual problema en el interruptor de la ventanilla del conductor.
Dieselgate (Volkswagen)
La Bolsa reflejó bien este superescándalo de las emisiones de muchos modelos del grupo Volkswagen que se conoción en septiembre de 2015. El pasado año, la acción de la constructora alemana de vehículos llegó a valer 255,2 euros y tras conocerse el fraude llegó a mínimos de 92,36 euros por acciones. La acción se encuentra ahora estabilizada en torno a los 120 euros. El engaño en las emisiones de sus motores duró años ya que afectó a cerca de 11 millones de vehículos vendidos entre 2009 y 2015. Esto permitió cumplir con la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) para vender allí sus coches con motores diésel.
Fue Gregory Thompson de la Universidad de Virginia, el que descubrió que las emisiones de gases contaminantes de los motores diésel de Volkswagen no concordaban con las cifras dadas por la empresa. En 2005, la compañía produjo un software para manipular los resultados. El acuerdo alcanzado con las autoridades estadounidenses apunta a una multa de 15.000 millones de dólares. Posteriormente, también han sido acusados otras firmas automovilísticas de realizar estas prácticas pero, de momento, ha sido el de Volkswagen el mayor escándalo de esta industria. En cuanto a Europa, se siguen varios caminos legales para que la automovilística alemana compense a sus clientes por ese fraude.
Concorde (BAE-EADS)
Llegar antes de salir en un vuelo Londres-Nueva York o conseguir ver la curvatura de la tierra son dos de los hitos del avión supersónico Concorde que empezó en 1976 sus vuelos al doble de la velocidad del sonido. Desde un principio resultó no ser un negocio rentable y pese a que no existen datos muy precisos, el proyecto costó 3.000 millones de dólares de los que aquella época y precisaba de un viajero dispuesto a pagar en torno a los 10.000 euros por billete ya en su última etapa, antes de su desaparición definitiva de los aires mundiales en 2003.
Fueron varias las claves para la desaparición. Los atentados a las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, provocó una drástica caída del número de pasajeros por temor a los a terroristas. A ello, habría que añadir la tragedia de julio de 2000 cuando uno de estos aviones se estrelló en el aeropuerto parisino Charles de Gaulle con 113 muertos: toda la tripulación, los pasajeros y cinco personas de tierra. British Airways y Air France, dueñas de los Concorde, apuntaron a los crecientes costos de mantenimiento que tienen estos aviones que quintuplica los de las aeronaves subsónicas.
En los últimos meses los vuelos estaban saliendo casi vacíos. Un viaje del Concorde de Air France levantó vuelo de París a Nueva York, con sólo 12 pasajeros. Una bonita historia de tecnología y lujo que ahora se ha trasladado a los viajes estratosféricos para una reducida élite dispuesta a ver desde muy lejos el planeta azul.
Betamax (Sony)
Sony lanzaba en 1975 Betamax, un nuevo sistema de vídeo analógico para la grabación y reproducción. La marca japonesa quería crear un sistema estándar de vídeo y comenzó a reunirse con la competencia para convencerles de las bondades de su producto. Las también japonesas JVC y Matsushita (Panasonic) no estaban por la labor y decidieron que optarían por su propio sistema que lanzarían en 1976: el VHS (video home system). Grundig y Philips también entrarían en la competición en 1979 lanzando Video 2000.
La velocidad de Sony en el lanzamiento de Betamax le dio una ventaja competitiva, estuvo en solitario durante un año en el mercado de la videograbación. Pero la llegada del VHS acabó con su hegemonía y se inició una batalla por controlar el mercado. Betamax tenía mejor calidad, una resolución de 260 líneas, que el VHS, con 240 líneas, y el tamaño de la cinta era menor, lo que facilitaba su almacenaje.
