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HACIA DÓNDE VAMOS | CER o no CER, la tormenta oficialista, el árbol que tapa el bosque, la inflación al galope y el cuento de la buena pipa

 

CER o no CER, la tormenta oficialista, el árbol que tapa el bosque, la inflación al galope y el cuento de la buena pipa

CER o no CER, la tormenta oficialista, el árbol que tapa el bosque, la inflación al galope y el cuento de la buena pipa

Hola, ¿qué tal? Soy Walter Brown, jefe de Redacción de El Cronista y los invito, una vez más, a darse una vuelta por este newsletter en el que semanalmente los integrantes de nuestro cuerpo editorial se proponen contarte de dónde venimos y analizar hacia dónde vamos.

Hoy con una edición imperdible. Porque Elizabeth Peger repasa la tormenta política que atraviesa el Gobierno, mientras que Juan Compte avanza sobre las preocupaciones del Círculo Rojo y Tomás Carrió relata las múltiples obras que se escriben en el país, con o sin lapicera presidencial, en una colección que tiene a los vaivenes económicos y financieros como protagonistas. 

Sobre todo tras una semana en la que el mercado volvió a sacudirse y sembrar de dudas un futuro que ya tenía a la inflación y la actividad como mayores alertas, problema que se globaliza como nos cuenta hoy Sergio Lanzafame. Y en la que las estafas, cuando no, volvieron al primero plano, como nos narra Matías Castro a partir del caso coinX.

Pasen y vean... 

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Frente de tormenta 

Por ELIZABETH PEGER, editora de Economía, Política y Opinión

Alberto Fernández utilizó su estadía en Los Ángeles en el tramo final de la semana para intentar recomponerse en parte del escándalo político que supuso la dolorosa salida de su gabinete de Matías Kulfas, uno de sus principales alfiles desde que llegó al poder. El encono mayúsculo de Cristina Kirchner contra el ahora renunciado ministro no le ofrecía otra escapatoria posible. Cedió con tristeza a la nueva imposición de su vicepresidenta y apuró algunos gestos para intentar congraciarse con ella, esperanzado con la idea de que el estallido podría abrir espacio para un nuevo tiempo en la relación entre ambos. Nada más lejos de la gestualidad de freezer que le devolvió el kirchnerismo. Lo dijimos y lo reiteramos, no hay reconciliación a la vista. El frío llegó para quedarse.

Como si fuera poco, otros frentes se abrieron puertas adentro de la coalición oficialista, a los que se sumaron amenazantes ciertas novedades en el terreno económico. Si su pretensión de designar a Daniel Scioli en reemplazo de Kulfas apostaba a establecer cierto equilibrio interno y a la vez no despertar otro conflicto con CFK, tuvo el efecto contrario y levantó polvareda en el campamento que no esperaba, el de Sergio Massa. Por eso subió al tigrense al avión que lo llevó a California: imposible darse el lujo de lidiar con otro conflicto, más aún cuando involucra a su hoy único canal de mediación en el diálogo con Cristina. El esfuerzo pacificador de Alberto logró calmar un poco las aguas, aunque habrá que aguardar por el desembarco de Scioli y sus próximos pasos al frente de Producción.

La otra señal de inquietud que sacudió los despachos de la Casa Rosada en medio del viaje presidencial se relaciona con el mercado financiero y la deuda. Pese a haber logrado el miércoles que el staff técnico del FMI aprobara la primera revisión del acuerdo de renegociación a la espera de un segundo desembolso, Martín Guzmán enfrenta un cuadro más que complicado y la fuerte caída que registraron los bonos en pesos durante toda la semana fueron una contundente señal de alarma en el Palacio de Hacienda. La preocupación es que tarde o temprano el mismo escenario se replique con los bonos en dólares, justo en un contexto en que las reservas del Banco Central están al límite y Miguel Pesce tiene serias dificultades para hacerse de más divisas aún con el precio internacional de la soja a niveles récord.

