Se habla mucho de ella, pero la mayoría la entiende como un debate entre economistas. Qué es, cómo se decide y para qué sirve la tasa de interés que fija el Banco Central.
Luego de la escalada del dólar, que esta semana superó los $23, el Gobierno aplicó diferentes medidas para bajar el precio de la divisa. Además de comunicar que en 2018 bajará más de lo previsto el gasto público, el Banco Central de la República Argentina (BCRA), presidido por Federico Sturzenegger, vendió más US$ 7 mil millones en los últimos dos meses (casi el 12% de las reservas) y aumentó tres veces la tasa de interés en los últimos días: pasó del 27,25% al 40 por ciento. Pero, ¿qué es esta tasa y por qué es importante?
La “tasa de interés” se conoce como el pago que realiza quien pide prestado dinero a quien se lo da. Por ejemplo, si la tasa de interés anual es del 10%, eso significa que por cada $100 prestados, el deudor (en este caso el Banco Central) pagará $110 al final del año.
¿Para qué sirve esta tasa? La política monetaria del Banco Central está enfocada en mantener la estabilidad de los precios, o sea, adoptar políticas para contener la inflación. En este sentido, la entidad estatal utiliza la tasa de interés de corto plazo como su principal instrumento, como por ejemplo con las Letras del Banco Central (Lebacs), que se licitan una vez por mes.
“Los ahorristas pueden hacer principalmente tres cosas: comprar dólares, consumir (que impacta en la inflación) o invertir en un instrumento en pesos, cuyo rendimiento depende en cierta medida de la tasa que decide el Banco Central. En este sentido, invertir en esta tasa depende de cuánto esperes que se va a mover el dólar y la inflación”, explicó a Chequeado en esta nota Santiago Mosquera, entonces economista de la consultora Eco Go dirigida por Marina Dal Poggetto y actual integrante de la Agencia Argentina de Inversiones.
Por esto mismo, al bajar la tasa y ser menos atractiva, los ahorristas se vuelcan más al dólar (lo que aumenta la expectativa de una suba del precio de la divisa estadounidense) y al consumo (aumenta la inflación). Mientras que al subir la tasa, como hizo el Banco Central esta semana, sucede lo contrario: los dólares pasan a ser menos atractivos (baja su valor) y cae el consumo (por lo que hay menos presiones inflacionarias).
¿Cómo se decide esta tasa? El Banco Central cuenta con un Consejo de Política Monetaria integrado por seis directivos de la entidad (entre ellos Sturzenegger, el presidente, y Lucas Llach, el vicepresidente). Este Consejo de Política Monetaria es el que discute cambios en la tasa de interés de referencia dos martes al mes y comunica las modificaciones esos días a la tarde.
En su reunión pautada para el 24 de abril, el Consejo mantuvo su tasa en 27,25 por ciento. Sin embargo, tras el aumento del dólar, el 27 de abril los directores se reunieron fuera de su cronograma preestablecido y aumentaron la tasa a 30,25%, aunque no fue suficiente: nuevamente fuera de su cronograma de reuniones, el 3 de mayo el Banco Central volvió a subir la tasa a 33,25% y el 4 de mayo la subió al 40%, la más alta de toda la gestión de Cambiemos.
Además, Mosquera añadió que “la tasa que comunica el Banco Central funciona como un regulador de todas las tasas de la economía”, por lo que también impacta en el acceso al crédito. En este sentido, si el Banco Central baja la tasa los créditos serán más accesibles, mientras que al subir la tasa para el empresario será más costoso financiarse con un préstamo.
En este sentido, Juan Pablo Ronderos, gerente de Desarrollo de Negocios de la consultora Abeceb dirigida por Dante Sica, sostuvo en esta nota a Chequeadoque estas altas tasas, si bien tienen como objetivo controlar el valor del dólar y bajar la inflación, generan una caída en la actividad, ya que “el consumo y la inversión se desaceleran porque la gente prefiere estos elementos financieros y los préstamos resultan muy caros”. Es decir que muchos prefieren invertir en los instrumentos como las Lebacs antes que otro tipo de compras o inversiones.
Este instrumento de política monetaria es utilizada en todo el mundo. Por ejemplo, la más conocida es la tasa de interés que marca la Reserva Federal (FED) de los Estados Unidos. Esta tasa es mucho menor a la argentina (actualmente se encuentra en un rango entre 1,50% y 1,75%), aunque dicho país tiene una inflación mucho menor que la Argentina (el Fondo Monetario Internacional -FMI- pronostica una inflación anual en ese país para 2018 cercana al 2,5%).
Por último, Ronderos diferenció que el kirchnerismo “decidió no aumentar las tasas de interés para no afectar la actividad”, mientras que Cambiemos, en contraposición, planea utilizar más este tipo de políticas “para combatir la inflación”.
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