Pero los consumidores optaron en masa por VHS frente a Betamax, el primero permitía grabar hasta 2 horas mientras que el segundo solo 1 hora. En apenas cinco años, el VHS dominaba el 75% del mercado estadounidense, mientras que el Betamax tenía que contentarse con una cuarta parte del pastel. ¿Qué había pasado? Además del tiempo de grabación de las cintas, JVC y Matsushita prefirieron sacrificar márgenes y abrió su estándar VHS a los competidores; Betamax no estaba dispuesto a “regalar” su tecnología. Así en el año 1984, Sony vendió poco más de 2 millones de reproductores Betamax frente a los 6 millones de vídeos VHS. La batalla se había perdido.
Cajonera Malm (Ikea)
La compañía sueca de mobiliario Ikea anunció el pasado 28 de junio la retirada del mercado estadounidense de 29 millones de cómodas y tocadores del modelo MALM que corren el riesgo de volcar, tras la muerte de un tercer niño aplastado por uno de esos muebles.
La compañía sueca ofreció a sus clientes el reembolso del producto o un equipo para que el mueble sea fijado a la pared por el usuario o por un empleado de IKEA con instalación gratuíta. La Comisión para la Seguridad de los Productos del Consumidor (CPSC) de EEUU recordó que en febrero y junio de 2014, dos niños, de 23 meses y 2 años de edad, murieron tras ser aplastados por sendas cómodas del modelo MALM que se volcaron sobre ellos, en incidentes que tuvieron lugar en Pensilvania y Washington. Pero se conocieron 41 incidentes del vuelco de los muebles que dejaron 17 niños heridos, y en febrero de 2015 en otro caso, un niño de 22 meses murió en Minesota cuando una cómoda MALM de 6 cajones le cayó encima.
Ikea no cotiza en Bolsa y es imposible ver el efecto de esta triste retirada de productos sobre su reputación y valor. Al menos en España, la noticia no tuvo repercusión alguna y entre septiembre de 2015 y agosto de este año (su ejercicio fiscal) logró aumentar las ventas un 8% respecto al ejercicio anterior. A este escándalo se sumó la detección de heces en sus tartas de chocolate así como la presencia de trazas de carne de caballo en las albóndigas que ofrecían a precios muy rebajados. Sin duda, la suerte rodea a este monstruo del mueble donde el cliente lo perdona todo.
DMC-12 (DeLorean Motor Company)
John DeLorean era una leyenda dentro de la industria de la automoción cuando en 1973 decidió abandonar General Motors para crear su propia compañía. Su primer vehículo, el DMC-12, salió al mercado en 1981, con el objetivo de ser revolucionario e innovador. Dos años después, la empresa, DeLorean Motor Company, había vendido menos de 9.000 unidades. El único motivo por el que la gente recuerda hoy al DMC-12 es por su aparición en la mítica trilogía Regreso al futuro como el DeLorean.
Eurotúnel (Eurotunnel)
El túnel que conecta Gran Bretaña con Francia es reconocido como una de las siete maravillas del mundo moderno, con una extensión similar a ocho campos de fútbol. Sin embargo, su historia ha estado marcada por los constantes retrasos, accidentes y contratiempos (entre ellos dos guerras mundiales) desde que fue planteada por primera vez por el ingeniero francés Albert Mathieu en 1802. Las obras se iniciaron en diversas ocasiones, pero el proyecto no arrancó en serio hasta 1988 y no vio la luz hasta 1994, un año después de lo esperado y con un presupuesto un 80% más alto de lo previsto.
Pero el gran problema del proyecto fue que las proyecciones de beneficios de la empresa concesionaria eran irreales, ya que se basaban en la ingenua premisa de que los medios de transporte alternativos (barcos y aviones) no adaptarían sus precios, lo que se vio agravado por el auge de las aerolíneas low cost. La compañía arrastró durante años pérdidas monstruosas (en 2004 superaron los 1.100 millones de euros), que le forzaron en diversas ocasiones a renegociar con la banca acreedora. El Eurotúnel no comenzó a generar beneficios hasta 2012 y aunque en los últimos años las perspectivas han mejorado, el brexit podría devolver a la empresa concesionaria a la era de las vacas flacas.
