Fue un año complejo, marcado por el salto del dólar, la caída de la actividad y tasas por las nubes, a lo que se sumó un difícil contexto internacional
El balance de este 2018 que ya concluyó para los mercados financieros y de capitales, tanto a nivel internacional como en el plano local, deja un sabor más que amargo para analistas e inversores.
En el primero de los casos, fueron cinco las causas principales que influyeron negativamente sobre la evolución de las principales variables financieras:
1. Las sucesivas subas de tasas de interés dispuestas por la Reserva Federal de los EE.UU.
2. La guerra comercial entre EE.UU. y China que, más allá de algunas treguas momentáneas como la alcanzada durante el G20, elevó el nerviosismo de los mercados.
3. El temor a una desaceleración de la economía global.
4. El enfrentamiento entre el gobierno de Italia y la Unión Europea sobre la forma en que encarará su grave problema fiscal.
5. La crisis política desatada en el Reino Unido por el Brexit.
Ya en el orden nacional, la cadena de factores negativos comenzó el "28D", es decir el 28 de diciembre del 2017, cuando el Gobierno anunció el replanteo de las metas de inflación para todo este año, una decisión fue interpretada como la pérdida de independencia del Banco Central.
Luego, para el mes de abril, se sumó la puesta en vigencia del impuesto a la renta rinanciera para inversores extranjeros, que los llevó a desarmar carteras de bonos y acciones, con el consiguiente derrumbe de las cotizaciones, lo cual dio inicio a la corrida cambiaria que recién pareció calmarse a fines de septiembre.
Precisamente, ésta cedió con la asunción del nuevo presidente del Banco Central, Guido Sandleris, quien instauró una nueva política monetaria y cambiaria y que, al menos por el momento, ha logrado calmar las presiones sobre el dólar.
Con una inusual sinceridad por parte de un funcionario, el propio Sandleris reconoció que "este Gobierno cometió errores".
“Los resumiría en dos grandes conceptos: por un lado, subestimar la dificultad de corregir esos desequilibrios recibidos. En particular, creo que erramos en la consistencia necesaria que deben tener la corrección del desequilibrio fiscal, la resolución del tema de la inflación y la corrección del desequilibrio precios relativos. Y también creo que hubo una subestimación de la velocidad a la cual podrían cambiar las condiciones internacionales”, amplió.
Son declaraciones que claramente fueron en línea con lo que dejó el año para los inversores y ahorristas, que debieron transitar un año realmente complejo.
2018: ganadores y perdedores
Como consecuencia de la caída sufrida en diciembre, de casi el 6%, el Merval culminó el año con un saldo negativo, en el orden de los 29.900 puntos.
Para ponerlo en contexto, si se compara su performance con la evolución de una variables clave que siempre miran los inversores, el resultado fue sumamente desalentador: en términos de dólar, la bolsa experimentó una caída del orden del 55%.
En tanto, con una ligera pérdida del 0,25 por ciento en 2018, el Merval corrió muy por debajo de la inflación, estimada por analistas privados en casi 48%.
Según cálculos de Diego Martínez Burzaco, director de MB Inversiones, el índice porteño había alcanzado este año un máximo histórico del orden de los 1.800 puntos en dólares el 31 de enero. Sin embargo, ese nivel duró poco y perforó los 1.000 puntos justo antes de que se aprobara el préstamo del FMI. Tras el acuerdo, se alcanzó otro pico de casi 1.200 pero terminó cerrando el 2018 en un nivel de 885 puntos.
En cuanto a la performance de las principales acciones, Petrobras fue uno de los pocos papeles que se destacó, con un alza del 161% a lo largo del año.
En tanto que Tenaris, pese a su flojo desempeño en los tres últimos meses, terminó cerrando un avance del 39% en igual período.
Mucho más abajo se ubicaron TGS (32%), YPF, con el 18,2% y Aluar, con el 13,8% de alza.
Rubén Pasquali, analista de mercados, sostuvo que "desde el punto de vista bursátil, más allá del retroceso del último tiempo, entre las elecciones de Brasil y la suba del dólar, Petrobras se convirtió en la ganadora del Merval".
La contracara de estas fuertes subas estuvo corporizada por un conjunto de papeles que arrojaron importantes pérdidas a lo largo del año.
