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Luis Lacalle Pou: “Gane Fernández o Macri voy a tener la mejor disposición para el crecimiento y el buen relacionamiento histórico que se truncó por autoritarismos”




En Perspectivas desde Buenos Aires, el candidato más fuerte de la oposición uruguaya, Luis Lacalle Pou, rechaza la postura del Frente Amplio sobre Maduro, a quien define como un dictador, no marca preferencias entre Fernández o Macri, y aboga por un mejor relacionamiento entre los países y un Estado eficiente para mejorar los índices económicos, sociales y de seguridad.




Los textuales más importantes:

Sobre su posibilidad de convertirse en el próximo presidente de Uruguay:
“En realidad, lo que yo siento es que el Uruguay empezó a decidir una alternancia. Primero los pueblos cambian de opinión, cambian de sentido, y después lo catalizan en un partido político o una coalición de partidos políticos. Desde mi punto de vista el 27 de octubre, el día de la elección, el resultado previsible es un Frente Amplio con una mayoría minoritaria, va a quedar muy aislado, muy solo, que no ha construido puentes, no ha construido relacionamientos estables con otros partidos políticos. Y del otro lado va a haber una mayoría de partidos de oposición que tienen vínculos de trabajos políticos estos años, que tienen programas que tienen muchas coincidencias y que tienen además una vocación de buenas relaciones interpersonales. Y todos los partidos están de acuerdo que llegó un momento de cambio en nuestro país. ¿Qué quiero decir con esto? Que el futuro próximo y estos 24 días que quedan de campaña habrá que fortalecer esas coincidencias y las relaciones interpersonales que van a ser las que van a tener una consecuencia para una tercera vuelta el 24 de noviembre.”

Acerca de si él pensó en la unificación con los otros candidatos opositores:
“El Uruguay tiene partidos muy antiguos, mi partido tiene 183 años de historia, es una nación con una fuerte estabilidad política y que hay matices y algunas diferencias entre los distintos partidos. Sí hay coincidencias en lo práctico, una coalición no está definida por identidades ideológicas o filosóficas, está definida porque en temas prácticos en la actualidad del país nos ponemos de acuerdo. Y por eso esto es con aproximaciones sucesivas, porque los partidos de oposición vamos a competir para obtener un peso parlamentario importante para que nuestros programas y proyectos sean llevados adelante. Y esa decisión se toma el 27 de octubre. Tenemos claro que somos competidores cooperantes, y eso de todos los partidos políticos de la oposición, en mayor o menor medida, está presente. Los candidatos de la oposición, básicamente de cuatro o cinco partidos, ya han manifestado su intención −llegada la segunda vuelta− de votar al candidato que no sea el representante del gobierno, obviamente con algunas condiciones programáticas. Pero hay una predisposición a que estos partidos que acordemos para la segunda vuelta y eventualmente para un gobierno, que es lo que estamos buscando. No estamos buscando ganar la segunda vuelta, estamos buscando conformar una mayoría parlamentaria que sostenga a un Poder Ejecutivo que seguramente va a ser multicolor, en una etapa nueva en el país que nunca se ha vivido.”

¿Será, entonces, una gran coalición de todos en contra del Frente Amplio?
“Yo no me he movido nunca en contra de nadie. Sí creo que es momento de sustituir al Frente Amplio porque ha agotado a su gobierno, porque se ha entregado, porque después de  16 años de crecimiento ininterrumpido de nuestro país, los índices económicos no son buenos para los uruguayos, los índices de seguridad no son buenos tampoco, ha habido un aislamiento en relaciones exteriores y me parece que el Uruguay necesita recuperar confianza, recuperar la esperanza, para entrar en el círculo virtuoso de inversión, de crecimiento y de relacionamiento. Yo trato de no ser reactivo, trato de accionar y no reaccionar, y nosotros estamos convencidos de nuestras agendas −muy similares al resto de los partidos de oposición− es lo que necesita el país en los próximos cinco años.”

Sobre el candidato Marini Rios, a quien consideran muchos de ultraderecha y que según las encuestas tiene un importante caudal de votos. ¿Puede haber acuerdo con él?
“A mí no me gusta nunca calificar de extrema derecha o derecha, me parece que es en términos uruguayos exagerado, en términos uruguayos pocas veces convvien los extremos, ni la extrema derecha ni la extrema izquierda. Yo hablaba más temprano de los vínculos interpersonales: con el general Marini me une una buena relación, con su familia particularmente que provienen de mi mismo partido político, tanto su esposa como su suegro, es gente que ha integrado nuestras estructuras. Y voy a lo programático, y en lo programático tenemos coincidencias. Obviamente no pertenecemos al mismo partido, obviamente hay postulados que quizás no sean compartibles, pero la política es el arte de lo posible y si no hay trabas morales, trabas éticas que opongan a un acuerdo, nosotros lo vamos a buscar. No hemos descartado a nadie: queremos una mesa bien amplia de oposición. Siempre va a haber tiempo para no ponerse de acuerdo. Desde mi punto de vista, insisto: los programas dicen que hay coincidencias. Seremos los políticos los que las tendremos que encontrar bajando las barreras del ego, de los personalismos, y estando a la altura que el momento uruguayo exige.”

