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La reaparición pública de Cristina

 Luego de más de dos meses de silencio luego del intento de magnicidio Cristina Kirchner reapareció el viernes pasado encabezando un acto partidario organizado por la UOM en la ciudad de Pilar. Recibida al canto de “Cristina presidenta” la titular del Senado dejó para la reflexión varias frases (fuente: Perfil, 4/11/022).

1-«Yo lo vi por la televisión no me di cuenta del arma que empuñaron y que intentaron volarme la cabeza. Dicen los psiquiatras que para el trauma es mejor, porque a la gente que le pasa no lo olvida. Por suerte, no lo vi. Pero no pude sacarme de la cabeza en este tiempo es ¿qué hubiera pasado si hubiera salido? Esa imagen para mis hijos. Decía mi abuela que ‘no hay mal que por bien no venga’. La primera conclusión que saqué es que esos ‘indignados’ que se quejaban, no eran ‘indignados’ era gente paga por empresarios que se identificaron con el macrismo».

2-«No eran indignados, recibían millones de pesos. Corténla con los indignados que no va más».

3-«Estoy resignada con la Justicia porque me quieren de acusada y no de víctima».

4-“La doctrina liberal de la economía le dice hoy a los trabajadores que el salario es igual a la productividad. No es así eso hoy en la Argentina”.

5-“Hoy escuchamos que dicen que el mejor gobierno de la República Argentina fue el de la convertibilidad, que el mejor ministro fue el de la época de los 90’. La desinformación es muy grande. Los datos tienen que ser abordados con números concretos, no con slogans”.

6-“Estamos ante mercados absolutamente concentrados, con cadenas de valor que hacen poner su poder en la distribución del ingreso. Es el Gobierno que tiene que terciar en la distribución del ingreso”.

7-«Quiero ser absolutamente sincera, no miento, podré tener muchos defectos pero no de mentirosa. El ministro de Economía está haciendo un gran esfuerzo administrando».

8-«Quiero ser sincera, que mis compañeros y compañeras trabajadoras porque muchas veces leo del experimento del Frente de Todos. Miren, las decisiones políticas hay que juzgarlas y evaluarlas en el momento en que fueron tomadas. En ese momento, tenía la responsabilidad de hacer que el peronismo ganara las elecciones, pero, sobre todas las cosas, hacer que las medidas sobre salario, persecución judicial, en ese momento había que tomar decisiones y el escenario internacional era complejo. Prácticamente, Trump iba a ser reelecto y había puesto millones de dólares para sostener al Gobierno de Macri. Lula estaba preso, en Ecuador, Correa estaba exiliado».

9-«No estaba muy acompañada que digamos. Tuve que tomar una decisión y no me arrepiento (de haber creado la fórmula Fernández-Fernández), porque realmente pudimos lograr el objetivo que no era votar en contra de alguien, sino votar en contra de determinadas políticas. Votamos a favor o en contra de políticas».

10-«Los que se llevan la productividad, pagan mucho menos de Ganancias que cualquier trabajador de los que está sentados hoy aquí, porque no tienen la posibilidad de dibujar los salarios, como se dibujan los balances de las empresas».

11-«La inflación no empezó con el Gobierno de 2019, empezó con un gobierno que endeudó al país”.

12-«Nunca nos van a perdonar a los peronistas que hayamos involucrado a los trabajadores en las discusiones sobre el modelo de país».

13.»Es necesario volver a reconstruir el acuerdo democrático, donde las diferencias no pueden ser solucionadas a través de la violencia».

14-«Los patos de la boda van a volver a ser los trabajadores y las trabajadoras».

15-«Estamos en un mundo peor del que nos tocó antes».

16-«Si no hubiéramos recuperado Vaca Muerta en 2012, sería una ‘Vaca Viva’ porque la tendrían otros y no los argentinos».

17-«No nos acostumbremos a creer que ‘algo nos va a salvar’. Los único que nos va a salvar es la organización como pueblo, sino nada nos va a servir y nada nos va a salvar».

18-«En el 2015, bajo el canto de las sirenas, bajo promesas incumplidas, finalmente, tuvimos durante cuatro años un retroceso del que aún no nos pudimos recuperar, más allá de las críticas en materia de gestión».