Estas acciones estuvieron lideradas por Cablevisión, que derrumbó casi 50%, seguida por Supervielle, con el 44% y Metrogas (-41%).
Bonos y plazos fijos
Por el lado de los títulos públicos que cotizan en el mercado local, se destacaron los papeles denominados en dólares, que incorporan la devaluación a sus precios. Esto, pese al retroceso que sufrieron sus cotizaciones en moneda dura y que se reflejó en la subas del riesgo país.
En tal sentido, las series con mejor recorrido en el año fueron el Bonar 2020, que ganó un 76%, seguido por el Bonar 2024 (60,5%) y el Par en dólares, con el 42%. Más abajo se ubicó el Bono Centenario, con una ganancia cercana al 40%.
Los ADRs y acciones de compañías argentinas, en tanto, sufrieron un duro golpe, en particular los provenientes del sector financiero, en este caso liderados por Supervielle, que perdió un 71,5%, seguido por Macro, con el 63,5% y Grupo Galicia, con el 59,1 por ciento. Por su parte, la cotizacióin de Corporación América mermó en un 59,5 por ciento.
En cuanto a los plazos fijos tradicionales, los ahorristas que optaron por este instrumento, se encontraron con un rendimiento del orden del 35%, bastante por debajo del 48% que avanzaron los precios minoristas.
En paralelo, aquellos que se decidieron por los ajustados por UVA, lograron ganarle a la inflación en función de la tasa de interés que abonan los bancos.
Para Pasquali los ganadores y perdedores deben medirse en tramos: "Fue un año complicado. Por tramos, ganó la tasa desde fin de agosto en adelante, venciendo a todas las colocaciones financieras; pero quienes estuvieron entre fines de abril hasta agosto, se vieron muy perjudicados, porque se toparon con dos devaluaciones".
En cuanto al contexto internacional, los mercados bursátiles emergentes mostraron una caída en términos de dólares en el año del orden del 17%. Más allá del derrumbe del Merval, la bolsa de San Pablo también exhibió valores negativos, pues retrocedió un 6%.
Por el lado de las materias primas, el dato clave es el retroceso del petróleo, de más del 21%, mientras que el oro bajó un 2%, pese a la remontada de las últimas ruedas.
En cuanto a las commodities agrícolas, la nota la dio el maiz, ya que su precio en mercado de Chicago avanzó un 24%, mientras que el trigo ganó un 7% y la soja, cerca del 5%.
Lo que dejó diciembre
Mientras los inversores comienzan a prepararse para el arranque de 2019, el mercado accionario porteño terminó el último mes del año con la peor de las sensaciones, pues fueron muy pocos los papeles que lograron salir airosos.
En tal sentido, apenas se puede mencionar a Mirgor y TGN, que avanzaron 16% Y 10%, respectivamente. Completaron el cuadro Edenor, con el 5,8% y finalmente BYMA, que subió un 5,1%.
En sentido inverso, hubo un nutrido grupo de acciones que en diciembre perdieron más del 10%, encabezadas por Pampa, que se ubicó en el primer lugar de este podio, con una contracción del 13%, seguida por Tenaris e YPF, que promediaron 11,5%.
En tanto que Ternium sufrió una baja del 11% y Cablevisión una caída del 10%.
Esta mala performance con la que culminó diciembre obedece a la elevada volatilidad que viene afectando al mercado, así como también a las dudas sobre la evolución futura de la economía y, por ende, del resultado de las compañías cotizantes.
La formalización de una política monetaria muy ajustada tiene impacto directo sobre el mercado de capitales, pues generó un éxodo de fondos que emigraron hacia opciones más rentables al menos en el corto plazo, como las Letras del Tesoro en dólares y aquellas capitalizables en pesos.
Por el lado de las acciones y ADRs de compañías argentinas que cotizan en Wall Street, el balance del mes también es muy negativo, pues prácticamente cayeron todos los papeles, liderados en este caso por Mercado Libre, que perdió el 17,7%, seguida por Corporación América, que bajó un 17% y Despegar, con una contracción del 16,9%.
Por el lado de los títulos públicos, en cambio pueden mencionarse los buenos rendimientos del bono “dólar linked” de la Ciudad de Bs. As. Clase 5 2019, que ganó el 3,9%, y del Discount en pesos, que avanzó un 1,9 por ciento.
