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En el Conicet consideraron que la Argentina pierde potencial por la escasez de crédito, la inflación y reglas de juego inestables

El investigador titular del CONICET, José María Fanelli, sostuvo que la Argentina está perdiendo la oportunidad de expansión que le está dando el mundo vía comercio por sus crónicos problemas internos como las políticas sociales deficientes, las reglas de juegos inestables, la inflación y el escaso crédito.
El economista disertó en el marco del panel sobre Creación de valor y distribución del ingreso destacó la aplicación de la Asignación Universal por Hijo (AUH), la que calificó como “espectacularmente buena”, pero cuestionó que el país gaste en subsidios casi cuatro veces más que en políticas sociales apuntadas directamente a los sectores más humildes.
Ante unos 800 empresarios que participaron del 46° Coloquio Anual del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA), Fanelli afirmó: “Tenemos una oportunidad y probablemente la estamos desaprovechando”.
Agregó también que la posibilidad de una sociedad mas inclusiva está, pero es una alta valla por saltar para el país sus políticas sociales aún deficientes.
Fanelli indicó que la Argentina recauda unos 33.000 millones de pesos por impuesto a las exportaciones al año y gasta en subsidios una cifra similar, mientras que la política social con la AUH es “espectacularmente buena” con sólo 8.000 millones de pesos.
En ese sentido, remarcó que llamativamente cuando el ciclo económico local va para arriba (crece el PBI) el gasto social sube considerablemente, y sin embargo cuando la economía se deprime, el mismo diminuye.
“En vez de suavizarle el ciclo a los pobres, se lo acentúa”, cuestionó el economista egresado de la universidad de Buenos Aires y en esa línea argumental advirtió que las crisis, como la de 2001, y la inflación alta –como la actual- fabrican pobreza y desigualdad. Señaló que cada vez que se produce una crisis, la desigualdad aumenta y luego baja pero no tan rápido como ascendió, lo cual ralentiza con dureza la movilidad social y margina a diversos sectores, incluso a los trabajadores.
El economista indicó que el país supo reponerse rápido después del colapso financiero, económico, político y social de 2002, porque logró crecimiento, más ahorro nacional, más ingresos públicos y por ende menos crisis.
Aseguró que ahora la Argentina no está parada en el mismo sitio en el que estuvo durante los 40 años previos al 2002, dado que después de ese año salió creciendo de manera significativa durante ocho años seguidos, cuando para ver una situación similar, hay que remontarse a los años 60.
No obstante, sostuvo que no se podría explicar el sustancial cambio sin tener en cuenta el contexto internacional, particularmente por la expansión de China y los ascendentes precios internacionales.
Destacó que en la última década, la Argentina se dedicó a ahorrar hasta niveles récord y si bien reconoció que la tasa de inversión privada fue “razonablemente buena”, advirtió que hay una brecha entre el stock de ahorro y las inversiones.
¿Por qué no usa todo el ahorro nacional para invertir?, se preguntó Fanelli e inmediatamente respondió que el impedimento clave viene por el lado de la creciente fuga de capitales desde la década del 90.
Precisó que en los últimos diez años se fueron del país fondos equivalentes al 32 por ciento del PBI, es decir un tercio de lo que produce el país en un año, y cuestionó: “Ahorro hay, que no se invierta es un problema de los mercados”.
Por otra parte, afirmó que para la aplicación de fuertes y efectivas políticas de movilidad social, el país necesita crédito, cuando Argentina no accede al mercado de capitales desde hace casi diez años.