Rusia está en busca de nuevos socios comerciales fruto de las sanciones de Estados Unidos. En Córdoba, buscan maquinaria.
La guerra que Rusia emprendió contra Ucrania a principios del 2022 generó una verdadera carnicería, especialmente económica. La batalla, que ya se venía macerando años atrás, terminó estallando principalmente en el plano financiero con diversas estrategias de bloqueo entre el país del Este y la OTAN.
En ese sentido, las sanciones millonarias a Rusia no solo se dieron en un plano diplomático, sino también comercial, con cientos de empresas occidentales abandonando el mercado local y dejando un auténtico hueco en la economía rusa. Pero eso no detuvo al país más extenso del mundo, que ahora busca reparar esos circuitos comerciales con soluciones alternativas.
Una de ellas es Argentina, país que rechazó la invasión a Ucrania, pero que nunca terminó de demostrar contundencia en el reclamo hacia Rusia. Bien sabida es la buena relación entre la vicepresidente argentina Cristina Kirchner y Vladimir Putin.
En ese marco, Rusia fijó su mirada en Córdoba, concretamente sobre las fábricas de maquinaria agrícola. El interés del país del este sobre esos productos surge a partir del bloqueo de uno de sus principales negocios: la producción de granos.
En ese sentido, las mayores empresas de maquinaria agrícola decidieron dejar de venderle a Rusia, ya que también atacó a un país productor como Ucrania. Y en esa ida y venida, surgió una posibilidad para la maquinaria argentina, que ya venía en un buen momento para las empresas.
El interés principal se enfocó en los tractores, las cosechadoras y las pulverizadoras, y también tolvas para el traslado de granos. Esos productos son indispensables para la producción, y vinieron a ser relevados por emisarios de empresas rusas a Córdoba.
En el este provincial se concentra el corazón de la producción agro metalúrgica. Allí, empresas como la local Pauny exportan hace varios años al mundo, con principal destino a Brasil.
“Debido al bloqueo, y ante la desesperación por tener estructuras armadas paralizadas y no tener que vender, nos identificaron como opción. Tenían la alternativa de China y de Turquía, pero valoraron la calidad de nuestros productos”, explicaron desde el conglomerado empresario Argentech a La Voz. Todo ese interés se vería principalmente plasmado en el 2023, con la concreción de ventas para la temporada de cosecha en septiembre, momento en que Rusia levanta.
La venta de las maquinarias comprende el cumplimiento de altos estándares de calidad, sumados a servicios de posventa y ampliación tecnológica. Esas son las expectativas mínimas de los ejecutivos rusos para poder comprar maquinaria en cualquier parte del mundo.
Por otra parte, la búsqueda de Rusia también echa raíces para el futuro. Desde ese país aseguran que se ampliará la superficie cosechada a 100 millones de hectáreas más que las actuales, y la demanda de maquinaria aumentará, en un mercado en el que Argentina se espera sostener.
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