En sentido inverso, el Discount en dólares retrocedió un 10,7%, mientras que el Par en pesos cayó un 5,1%. El Bono Centenario no corrió mayor suerte, con una baja del 4,5%.
Asociado a los bonos, el riesgo país concluyó el año en los 820 puntos -había arrancado en 347 puntos-, lo que confirma la mala evolución que tuvieron los bonos de largo plazo. Sucede que, a tasas más tasas, más sufrieron los precios de los títulos públicos.
Todo ello en un contexto en el que el dólar minorista se movió a un ritmo sustancialmente inferior que en meses anteriores. Pese a la suba de las últimas ruedas, cerró prácticamente sin cambios a $38,60. En tanto que la inflación minorista, se estima, rondará el 2,5%.
Por su parte, la tasa de interés de los plazos fijos, que vuelven a captar adeptos, fue en promedio del orden del 4%.
De esta manera, quien hizo un depósito a principios de mes obtuvo una ganancia de 1,5 puntos porcentuales en términos de inflación y un 2% si compara su rendimiento con el del dólar.
Que se puede esperar para 2019
Al menos para la primera parte del año próximo, todo indica que el mercado continuará funcionando bajo condiciones de marcada volatilidad, por lo que en la City recomiendan actuar con extrema cautela.
Entre los puntos que sugieren monitorear se incluye el avance del programa con el FMI y sus consecuencias directas sobre el nivel de actividad, y todo lo inherente a un año electoral.
En cuanto a lo que pueda suceder con los bonos y acciones, la luz de esperanza la da Michael Hasenstab, de Templeton Global Bond Funda, quien afirma que la Argentina parece estar preparada para liderar una recuperación entre los países emergentes a principios de 2019.
A manera de recomendación, los instrumentos elegidos por los analistas que contemplan un buen margen de seguridad, son las Letes en dólares, bonos cortos en divisas, y algunos Fondos Comunes de Inversión (FCI).
En tal sentido, Rafael Di Giorno, director de Proficio Investment, propone el Bonar 2020 (A020), que hoy rinde 11% anual: “Se está sobrestimando la probabilidad de un escenario en el que al Gobierno se le hace muy difícil el 'rolleo' de deuda. Si se logran equilibrar las cifras fiscales y el BCRA baja la tasa, debería recuperar cotización”.
En paralelo, Fabián Ciarlotti, Wealth Management Head ICBC, sostiene que "los mercados internacionales están teniendo una corrección muy importante debido al flight to quality, es decir, cuando los inversores buscan activos con menos riesgo y esto obviamente no juega a favor a la Argentina".
"En cuanto al plano local, la política monetaria continuará y hará que las tasas se mantengan altas y no haya muchos pesos en el mercado, con el consecuente freno de la actividad en general. Todo esto va a aplacar al dólar. En ese contexto, esperamos buenos negocios de la mano de tasas reales altas para los inversores. Pero luego, a medida que nos acerquemos a los comicios, sí veremos una progresiva dolarización de carteras", completa.
Para rebalancear las carteras en activos argentinos de más riesgo, Lucas Lainez, socio director de Puente, recomienda bonos sub soberanos de corta duración, con estructuras de garantías en regalías por explotación de hidrocarburos, y Obligaciones Negociables “de calidad”.
En tanto, bajo la premisa de incluir alguna apuesta que no muchos evalúan hoy, dado el particular momento que transita el mercado, el director de Proficio aconseja sumar las acciones Mirgor.
Para Lucas Gardiner, director de Portfolio Personal Inversiones, “en el escenario local, lo político y lo económico forma parte de los análisis para tratar de calibrar lo que vendrá”.
“Esto lleva a que por fuera incluso de las señales económicas, el escenario que se pueda plantear para el año que viene sea binario. En consecuencia, el armado de las carteras financieras puede ser muy diferente según la posición, o las expectativas que se tengan”, sostiene Gardiner.
“En este punto, para posiciones conservadores recomendamos una mayor exposición en dólares, como por ejemplo Letes, aunque asumiendo un mayor riesgo creemos interesante cierta posición el Bonar 2020, que prácticamente tiene garantizado su pago por el 'paraguas' del FMI”, agrega el ejecutivo de PPI.
