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El coche eléctrico ha llegado para quedarse. El aire lo agradecerá. | | CapitalBolsa

Que el coche eléctrico se impondrá en las próximas décadas nadie lo duda. Los principales fabricantes del mundo están invirtiendo enormes cantidades de dinero para mejorar sus modelos eléctricos. La preocupación medio ambiental es un factor que generará tendencias estructurales que se impondrán en el largo plazo. Es un hecho.
Sobre este punto, nos gustaría traer un extracto de un interesante artículo de la web megnet.xataka.com, sobre la implantación del coche eléctrico en Noruega, y el beneficio en la calidad de su aire. Veamos:
"Noruega es el único país del planeta donde el coche eléctrico es más realidad que promesa. Alrededor del 40% de los nuevos vehículos matriculados el año pasado eran eléctricos, y dentro de poco el porcentaje podría superar el 60%. Su éxito bebe de diversos factores, que van desde las exenciones fiscales hasta la singular boyantía económica de sus ciudadanos. En cualquier caso, sus consecuencias son palpables: respirar en Noruega es hoy más sano que nunca.
Los datos. La diferencia es abrumadora. El ejemplo más significativo es Bergen, segunda ciudad en importancia y tamaño del país. Un informe reciente estima que los niveles de dióxido de nitrógeno (el componente más letal de cuantos emiten los vehículos motorizados) ha descendido a los niveles de 2002 (en plena expansión del diésel). La caída es del 14,5% respecto a 2016, coincidente con la caída de trayectos en coche registrada en la ciudad.
Menos coches. ¿A qué se debe? Un sospechoso emerge: el vehículo tradicional. El volumen de tráfico rodado en Bergen se ha hundido un 6% entre 2015 y 2017. La cifra consolida una tendencia a largo plazo: circula hoy un 20% menos de coches en sus calles que en 1990. Sin embargo, el número de viajeros diarios se ha multiplicado por dos respecto a 2010. Hay más gente moviéndose en Bergen que nunca, y lo están haciendo con menos coches."