Apple Lisa (Apple)
En la larga trayectoria de una empresa como Apple hay aciertos y fracasos, en el caso de la compañía de Cupertino ambos se reparten a partes iguales. Pero si hay que hablar de un gran fracaso, hay que remontarse a los años 80 cuando lanza el Apple Lisa. Un proyecto que se inició en 1978 y que dirigió el propio Steve Jobs, que fue obligado a abandonarlo en 1982. El Apple Lisa (Local Integrated Software Architecture, aunque la primera hija de Jobs también se llama Lisa) fue lanzado, finalmente, en enero de 1983 a un precio de 9.995 dólares.
Era un ordenador pionero, que utilizaba una revolucionaria interfaz gráfica –algo muy parecido a lo que luego sería el famoso Windos de Microsoft-. El PC tenía un hardwareformado por una CPU de Motorola a 5 MHz y con 1 MB de RAM con dos disquetes de 5,25 pulgadas y un disco duro externo de 5MB. Además, su sistema operativo era multitarea, algo muy novedoso para la época, y hacía un uso de la memoria virtual, luego lo harían todos los ordenadores.
El alto precio, en precios actuales supondría unos 24.000 dólares, hizo que muchos potenciales compradores optaran por el IBM PC, que era cuatro veces más barato. Pero la propia Apple dinamitó su producto al lanzar en 1984 el famoso Macintosh, que también tenía una interfaz gráfica, un ratón y era mucho más barato. Solo se vendieron 100.000 unidades del Apple Lisa. Pero lo más importante, hizo que comenzaran las peleas en Apple que acabarían con la salida de Steve Jobs de la compañía.
Airbags que explotan (Takata)
Durante 70 años, los directivos de la firma japonesa Takata se esforzaron por crear uno de los mayores fabricantes mundiales de dispositivos de seguridad para vehículos, hasta que un error fatal destruyó a la compañía. El grupo fue acusado de provocar la muerte de 15 personas en todo el mundo por un defecto en la fabricación de sus airbags, que los convertía en trampas mortales para el conductor. Esto desencadenó una avalancha de revisiones en todo el mundo (70 millones de estos productos serán sustituidos solo en EEUU hasta 2019), una medida cuyo coste ha arrastrado a la empresa a la suspensión de pagos.
Cualquier duda sobre el riesgo de los airbags de Takata quedó despejada a finales del pasado mes de agosto, cuando un camión que transportaba estos productos explotó, arrasando una vivienda. Los restos del camión fueron hallados a más de 1.500 metros de distancia. Tras la explosión, la subcontrata de transporte de Takata fue declarada “peligro para la seguridad pública”.
Zune (Microsoft)
A lo largo de su historia, Microsoft ha cometido varios errores notables. El más espectacular de ellos fue invertir 150 millones de dólares en Apple en 1997, una jugada destinada a evitar la quiebra de un competidor por entonces inofensivo, y así no sufrir posibles multas por convertirse en un monopolio. El segundo de ellos fue vender esta participación justo antes de que Apple viviera uno de los rally alcistas más espectaculares de la historia de Wall Street. El tercero posiblemente sea el lanzamiento del Zune.
Zune fue el intento de Microsoft de competir contra el iPod de Apple, que desde 2001 era el rey absoluto de su nicho de mercado. Pero la compañía de Bill Gates había cometido el pecado imperdonable en la industria tecnológica: llegar demasiado tarde sin aportar nada nuevo. Desde el lanzamiento del Zune en noviembre de 2006 hasta mayo de 2008 solo se vendieron 2 millones de unidades. Comparativamente, solo en el cuarto trimestre de 2008 el iPod recaudó 3.370 millones de dólares. El Zune es considerado uno de los mayores fracasos comerciales en la historia del S&P 500. Incluso Los Simpsons han llegado a ironizar con ello.
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