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El árbol que tapa al bosque

Por JUAN COMPTE, editor de Negocios

El pronunciamiento de Paolo Rocca sobre las sospechas de corrupción en torno al Néstor Kirchner -el gasoducto- y el desafortunado -sobre todo, para quien lo hizo- chiste de Federico Braun sobre la inflación fueron dos árboles grandes, altos, robustos, que taparon el bosque. El festejo de los 20 años de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) fue con palabras duras, crudas, de parte de buena parte de los grandes empresarios del país. Sin embargo, en cuanto a repercusión, quedaron silenciadas por la expectativa mediática que había en torno al hombre de acero de Techint y el gasoductogate. Mucho más, después del poder de fuego viral que tiene la cuenta oficial de Twitter de Cristina Fernández, quien capitalizó rápido la humorada de Braun y desató una tormenta sobre La Anónima en la que influyó, también, alguna vieja factura familiar: la animosidad de los Kirchner con los Braun lleva generaciones.

Braun había despotricado contra el comunismo, el socialismo, Venezuela y "la idea del hombre nuevo, que le metieron en cabeza a muchos jóvenes en los '70". Recordó, además, que en 43 años que lleva como empresario supermercadista, hubo controles de precios en 33, "y siguen insistiendo con cosas que nunca funcionaron". Se quejó, también, de la Ley de Góndolas. "Pretenden que yo, como empresario, vaya con un centímetro y mida cuánto espacio ocupa cada marca... Además, ¡me obligan a comprarle productos a comunidades originarias o a organizaciones sociales!", exclamó.

No fueron palabras motivadas por algún tipo de repulsión, sino que intentó describir la distorsión del foco de lo que es ser empresario en la Argentina. Las cosas en las que debe ocuparse, en vez de, en un contexto ideal de libertad de precios y normas estables, concentrarse en vender más, con más eficiencia y a menor precio. "El supermercadismo nació en plena depresión de los '30, cuando alguien se dio cuenta de que podía ganar dinero vendiendo mucho volumen a bajo precio. En ninguna parte del mundo el negocio funciona con precios altos", contrastó.

La estabilidad de reglas fue el reclamo más fuerte de los dueños del capital, varios de los cuales pagaron el año pasado el aporte solidario y, ahora, hacen números para ver cómo impactará el impuesto a la renta inesperada. "Señores, lo único que pedimos es que nos dejen el arco quieto por un rato", se plantó Martín Migoya, CEO de Globant, uno de los unicornios argentinos nacidos en este siglo. "El emprendedurismo y el mérito son la antítesis del populismo", enfatizó, como si le respondiera directamente a Alberto Fernández, quien -repetidas veces- minimizó en sus discursos al mérito personal como motor del éxito.

Migoya, recordó él, es hijo de un hogar de clase media de La Plata (padre ingeniero, madre docente). Con otras raíces, Carlos Miguens coincidió en su mensaje. Descendiente directo de Otto Bemberg, el fundador de Quilmes, le tocó tomar hace dos décadas la drástica decisión de vender al gigante cervecero. Hoy, es inversor energético (Central Puerto) y minero (Patagonian Gold). "Mis padres vivieron un país peor que el de mis abuelos y yo les dejaré uno peor a mis hijos", su público mea culpa. Reconoció un gran pecado del empresariado nacional: la falta de renovación. "Cuando formamos AEA, hace dos décadas, estábamos en nuestros 50. Hoy, somos muchos de los mismos y tenemos más de 70", admitió. Asumió su parte de responsabilidad en esa decadencia del país. Pero, también, aclaró que es compartida. "Se habla mucho del riesgo empresario... También la política debería asumir riesgos", disparó. Ejemplificó: "En Chubut, había un proyecto minero importantísimo, de u$s 40.000 millones. Estaba aprobado. Pero a un grupo ambientalista no le gustó, incendió la Casa de Gobierno y el Gobernador lo frenó. Algo que ya estaba aprobado por la legislatura provincial. Señores políticos, asuman riesgos: cumplan los compromisos". 

Minutos antes, Luis Pagani, de Arcor, había remarcado la necesidad de certidumbre. También lo hizo Héctor Magnetto, hombre fuerte en el Grupo Clarín y el grupo de control de Telecom Argentina. "El 5G necesita reglas claras por las altas inversiones que requiere", advirtió el enemigo público número uno, según el relato K. "Argentina, a las cosas", cerró su participación. El Círculo Rojo ha hablado. 

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La lapicera de Alberto

Por TOMÁS CARRIÓ, subeditor de Finanzas y Mercados

Cristina le dio la lapicera y le pidió que la use. Pero para Alberto nunca parece fácil decidir qué historia quiere contar. A lo largo de esta semana, el Presidente cambió la narrativa y se dispuso a escribir el relato que la Vicepresidenta y un sector del oficialismo tanto le venían reclamando. El timing no podría haber sido mejor: entre el día del periodista, que se festejó el martes, y el día del escritor, que se conmemorará mañana, inspiración no debería faltarle.

