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Inversores dudan del canje de Massa

 Conocido el canje que quiere hacer Massa, los inversores se pusieron en contacto con los bancos y avisaron que ellos quieren bajarse antes de las PASO. Hubo presión cambiaria y el BCRA tuvo que jugar fuerte: perdió gruesas reservas y se endeudó más en Leliq.,

Todo el pulso del mundo financiero giró ayer en torno al mensaje que comenzó a dar ayer a mediodía el titular del la Reserva Federal de EE.UU., Jerome Powell, que debió dar explicaciones ante el Capitolio. Y por más que la senadora demócrata por Massachusetts Elizabeth Warren le advirtió secamente en su nariz que por su estricta política financiera se perderán 2.000.000 de empleos, Powell fue inflexible, más halcón que nunca, más duro que lo esperado, anticipando que habrá tasas más alta y por más tiempo que el esperado.

La elevada discusión entre dos órganos diferentes del Estado, con clarísima división de poderes, contrastó con las conversaciones que se vieron ayer en la plaza financiera de Buenos Aires. Enterados de que los bancos habían hecho un acuerdo de cúpulas con el Gobierno para reperfilar deuda que vence en los próximos cien días y pagarla recién en 2024 o 2025, con el Gobierno que esté a cargo en ese momento, los teléfonos de los operadores ardían: “Ustedes entren al canje que quieran, pero mis bonos yo los quiero cobrar, no voy a seguir en pesos después de junio, esto es impredecible”, repetían sistemáticamente cientos de inversores, que son los verdaderos tenedores de bonos en pesos por unos $1,7 billones, un monto equivalente a más de UD$ 4.500 millones que vencen desde ahora hasta fines de junio.

El mensaje de Powell

El resultado de lo que ocurría en Washington con Powell y lo que pasaba con los bancos en Buenos Aires terminó con una reacción completamente diferente. El discurso del titular de la Fed tiene este viernes una primera valla, que es la difusión del dato de empleo en EE.UU. y el martes se conocerá el dato de la inflación, para luego determinar qué tipo de suba de tasas aplicará la Reserva Federal el miércoles 22. Hasta ayer a la mañana se pensaba en una suba de 25 puntos básicos en la tasa corta, pero después de escucharlo, la mayoría se convenció de que el incremento puede llegar a ser de medio punto. Por lo que al cierre de la tarde los operadores se preguntaban ¿hasta qué nivel llevará la tasa corta, será 6% anual o puede incluso llegar al 7%?

Esa suposición generó una respuesta inmediata en las tasas largas de EE.UU., que se invirtieron: se empinan más las tasas largas más cortas y menos las más largas, ya que se pagó 5,2% anual a 1 año de plazo, 4,3% a 5 años, 4% a 10 años y 3,9% a 30 años. Y la respuesta a ese premio en los intereses cortos volvió a poner al dólar global claramente hacia arriba. Así, ayer en el exterior el dólar subió 1,6% contra la libra, 1,2% contra el euro, 1,1% en Chile, 0,8% en Japón y 0,6% en Brasil, México y China, ninguna moneda se salvó.

Las commoditties para abajo

Y eso al mismo tiempo provocó una baja fuerte en las commodities a nivel mundial. El petróleo cayó 3,6%, los metales preciosos estuvieron en una barranca, los metales básicos también fueron muy para abajo. En cambio las criptomonedas se debilitaron apenas y los granos también tuvieron una reducción leve. Algunos operadores afirmaron que sobre todo el petróleo y los metales están blandos porque la apertura de China viene lenta, no hay pedidos, ya que su actividad económica se está ralentizando.

A nivel local, como siempre, Argentina siempre juega un partido aparte. Hubo fuertes discusiones entre inversores y operadores bancarios, advirtiéndoles que ellos no entrarán al canje, que esperan cobrar e irse. Y, mientras tanto, para que la corrida del dólar no termine por dispararse de manera violenta, el Banco Central terminó interviniendo fuerte, en la mayor participación negativa de la autoridad monetaria de las últimas doce ruedas.