En cuanto a las posiciones en pesos, y entendiendo que las tasas se mantendrán altas en términos reales, Gardiner se inclina por las Lecaps y los FCI, que en su opinión pueden ser una buena opción alternativa al plazo fijo tradicional, ya que hoy aportan unos puntos más de tasas, y liquidez.
En el primero de los casos, fueron cinco las causas principales que influyeron negativamente sobre la evolución de las principales variables financieras:
1. Las sucesivas subas de tasas de interés dispuestas por la Reserva Federal de los EE.UU.
2. La guerra comercial entre EE.UU. y China que, más allá de algunas treguas momentáneas como la alcanzada durante el G20, elevó el nerviosismo de los mercados.
3. El temor a una desaceleración de la economía global.
4. El enfrentamiento entre el gobierno de Italia y la Unión Europea sobre la forma en que encarará su grave problema fiscal.
5. La crisis política desatada en el Reino Unido por el Brexit.
Ya en el orden nacional, la cadena de factores negativos comenzó el "28D", es decir el 28 de diciembre del 2017, cuando el Gobierno anunció el replanteo de las metas de inflación para todo este año, una decisión fue interpretada como la pérdida de independencia del Banco Central.
Luego, para el mes de abril, se sumó la puesta en vigencia del impuesto a la renta rinanciera para inversores extranjeros, que los llevó a desarmar carteras de bonos y acciones, con el consiguiente derrumbe de las cotizaciones, lo cual dio inicio a la corrida cambiaria que recién pareció calmarse a fines de septiembre.
Precisamente, ésta cedió con la asunción del nuevo presidente del Banco Central, Guido Sandleris, quien instauró una nueva política monetaria y cambiaria y que, al menos por el momento, ha logrado calmar las presiones sobre el dólar.
Con una inusual sinceridad por parte de un funcionario, el propio Sandleris reconoció que "este Gobierno cometió errores".
“Los resumiría en dos grandes conceptos: por un lado, subestimar la dificultad de corregir esos desequilibrios recibidos. En particular, creo que erramos en la consistencia necesaria que deben tener la corrección del desequilibrio fiscal, la resolución del tema de la inflación y la corrección del desequilibrio precios relativos. Y también creo que hubo una subestimación de la velocidad a la cual podrían cambiar las condiciones internacionales”, amplió.
Son declaraciones que claramente fueron en línea con lo que dejó el año para los inversores y ahorristas, que debieron transitar un año realmente complejo.
2018: ganadores y perdedores
Como consecuencia de la caída sufrida en diciembre, de casi el 6%, el Merval culminó el año con un saldo negativo, en el orden de los 29.900 puntos.
Para ponerlo en contexto, si se compara su performance con la evolución de una variables clave que siempre miran los inversores, el resultado fue sumamente desalentador: en términos de dólar, la bolsa experimentó una caída del orden del 55%.
En tanto, con una ligera pérdida del 0,25 por ciento en 2018, el Merval corrió muy por debajo de la inflación, estimada por analistas privados en casi 48%.
Según cálculos de Diego Martínez Burzaco, director de MB Inversiones, el índice porteño había alcanzado este año un máximo histórico del orden de los 1.800 puntos en dólares el 31 de enero. Sin embargo, ese nivel duró poco y perforó los 1.000 puntos justo antes de que se aprobara el préstamo del FMI. Tras el acuerdo, se alcanzó otro pico de casi 1.200 pero terminó cerrando el 2018 en un nivel de 885 puntos.
En cuanto a la performance de las principales acciones, Petrobras fue uno de los pocos papeles que se destacó, con un alza del 161% a lo largo del año.
En tanto que Tenaris, pese a su flojo desempeño en los tres últimos meses, terminó cerrando un avance del 39% en igual período.
Mucho más abajo se ubicaron TGS (32%), YPF, con el 18,2% y Aluar, con el 13,8% de alza.
Rubén Pasquali, analista de mercados, sostuvo que "desde el punto de vista bursátil, más allá del retroceso del último tiempo, entre las elecciones de Brasil y la suba del dólar, Petrobras se convirtió en la ganadora del Merval".
La contracara de estas fuertes subas estuvo corporizada por un conjunto de papeles que arrojaron importantes pérdidas a lo largo del año.
Estas acciones estuvieron lideradas por Cablevisión, que derrumbó casi 50%, seguida por Supervielle, con el 44% y Metrogas (-41%).