Acerca de por qué cree que hay áreas del Estado que hay que achicar:
“En realidad lo que hay que hacer es achicar el gasto ineficiente del gobierno. Hace poco tiempo hubo un informe del BID en noviembre de 2018 que habla del mal gasto en la administración pública. Es más, hemos tenido ejemplos clarísimos. Por ejemplo: el presupuesto de seguridad pública se multiplicó por cuatro de 2005 a la fecha y el nivel de los delitos y violencia, el nivel de insatisfacción y el temor de los uruguayos ha ido en crecimiento. Por ende, el uruguayo ya hizo el esfuerzo económico. En estos últimos gobiernos han aumentado sucesivamente el gasto y los impuestos y eso ha llevado a que se reduzca la inversión, al cierre de emprendimientos productivos, comerciales, industriales, y eso ha llevado al crecimiento del desempleo. O sea que el Uruguay ya está haciendo un ajuste negativo. Y esa tendencia hay que revertirla y la tiene que revertir el gobierno gastando menos y mejor, sin afectar las áreas sensibles: la seguridad, la educación, la salud, los planes sociales, la asistencia del Estado. Hay que mantener un Estado fuerte que de no estar presente se convierte en un Estado que genera rechazo importante.”

Que es lo mejor y lo peor de Daniel Martinez, el candidato del Frente Amplio:
“No me gusta calificar a mis competidores. Es una buena persona, una persona de buen modo, tengo buen vínculo con él. En Uruguay, en las competencias políticas, aún las duras y aguerridas, casi siempre se mantienen el buen relacionamiento. En este caso, el resto del partido del gobierno, desde mi punto de vista muy nervioso por dejar el poder al cual se ha acostumbrado, se ha ido un poquito de los cánones normales de las campañas nacionales, creo que fruto de no aguantar la presión y la tensión de abandonar el gobierno después de tantos años. Lo negativo de Daniel Martínez es que es el candidato del gobierno, y que es el candidato de una estructura que hace 15 años está gobernando de una manera, que tuvo bonanza económica, que tuvo la inversión extranjera directa de las mayores de América latina, tuvo precio de materias primas como nunca en la historia… Pero lamentablemente en términos de deuda, de déficit, inflación y desempleo son números muy negativos para la realidad que podríamos estar viviendo. Daniel Martínez es el candidato del continuismo y el Uruguay necesita una alternancia.”

Acerca de la critica que le hizo Martínez por su falta de experiencia ejecutiva:
“Es una visión del candidato del gobierno que alguna diferencia, algún matiz, tiene que marcar. El Uruguay va a necesitar mucho diálogo. Es más, nuestra constitución que es semi presidencialista, va rumbo en los hechos nuestro gobierno a ser un parlamentarismo 3.0, por cuatro o cinco partidos compartiendo el gobierno. Por lo cual el diálogo, la capacidad de zurcir, de tener acuerdos, cobra un rol importantísimo. Si habláramos en términos de eficiencia en la administración, obviamente Daniel Martínez no es el mejor ejemplo que tiene el país. El gobernó la petrolera nacional, sentó las bases para el desastre posterior, que termina el pueblo uruguayo pagando centenas de millones de dólares, una mala administración y termina con un vicepresidente de la republica renunciando, que fue un hecho inédito.”

Sobre las elecciones en la Argentina:
“Un lord ingles hace muchos años dijo que los países no tienen ni amigos ni enemigos permanentes, tienen intereses permanentes. Mi visión de la política argentina, como la brasileña, la paraguaya, y el resto del mundo es del interés nacional. Soy muy cauteloso con el análisis del otro lado del charco y gane quien gane en Argentina vamos a tener que tener las mejores relaciones porque coexistimos geográficamente, políticamente, económicamente, participamos del Mercosur, que debe avanzar en negociaciones porque de alguna manera tenemos que aflojar el corset te pertenecer a esa asociación trasnacional. Me limito a ser un observador de las elecciones argentinas. No estoy dispuesto a evaluar a un presidente del otro país. Gane Fernández o Macri voy a tener la mejor disposición para el crecimiento y el buen relacionamiento histórico de nuestros países que lamentablemente hace algunos años se truncó por autoritarismos, por medidas arbitrarias, que estoy seguro de que gane quien gane eso no va a volver a la región porque todos aprendimos.”

¿Con quién tiene afinidad en la región?
“Tengo buena relación personal con algunos presidentes, algunos candidatos, pero no debo guiar mi relacionamiento por afinidades personales. Creo que el mayor error en la política internacional es darle demasiada atención a las relaciones personales, afecto mutuo que generan conflicto cuando los líderes mundiales deberían tener en su ADN el concepto de las buenas relaciones y no la división, como lamentablemente vemos en muchos líderes de primer orden.”

Acerca de cuál va a ser su posición respecto a Venezuela:
“Claramente Maduro es un dictador. Claramente hay una violación flagrante de los derechos humanos, claramente no me siento representado por la posición de mi país. Claramente nos sentimos avergonzados por las actitudes que ha tenido nuestro gobierno, que no representa el sentir de los uruguayos de oposición y de una gran cantidad uruguayos que votan el Frente Amplio. La visión del gobierno que está comprometida lamentablemente por afinidades ideológicas primero, por negocios particulares al amparo del poder, ha teñido una trayectoria de la cual nos jactamos: siempre estuvimos del lado correcto de la historia.”






CNN