La primera tentación, casi obligada, fue darle a este nuevo relato el mantra fundacional de la literatura argentina de José Hernández y su Martín Fierro. Así, Alberto se habrá sentido torazo en rodeo ajeno cuando denunció ante la OEA que "el silencio de los ausentes nos interpela", haciendo referencia a Cuba, Nicaragua y Venezuela. Pero en ese discurso, olvidó aquel consejo del viejo Vizcacha que nos recuerda la importancia de hacernos amigo del juez.

Es que si bien el Presidente puede pretender ponerse en la piel de Martín Fierro, apuntar contra Estados Unidos en un contexto en el que el país patea para adelante los pedidos de waiver al FMI parece más propio de Miguel de Cervantes y su Don Quijote de la Mancha. En esta ínsula que pretende gobernar, habrá pensado, nada parece más importante que cautivar a Dulcinea.

Ahora bien, para torcerle el brazo al Fondo y lograr que aceptara cambiar las metas trimestrales del acuerdo, el traje más adecuado no fue el del valeroso caballero andante sino el de Groucho Marx. "Estas son mis metas. Si no le gustan, tengo otras", habrá dicho algún emisario del Gobierno.

También Matías Kulfas tendrá motivos para escribir su propio relato desde esta semana, tras el offgate que lo eyectó del Gobierno. "La historia la escriben los que ganan", podría estar pensando por estos días en los que soñará que una historia de redención pero en los que su paseo por Tribunales lo colocan más cerca de las novelas de John Grisham.

Pero independientemente de la narrativa y el tinte literario que quieran imprimirle los protagonistas, la historia que se impuso esta semana fue la de una Argentina más propia de Gabriel García Márquez. Con el riesgo país por encima de los 2000 puntos, no parece desmedido augurarle al país unos 100 años de soledad.

El índice se disparó a máximos desde el canje de deuda luego de que el colapso de la deuda de bonos atados a la inflación contagiara a los títulos soberanos en dólares. Los títulos que salieron a cotizar en septiembre de 2020 siguen así inmersos en una historia propia de Dante y su Divina Comedia, en la que solo resta precisar qué círculo del infierno están transitando.

La desventura de la deuda en pesos, cuya historia bien podría narrarse tomando prestado el título Ruinas Circulares, de Borges, no solo impactó en los bonos y el riesgo país. También afectó al precio del dólar paralelo y, según anticipan los analistas, pondrá a Martín Guzmán ante una Odisea digna de Homero: la de renovar los vencimientos de deuda en los próximos meses. Pero para las próximas licitaciones, todos los caminos conducirán a Shakespeare. A fin de cuentas, CER o no CER es hoy la cuestión.

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El cuento de la buena pipa (otra vez)

Por MATÍAS CASTRO, subeditor de Infotechnology

En su obra de 1851 "El 18 Brumario de Luis Bonaparte" Karl Marx criticó la interpretación del golpe de Estado de ese año en París. El texto abre con su ahora famosa frase: "La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa". Tanto lo mismo puede pensarse de la nueva estafa de criptomonedas, casi podría decirse "de la semana". 

Se conoció que la Comisión Nacional de Valores (CNV) finalmente decidió actuar, al menos de palabra, contra la empresa Coinx. El ente regulador afirmó haber intimado a "coinxworld.com y/o Coinxworld y al señor Juan Manuel Malaspina al cese de todo ofrecimiento de asesoramiento en inversiones, de negociación y de cualquier otro acto jurídico con valores negociables". El incentivo posiblemente provino de la gran cantidad de damnificados que comenzaron a quejarse, tanto públicamente como de manera privada, respecto a la empresa. Las principales quejas giraban alrededor de la negativa de la empresa en devolver los fondos y en promesas incumplidas respecto a las ganancias.