Bonos y plazos fijos
Por el lado de los títulos públicos que cotizan en el mercado local, se destacaron los papeles denominados en dólares, que incorporan la devaluación a sus precios. Esto, pese al retroceso que sufrieron sus cotizaciones en moneda dura y que se reflejó en la subas del riesgo país.
En tal sentido, las series con mejor recorrido en el año fueron el Bonar 2020, que ganó un 76%, seguido por el Bonar 2024 (60,5%) y el Par en dólares, con el 42%. Más abajo se ubicó el Bono Centenario, con una ganancia cercana al 40%.
Los ADRs y acciones de compañías argentinas, en tanto, sufrieron un duro golpe, en particular los provenientes del sector financiero, en este caso liderados por Supervielle, que perdió un 71,5%, seguido por Macro, con el 63,5% y Grupo Galicia, con el 59,1 por ciento. Por su parte, la cotizacióin de Corporación América mermó en un 59,5 por ciento.
En cuanto a los plazos fijos tradicionales, los ahorristas que optaron por este instrumento, se encontraron con un rendimiento del orden del 35%, bastante por debajo del 48% que avanzaron los precios minoristas.
En paralelo, aquellos que se decidieron por los ajustados por UVA, lograron ganarle a la inflación en función de la tasa de interés que abonan los bancos.
Para Pasquali los ganadores y perdedores deben medirse en tramos: "Fue un año complicado. Por tramos, ganó la tasa desde fin de agosto en adelante, venciendo a todas las colocaciones financieras; pero quienes estuvieron entre fines de abril hasta agosto, se vieron muy perjudicados, porque se toparon con dos devaluaciones".
En cuanto al contexto internacional, los mercados bursátiles emergentes mostraron una caída en términos de dólares en el año del orden del 17%. Más allá del derrumbe del Merval, la bolsa de San Pablo también exhibió valores negativos, pues retrocedió un 6%.
Por el lado de las materias primas, el dato clave es el retroceso del petróleo, de más del 21%, mientras que el oro bajó un 2%, pese a la remontada de las últimas ruedas.
En cuanto a las commodities agrícolas, la nota la dio el maiz, ya que su precio en mercado de Chicago avanzó un 24%, mientras que el trigo ganó un 7% y la soja, cerca del 5%.
Lo que dejó diciembre
Mientras los inversores comienzan a prepararse para el arranque de 2019, el mercado accionario porteño terminó el último mes del año con la peor de las sensaciones, pues fueron muy pocos los papeles que lograron salir airosos.
En tal sentido, apenas se puede mencionar a Mirgor y TGN, que avanzaron 16% Y 10%, respectivamente. Completaron el cuadro Edenor, con el 5,8% y finalmente BYMA, que subió un 5,1%.
En sentido inverso, hubo un nutrido grupo de acciones que en diciembre perdieron más del 10%, encabezadas por Pampa, que se ubicó en el primer lugar de este podio, con una contracción del 13%, seguida por Tenaris e YPF, que promediaron 11,5%.
En tanto que Ternium sufrió una baja del 11% y Cablevisión una caída del 10%.
Esta mala performance con la que culminó diciembre obedece a la elevada volatilidad que viene afectando al mercado, así como también a las dudas sobre la evolución futura de la economía y, por ende, del resultado de las compañías cotizantes.
La formalización de una política monetaria muy ajustada tiene impacto directo sobre el mercado de capitales, pues generó un éxodo de fondos que emigraron hacia opciones más rentables al menos en el corto plazo, como las Letras del Tesoro en dólares y aquellas capitalizables en pesos.
Por el lado de las acciones y ADRs de compañías argentinas que cotizan en Wall Street, el balance del mes también es muy negativo, pues prácticamente cayeron todos los papeles, liderados en este caso por Mercado Libre, que perdió el 17,7%, seguida por Corporación América, que bajó un 17% y Despegar, con una contracción del 16,9%.
Por el lado de los títulos públicos, en cambio pueden mencionarse los buenos rendimientos del bono “dólar linked” de la Ciudad de Bs. As. Clase 5 2019, que ganó el 3,9%, y del Discount en pesos, que avanzó un 1,9 por ciento.
En sentido inverso, el Discount en dólares retrocedió un 10,7%, mientras que el Par en pesos cayó un 5,1%. El Bono Centenario no corrió mayor suerte, con una baja del 4,5%.