19-«Éramos un pueblo alegre, volvamos a recuperar esa alegría que tuvimos algunas vez, la alegría de que el sueldo alcanzaba, de que había futuro».

20-«Voy a hacer lo que tenga que hacer para que el pueblo recupere la alegría».

Cristina aún no se recuperó de la experiencia que le tocó vivir el 1 de septiembre. Es lógico que ello suceda ya que se trató de una situación límite que pudo poner en riesgo la paz social si el revolver hubiera funcionado. Mientras rememoraba el intento de magnicidio dio a entender que el macrismo estuvo detrás del macabro hecho. Se trata, qué duda cabe, de una afirmación temeraria ya que, al menos hasta ahora, no hay pruebas que lo confirmen. De lo que sí no cabe ningún tipo de duda es respecto a la lentitud de la Justicia para investigar la tragedia hasta las últimas consecuencias. Ello explica su afirmación “Estoy resignada con la Justicia porque me quieren de acusada y no de víctima”. Cristina da por descontada la sentencia en su contra en la causa Vialidad y la inacción de la jueza Capuchetti en la resolución del intento de magnicidio.

Cristina defendió a Sergio Massa. Lo que son los intereses políticos. Porque se trata del mismo dirigente que, hace unos años, impidió que la entonces presidenta de la nación lograra su ansiada re-reelección. Pero los tiempos políticos actuales son muy diferentes a los de 2013. Hoy Cristina necesita imperiosamente que el ministro de Economía no fracase estrepitosamente, porque si ello llegara a ocurrir la oposición ganará cómodamente las presidenciales del año próximo.

Según la vicepresidente la inflación que hoy nos agobia comenzó durante el gobierno de Macri. Es cierto que el ex presidente falló en su intento por combatir la inflación pero también aquí debemos hacer honor a la memoria histórica. Raúl Alfonsín debió anticipar la entrega del mando acosado por la hiperinflación. Su sucesor, Carlos Menem, recién a comienzos de 1991, con la llegada de Cavallo a Economía, comenzó a domar el flagelo inflacionario. Durante la década menemista la inflación fue escasa pero con el ascenso de Duhalde al poder la inflación comenzó a sofocarnos como en los viejos tiempos. Y continúa haciéndolo hasta nuestros días.

Pero la frase que más repercutió en la opinión pública fue la siguiente: “Voy a hacer lo que tenga que hacer para que el pueblo recupere la alegría». ¿Cristina dio a entender que estaría dispuesta a competir por la presidencia el año que viene? Hoy es imposible responder a semejante pregunta. Todo dependerá de la marcha de la economía. Todo, dependerá, en realidad, de la capacidad de Massa para bajar la inflación. Porque con porcentajes mensuales como los actuales las chances del FdT de continuar en el poder serán inexistentes.

El atentado a CFK: ¿La justicia no investigará nada?

En su edición del 5/11 Irina Hauser y Raúl Kollmann publicaron un esclarecedor artículo en Página/12 titulado “La trama detrás del atentado a CFK que el Poder Judicial no quiere investigar”. Escribieron los autores:

“Cristina Kirchner dijo en Pilar que está pesimista, que la Justicia no va a investigar nada, que la quieren de acusada, no de víctima. La realidad, al menos por ahora, le da toda la razón. Sus abogados, José Manuel Ubeira y Marcos Aldazábal le propusieron a la juez María Eugenia Capuchetti, en estos dos meses y cinco días, 43 medidas de prueba. La magistrada contestó en 32 oportunidades con un téngase presente u optó por no contestar (…) Pero el mayor rechazo de Comodoro Py es la decisión de descuartizar la investigación: nada de buscar a los contactos de los que quisieron volarle la cabeza a Cristina (…) Nada de detectar vínculos con los neonazis de Revolución Federal, el financiamiento empresario o la ligazón con el sector de Juntos por el Cambio alineado con Patricia Bullrich. La marcha de los expedientes denota lentitud extrema, una marcada inclinación a no avanzar sobre una posible trama detrás de la escena y una serie de preguntas sin respuesta (…)”.