Nada de esto es sorpresivo, dadas las increíbles promesas de retorno ppr parte de la empresa. Acaso el máximo exponente y la mayor señal de alerta era un rendimiento prometido en dólares del 8 por ciento mensual, algo que rivaliza incluso con las carteras de inversión más importantes del mundo. Todo, en un contexto de crisis energética, alta inflación, guerras y caída generalizada del mercado de criptomonedas; que es uno los verticales que promocionó la empresa. En efecto, el pitch de la compañía tampoco era novedoso. Inversiones en criptomonedas y en más de 5000 "activos de Wall Street", todo apuntalado por una supuesta tecnología de vanguardia que incluye bots de trading e inteligencia artificial. La estrategia de marketing no es nueva, tampoco, ya que desde hace un tiempo son varios los scammers que utilizan la narrativa de la "tecnología propietaria" (término ambiguo que cumple la doble función de no ser específico y de ser impermeable al escrutinio) para esconder un esquema de negocios fraudulento, sea un esquema Ponzi u otros. El año pasado se cerró uno de los casos más resonantes de este estilo, cuando Stefan Qin, fundador de Virgil Sigma y VQR, se declaró culpable de una estafa por u$s 74 millones a sus inversores luego de vender un supuesto sistema de arbitraje automatizado de criptomonedas.

Las promesas en estos casos son siempre similares: altísimos retornos, mecanismos ocultos de operación, resistencia casi perfecta cuando no inmunidad ante las caídas del mercado y posteriores retornos asegurados. Las señales de alerta también son las mismas: ¿qué clase de inversión promete, a la vez, altos retornos y poco riesgo?

CoinX no está inscripta hoy en el Registro de Agentes que lleva la CNV ni lo estuvo antes, tampoco se encuentran en trámite de inscripción. Y esta ausencia de regulación también dice presente en sus principales acciones de comunicación. La empresa captaba a sus clientes principalmente a través de redes sociales, ya sea en campañas de publicidad programática o contratando influencers, cuya actividad al día de hoy no está regulada. Así es como Ángel de Brito, Candelaria Tinelli, Carolina "Pampita" Ardohain y quizás más sorprendentemente Javier Milei prestaron su imagen para campañas de difusión de la empresa.

Para bien o para mal, el esquema de CoinX no es un complejo entramado de agujeros legales y operaciones financieras inentendibles para el ciudadano de a pie. Es la misma historia, otra vez: grandes inversiones en comunicación, influencers, promesas incumplibles y captación de fondos por parte de inversores confiados.

Volviendo a Marx, tal como achacarle el éxito de la revolución a Napoleón sería un error y el foco debe ponerse en las condiciones materiales de existencia del pueblo, las empresas fraudulentas no son un producto del simple mal accionar de unos pocos, son una consecuencia de la falta de regulación.

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La inflación rompe varios récords y el mundo habla de estanflación

Por SERGIO LANZAFAME, subeditor de Suplementos

La semana que pasó se conoció el nuevo dato de inflación en Estados Unidos. La cifra de 8,6% anualizada en el mes de mayo marcó un récord de los últimos 41 años.

Hace seis meses, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estimaba que ninguno de sus 38 miembros tendría variaciones de precios menores al 6%. Se cumplió, salvo por la curiosidad de un Japón que durante años sufrió de deflación.

En siete de los países del este de Europa se ven índices de dos dígitos. Alemania (7,9%) y Gran Bretaña (9%) batieron sus respectivos récords en 40 años. Y España registró en abril el número más alto desde 1985 (9,8%).

Sin contar a la Argentina, un caso aparte dada su historia, en América latina los datos también preocupan. Según las mediciones anualizadas del mes de mayo, Brasil registró su dato más alto en 26 años (12,3%), Chile la mayor en 28 años (11,5%) y México en 21 años (7,65%).

Queda claro que dos años de pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania son los eventos sobre los que se montó esta crisis. Con el agravante de una China que ha vuelto a cerrar sus fronteras por un rebrote de Covid.

La pregunta, en todo caso, es si hay una salida en el corto plazo. Ya los bancos centrales de Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia e India, entre otros subieron las tasas de interés y el Banco Central Europeo, se encamina a ello.

Aun así, el pronóstico sigue siendo sombrío. El Banco Mundial recortó su pronóstico de crecimiento global en 1,2 puntos porcentuales a 2,9% para 2022 y David Malpass, el presidente del organismo, señaló que existe un claro riesgo de estanflación, algo no visto desde la década de 1970, cuando los aumentos de las tasas de interés necesarios para controlar la inflación fueron tan pronunciados que provocaron una recesión mundial.

Sólo el fin de la guerra entre Rusia y Ucrania puede traer algo de optimismo, algo que no se ve en el corto plazo. En tanto, el Banco Mundial insiste que, de no haber modificaciones sustanciales en la dinámica económica, la inflación seguirá alta, al menos, hasta 2024.

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