El equipo económico sabe que los pesos encepados, ultravigilados por la Afip, tienen que seguir renovando bonos según las órdenes del Ejecutivo. Pero los inversores leen la maniobra como un reperfilamiento de cúpulas, con un canje de unos $7,1 billones que serán reprogramados, dejando de ser compromiso de esta administración para que la reciba con moño de regalo el Gobierno que surja de la elección presidencial de octubre próximo.

Las dudas de los inversores

Los privados no saben qué pasará, no conocen cuáles son los candidatos que puedan surgir de las PASO, tampoco hay ninguno que diga lo que debe hacerse: “bajar el gasto, dejar de emitir pesos y terminar con el dinero discrecional ilegal que reparte el Presidente a sus facciones políticas”. Por eso ayer la presión sobre el dólar continuó. Ya que se supone que quizás 55 o 60% de los bonos involucrados quizás entren al canje pero 35 o 40% tendrán que ser pagados, por lo que se vienen cien días tensos para el frente cambiario, con liberación de pesos, y presión sobre el dólar o sobre la inflación.

Al mismo tiempo ayer hubo otro elemento en enfervorizó aún más a los clientes de los bancos. Hubo muchos llamados porque mucha gente quería hacer compras no demasiado abultadas con tarjetas de crédito y la respuesta que daba el sistema era “su tarjeta no tiene saldo suficiente como para hacer la operación”. Inmediatamente, cambiaban de tarjeta, utilizaban la de un familiar o un amigo, y la respuesta era la misma, a pesar de que esas tarjetas no habían sido utilizadas en los últimos meses. Lo cual indica que el crédito a los privados está prácticamente cancelado.

Los dólares en Argentina

La situación no es sencilla. El martes el Indec dará a conocer el IPC que tuvo Argentina en febrero (en Ciudad la inflación anual a febrero fue del 103,1%, y la inflación núcleo del mes estuvo muy caliente, en el 6,8% mensual, durísima. De ahí que el día abrió ya de entrada con los dólares pedidos y con la autoridad monetaria lanzada para que los precios se mantuvieran quietos. Y la quema de fondos públicos fue importante: el BCRA tuvo ayer la mayor pérdida de dólares de las últimas 12 ruedas en el Mulc (US$ 52 millones) y al final del día como resultado de todas las operaciones, la caída de reservas fue vertical: se esfumaron US$ 197 millones y además Reconquista 266 chupó de los bancos depósitos por otro $ 1,1 billones en Leliq a cuatro semanas de plazo.

Con semejante gasto, el Gobierno logró mantener tranquilo al dólar blue, que bajó $1 hasta $371. Pero los otros catorce dólares de Alberto subieron. El dólar Qatar subió 46 centavos hasta $413,80, el Senebi saltó $3,03 hasta $376,11, el MEP saltó $4,55 hasta $366,97y el contado con liquidación subió 14 centavos hasta $373,97. Por lo que la brecha entre el oficial y el blue fue del 79% y la del CCL con el mayorista fue del 87%.

Detrás de eso, con la base de riesgo del mundo, que es el riesgo de EE.UU. elevándose lentamente, los bonos argentinos tuvieron una leve baja promedio, sin que el mega canje provocara ninguna distensión, por lo que el riesgo país cedió 3 unidades hasta 2044 puntos básicos.

A nivel títulos, con los ladridos de Powell retumbando por todas partes, la Bolsa de Nueva York no tuvo un buen día. El industrial Dow Jones bajó 1,7%, el S&P descendió 1,5% y el Nasdaq cedió 1,2%. Al tiempo que la bolsa de San Pablo bajó 0,5% y la Bolsa de México cayó 1,5%, con varios analistas advirtiendo que los desequilibrios aztecas están creciendo y que hay que poner alertas sobre ese mercado.

Y a nivel local, bien puede decirse que el resultado fue el peor de todos. Con $5.658 millones operados en acciones y $9.041 millones en Cedears, la Bolsa de Buenos Aires cayó 2,5%. Mientras que los ADR argentinos en Nueva York anotaron una caída en bloque: bajas del 1% al 7,5% para YPF, IRSA, TGS, Francés, Supervielle, Loma Negra, Galicia, Pampa E, Macro, Edenor, Telecom y Bioceres como las peores del día.

Fuente: El Economista