“En la semana que pasó, la Cámara M (por macrista)-Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Mariano Llorens-le dijo a la jueza que cuanto antes eleve la causa a juicio, o sea que cierre la investigación en Sabag-Uliarte-Carrizo, los detenidos. La resolución fue criticada, entre otros, por el presidente Alberto Fernández y el ministro Martín Soria. Bruglia puso el grito en el cielo, especialmente porque nadie lo apoyó. Terminó renunciando a la Asociación de Magistrados. En Comodoro Py deben haber pensado que ese fallo de la Cámara M fue demasiado. Lo cierto es que pasados dos meses, se perdieron buena parte de los hilos a raíz del vaciamiento del celular de Sabag y la entrega, tardísima, del resto de los celulares. Está claro que estuvieron varios de ellos en los días previos al ataque en la esquina de Uruguay y Juncal, simulando vender copos de azúcar, pero no se sabe exactamente quiénes fueron (…) Está claro que el acento se pone en las causas, que como dijo CFK, es acusada, no víctima. En dos meses la Corte suprema no dispuso ningún refuerzo para el juzgado, la Procuración no armó un equipo de fiscales-como en la causa de las rutas de Santa Cruz, por ejemplo. Y la tentativa de asesinato de una vicepresidenta se investiga como si fuera un hecho común, no institucional. Casi como una pelea de barrio. El aparato judicial se exhibe sin tapujos”.

Efectivamente, el aparato judicial se exhibe sin tapujos. El intento de asesinato de CFK obligó a ese aparato a mostrar su verdadero rostro, un rostro que produce escalofríos.

Anexo

El Informador Público en el recuerdo

La vigencia de Esteban Echeverría

IP-13/03/2016

Vivimos una época signada por graves problemas económicos, sociales, políticos e institucionales. Hay quienes dicen que la culpa de todo la tiene la ex presidente Cristina Kirchner y hay quienes sostienen que la debacle comenzó a partir del 10 de diciembre pasado. Quizás ambos sectores tengan parte de la razón pero lo cierto es que hoy los argentinos estamos angustiados y cansados de tantos sinsabores. Cuando reinan la incertidumbre y el desasosiego es normal que se trate de encontrar las causas de los males que nos aquejan, tanto a nivel país como a nivel personal. La pregunta ¿por qué estamos tan mal? es hoy formulada por la inmensa mayoría de los argentinos. Todos ansiamos encontrar la respuesta perfecta, aquella respuesta que nos permita comprender lo que nos está pasando. Quien esto escribe forma parte de esa marea humana que busca explicaciones de todo tipo para entender nuestro infortunio. Para encontrar la mejor explicación posible empleo el siguiente método: consulto a los que verdaderamente saben de política, economía, sociología e historia. En esta oportunidad decidí rememorar las reflexiones de un notable intelectual de mi país volcadas en un libro pequeño por la cantidad de hojas pero inmenso por su profundidad intelectual. Ese libro no es otro que “Dogma socialista” y su autor es el enorme Esteban Echeverría. La lectura de las palabras simbólicas continúa brindando un aporte excepcional a quienes intentan darle sentido a nuestra ajetreada y compleja realidad.

Dijo Echeverría sobre la asociación: “La voluntad de un pueblo o de una mayoría no puede establecer un derecho atentatorio del derecho individual porque no hay sobre la tierra autoridad alguna absoluta, porque ninguna es órgano infalible de la justicia suprema, y porque más arriba de las leyes humanas está la ley de la conciencia y de la razón”. (…) “Ninguna mayoría, ningún partido o asamblea, tiene derecho para establecer una ley que ataque las leyes naturales y los principios conservadores de la sociedad, y que ponga a merced del capricho de un hombre la seguridad, la libertad y la vida de todos. El pueblo que comete este atentado es insensato, o al menos estúpido, porque usa de un derecho que no le pertenece, porque vende lo que no es suyo, la libertad de los demás; porque se vende a sí mismo no pudiendo hacerlo, y se constituye en esclavo, siendo libre por la ley de Dios y de su naturaleza”. (…) “Alegar razones de Estado para cohonestar la violación de estos derechos es introducir el maquiavelismo y sujetar de hecho a los hombres al desastroso imperio de la fuerza y la arbitrariedad”. (…) “La potestad social que no hace esto; que en vez de fraternizar, divide; que siembra la desconfianza y el encono; que atiza el espíritu de partido y las venganzas; que fomenta la perfidia, el espionaje y la delación, y tiende a convertir la sociedad en un enjambre de delatores, de verdugos y de víctimas, es una potestad inicua, inmoral y abominable”. Echeverría sentía un gran temor por esas mayorías circunstanciales que se colocan por encima del derecho para obrar a su antojo. Cuántas veces los argentinos sufrimos los embates de estas mayorías circunstanciales que, desconociendo la constitución de 1853, decidieron rendir pleitesía al caudillo que circunstancialmente accedía al poder por el voto del pueblo. Esta propensión de la sociedad por legitimar liderazgos carismáticos nos ha causado daños inconmensurables. Uno de los más graves problemas de la Argentina ha sido confiar nuestras vidas y nuestro futuro a un presidente que pasaba a la categoría de monarca absoluto.