Asociado a los bonos, el riesgo país concluyó el año en los 820 puntos -había arrancado en 347 puntos-, lo que confirma la mala evolución que tuvieron los bonos de largo plazo. Sucede que, a tasas más tasas, más sufrieron los precios de los títulos públicos.
Todo ello en un contexto en el que el dólar minorista se movió a un ritmo sustancialmente inferior que en meses anteriores. Pese a la suba de las últimas ruedas, cerró prácticamente sin cambios a $38,60. En tanto que la inflación minorista, se estima, rondará el 2,5%.
Por su parte, la tasa de interés de los plazos fijos, que vuelven a captar adeptos, fue en promedio del orden del 4%.
De esta manera, quien hizo un depósito a principios de mes obtuvo una ganancia de 1,5 puntos porcentuales en términos de inflación y un 2% si compara su rendimiento con el del dólar.
Que se puede esperar para 2019
Al menos para la primera parte del año próximo, todo indica que el mercado continuará funcionando bajo condiciones de marcada volatilidad, por lo que en la City recomiendan actuar con extrema cautela.
Entre los puntos que sugieren monitorear se incluye el avance del programa con el FMI y sus consecuencias directas sobre el nivel de actividad, y todo lo inherente a un año electoral.
En cuanto a lo que pueda suceder con los bonos y acciones, la luz de esperanza la da Michael Hasenstab, de Templeton Global Bond Funda, quien afirma que la Argentina parece estar preparada para liderar una recuperación entre los países emergentes a principios de 2019.
A manera de recomendación, los instrumentos elegidos por los analistas que contemplan un buen margen de seguridad, son las Letes en dólares, bonos cortos en divisas, y algunos Fondos Comunes de Inversión (FCI).
En tal sentido, Rafael Di Giorno, director de Proficio Investment, propone el Bonar 2020 (A020), que hoy rinde 11% anual: “Se está sobrestimando la probabilidad de un escenario en el que al Gobierno se le hace muy difícil el 'rolleo' de deuda. Si se logran equilibrar las cifras fiscales y el BCRA baja la tasa, debería recuperar cotización”.
En paralelo, Fabián Ciarlotti, Wealth Management Head ICBC, sostiene que "los mercados internacionales están teniendo una corrección muy importante debido al flight to quality, es decir, cuando los inversores buscan activos con menos riesgo y esto obviamente no juega a favor a la Argentina".
"En cuanto al plano local, la política monetaria continuará y hará que las tasas se mantengan altas y no haya muchos pesos en el mercado, con el consecuente freno de la actividad en general. Todo esto va a aplacar al dólar. En ese contexto, esperamos buenos negocios de la mano de tasas reales altas para los inversores. Pero luego, a medida que nos acerquemos a los comicios, sí veremos una progresiva dolarización de carteras", completa.
Para rebalancear las carteras en activos argentinos de más riesgo, Lucas Lainez, socio director de Puente, recomienda bonos sub soberanos de corta duración, con estructuras de garantías en regalías por explotación de hidrocarburos, y Obligaciones Negociables “de calidad”.
En tanto, bajo la premisa de incluir alguna apuesta que no muchos evalúan hoy, dado el particular momento que transita el mercado, el director de Proficio aconseja sumar las acciones Mirgor.
Para Lucas Gardiner, director de Portfolio Personal Inversiones, “en el escenario local, lo político y lo económico forma parte de los análisis para tratar de calibrar lo que vendrá”.
“Esto lleva a que por fuera incluso de las señales económicas, el escenario que se pueda plantear para el año que viene sea binario. En consecuencia, el armado de las carteras financieras puede ser muy diferente según la posición, o las expectativas que se tengan”, sostiene Gardiner.
“En este punto, para posiciones conservadores recomendamos una mayor exposición en dólares, como por ejemplo Letes, aunque asumiendo un mayor riesgo creemos interesante cierta posición el Bonar 2020, que prácticamente tiene garantizado su pago por el 'paraguas' del FMI”, agrega el ejecutivo de PPI.
En cuanto a las posiciones en pesos, y entendiendo que las tasas se mantendrán altas en términos reales, Gardiner se inclina por las Lecaps y los FCI, que en su opinión pueden ser una buena opción alternativa al plazo fijo tradicional, ya que hoy aportan unos puntos más de tasas, y liquidez.
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