Para Echeverría sólo se podía reanimar aquella sociedad en disolución (se refiere, obviamente, a la sociedad de su época) cultivando y propalando el espíritu de asociación. La asociación jugaba para Echeverría un rol fundamental y para que cumpliera fehacientemente con su cometido debía garantizar en su seno el progreso, la libertad, la igualdad y la fraternidad.

Dice Echeverría sobre la fraternidad: “Los tiranos y egoístas fácilmente ofuscaron con su soplo mortífero la luz divina de la palabra del Redentor y pusieron, para reinar, en lucha al padre con el hijo, al hermano con el hermano, la familia con la familia” (…) “el egoísmo es la muerte del alma. El egoísta no siente amor, ni caridad, ni simpatía por sus hermanos. Todos sus actos se encaminan a la satisfacción de su yo; todos sus pensamientos y acciones giran en torno de su yo; y el deber, el honor y la justicia son palabras huecas y sin sentido para su espíritu depravado. El egoísmo se diviniza y hace de su corazón el centro del universo. El egoísmo encarnado son todos los tiranos”. ¡Qué sabias palabras! La historia universal puede definirse como la historia de los gobernantes que sólo pensaron en sí mismos, que detentaron el poder pensando exclusivamente en la satisfacción de sus mezquinos intereses personales. La Argentina ha estado a merced, en gran parte de su historia, de gobernantes que hicieron un culto del egoísmo. Y el precio que pagó fue altísimo.

Dice Echeverría sobre la igualdad: “Para que la igualdad se realice es preciso que los hombres se penetren de sus derechos y obligaciones mutuas”. (…) “No hay igualdad donde la clase rica se sobrepone y tiene más fueros que las otras. Donde cierta clase monopoliza los destinos públicos. Donde el influjo y el poder paraliza para los unos la acción de la ley y para los otros la robustece. Donde sólo los partidos, no la nación, son soberanos. Donde las contribuciones no están igualmente repartidas y en proporción a los bienes e industria de cada uno. Donde la clase pobre sufre sola las cargas sociales más penosas, como la milicia, etc. Donde el último satélite del poder puede impunemente violar la seguridad y la libertad del ciudadano. Donde las recompensas y empleos no se dan al mérito probado por hechos. Donde cada empleado es un mandarín, ante quien debe inclinar la cabeza el ciudadano. Donde los empleados son agentes serviles del poder, no asalariados y dependientes de la nación. Donde los partidos otorgan a su antojo títulos y recompensas. Donde no tiene merecimientos el talento y la probidad, sino la estupidez rastrera y la adulación”. La Argentina ha legalizado, a lo largo de su historia, la desigualdad. En materia impositiva, por ejemplo, jamás se intentó aplicar el criterio proporcional para que el pago de impuestos sea lo más justo posible. Atenta contra la justicia que el pobre y el rico paguen el mismo porcentaje por la luz, el agua, etc. Cuántas veces el ciudadano común ha sido ultrajado en una dependencia pública. Pero lo más indigno de todo son las largas colas de jubilados que esperan pacientemente para cobrar sus míseros ingresos. En la Argentina el empleo público nunca tuvo que ver con la idoneidad sino con el tráfico de influencias. ¡Cuántos aspirantes capaces a la administración pública fueron desechados por carecer de padrinos!

Dice Echeverría sobre la libertad: “La libertad es el derecho que cada hombre tiene para emplear sin traba alguna sus facultades en el conseguimiento de su bienestar y para elegir los medios que puedan servir a este objeto” (Joven Europa) (…) “No hay libertad donde el hombre no puede cambiar de lugar a su antojo. Donde no le es permitido disponer del fruto de su industria y de su trabajo. Donde tiene que hacer al poder el sacrificio de su tiempo y de sus bienes. Donde puede ser vejado e insultado por los sicarios de un poder arbitrario. Donde sin haber violado la ley, sin juicio previo ni forma de proceso alguno, puede ser encarcelado o privado del uso de sus facultades físicas o intelectuales. Donde se le coarta el derecho de publicar de palabra o por escrito sus opiniones. Donde se le imponen una religión y un culto distinto del que su conciencia juzga verdadero. Donde se le puede arbitrariamente turbar en sus hogares, arrancarle del seno de su familia y desterrarle fuera de su patria. Donde su seguridad, su vida y sus bienes están a merced del capricho de un mandatario. Donde se le obliga a tomar las armas sin necesidad absoluta y sin que el interés general lo exija. Donde se le ponen trabas y condiciones en el ejercicio de una industria cualquiera, como la imprenta, etc.” Echeverría estaba pensando en el régimen de Rosas, al que juzgaba tiránico. Estos atentados contra la libertad individual se dan fundamentalmente en las dictaduras y las autocracias totalitarias pero algunos de ellos pueden darse en los regímenes democráticos. En nuestro país, en buena parte de los gobiernos con base democrática, las mayorías circunstanciales en el Congreso han ejercido una enorme presión sobre las garantías y derechos individuales, sancionando leyes flagrantemente inconstitucionales. Y en algunos casos el propio presidente, emulando a algún monarca absoluto de la Edad Media, ha utilizado los decretos de necesidad y urgencia para convalidar sus caprichos.

Echeverría expone, como colofón de su escrito, su concepción de la democracia: “La igualdad y la libertad son los dos ejes centrales, o más bien, los dos polos del mundo de la democracia. La democracia parte de un hecho necesario, es decir, la igualdad de clases, y marcha con paso firme hacia la conquista del reino de la libertad más amplia, de la libertad individual, civil y política. La democracia no es una forma de gobierno, sino la esencia misma de todos los gobiernos republicanos, o instituidos por todos para el bien de la comunidad o de la asociación. La democracia es el régimen de la libertad fundado sobre la igualdad de clases” (…) “La democracia es el gobierno de las mayorías o el consentimiento uniforme de la razón de todos, obrando para la creación de la ley y para decidir soberanamente sobre todo aquello que interesa a la asociación. Ese consentimiento general y uniforme constituye la soberanía del pueblo” (…) “La razón colectiva sólo es soberana, no la voluntad colectiva. La voluntad es ciega, caprichosa, irracional; la voluntad quiere, la razón examina, pesa y decide. De ahí resulta que la soberanía del pueblo sólo puede residir en la razón del pueblo, y que sólo es llamada a ejercerla la parte sensata y racional de la comunidad social” (…) “La democracia, pues, no es el despotismo absoluto de las masas ni de las mayorías; es el régimen de la razón”. Para Echeverría democracia y educación son hermanos siameses. Un pueblo educado es consciente de cuáles son sus derechos y, fundamentalmente, cuáles son sus obligaciones. Un pueblo educado no se deja embaucar por el demagogo, se da cuenta cuando desde el poder se pretende esquilmarlo. Un pueblo educado no se deja engañar por el gobernante, al menos no tan fácilmente. Para que impere la democracia no debe haber tantas desigualdades sociales. Cuando un porcentaje importante de la población está por debajo de la línea de la pobreza, cuando sus necesidades básicas están insatisfechas, no se puede hablar de democracia aun cuando el gobernante haya sido elegido en elecciones libres y cristalinas. Sin igualdad es imposible hablar de libertad, y sin libertad es imposible hablar de democracia. Ello explica por qué la democracia como filosofía de vida sigue siendo una quimera en la Argentina.

Hernán Andrés Kruse