https://mail.google.com/mail/u/0/?ui=2&ik=3ab76eea9c&view=att&th=1648a6d4d6c2fa40&attid=0.1&disp=safe&zw
BYMADATA - Cotizaciones en Tiempo Real | BYMA Bolsas y Mercados Argentinos

RUSIA UCRANIA ARGENTINA

El mundo vive momentos extremadamente difíciles, los vientos de guerra soplan con fuerza, las fuerzas del mal corporizadas en Vladimir Puitin, una versión vulgar, trágica y criminal de los Zares de toda Rusia, pero con el poder autocrático y absoluto que tuvieron los monarcas rusos, invadió y ocupo Ucrania, matando y destruyendo a su pueblo y generando un conflicto mundial de impredecibles consecuencias. Debemos comprender que esta no es una guerra ni económica ni ideológica sino de expansión territorial. Pero esto no termina aquí ahora Putin pone en alerta máxima a sus fuerzas nucleares de disuasión, esto significa llevar al mundo a las puertas de un holocausto nuclear mundial evidenciando la conducta criminad del autócrata dictador ruso.


Es muy difícil comprender y asumir tanto desequilibrio mental, necedad, ambición de dominio y criminalidad en este siglo XXI, cuando aun están vivos y presentes las victimas y el recuerdo del holocausto nazi.


La interdependencia económica, financiera y comercial entre las naciones a nivel mundial generados por los avances tecnológicos impulsaron la globalización con el extraordinario acrecentamiento del nivel de vida de miles de millones de personas en todo el mundo, en particular en aquellos subdesarrollados con pobreza endémica tal come es China que hoy aplicando la economía de mercado y sumándose e incorporándose a la revolución tecnología se transformo en una de las potencias hegemónicas del mundo.


La complejidad que la globalización dio a este nuevo escenario del mundo de los negocios, y las finanzas sumado a apetencias económicas y territoriales nos han hecho más vulnerables, los desajustes locales o regionales pueden llegar a ser globales, generando crisis a nivel mundial, Esta es la situación que enfrentamos, estos son los desafíos que se nos plantea la invasión de Rusia a Ucrania, hay que superar la insensatez y la barbarie para que la cordura se imponga


A los hechos arriba expuestos no podemos desestimar las consecuencias globales por la pandemia del Covd 19 que altero el orden económico, financiero y social en el mundo, motivando en gran medida la descomposición del orden del intercambio comercial y financiero entre las potencias mundiales y sus asociados, tal como lo conocíamos y trastocando todos los planes y situaciones.


La Argentina inmersa en su propio desorden y crisis, con un presidente que es un barrilete que va donde lo lleva el viento, por torpeza o trasnochados criterios ideológicos asume una vergonzante actitud entreguista y de sumisión presentándose como aliado a Rusia y ofreciendo ser la puerta de estrada de Rusia a América Latina, luego vacila y aparenta modificar su posición de forma ambigua, finalmente en la OEA se abstiene de votar una declaración de condena a la invasión Rusa a Ucrania, así desorientado y confundido, tironeado por unos y otros nada define, ni resuelve, pero los acontecimientos le imponen una clara posición que el no se anima o no quiere adoptar.


¿Porque?


*Sufrimos una colosal crisis económica, financiera y social, que de no reaccionar no dudemos será calamitosa y terminal.

*El no acordar con el FMI nos llevara al default.

*Nuestras reservas de libre disponibilidad son negativas.

*Los desastres climáticos por sequías e incendios motivaron enormes pérdidas de cosechas, de bienes, la destrucción de plantaciones y fauna autóctona al igual que de establecimientos rurales, industriales y viviendas en todas las zonas de incendios.

*Afrontamos inminentes compromisos por vencimiento de deudas externas que no podemos cumplir y de interna que se licuará con emisión monetaria es decir más inflación.

*El colapso financiero a nivel global motivado por la invasión Rusa a Ucrania nos golpea con dureza y nos deja con mayor debilidad e incertidumbre.

*El aumento en los precios a nivel mundial que sufren entre otros commodity el gas y petróleo motivados por la invasión rusa, acrecientan el déficit fiscal por los subsidios de estos insumos a las empresas para que no se trasladen a precios de los servicios públicos consecuentemente se incentivara la inflación y nos alejan del acuerdo con el FMI

*Las desatinadas e inoportunas declaraciones del presidente en Rusia nos involucran en un conflicto internacional en el que nada temeos que ver y nos descoloca política y estratégicamente con quienes son nuestros tradicionales socios, por lazos familiares, culturales y comerciales que históricamente tenemos y nos unen.


Estos hechos y acontecimientos ponen en peligro nuestra estabilidad institucional y seguridad como nación, esto debe llamarnos a la reflexión, el equivocado alineamiento adoptado por el presidente inspirado en el indeologismo de la vicepresidenta, la Campora y el Instituto Patria se contraponen con nuestro tradicional modo de vida y cultura, esto lo evidenciaron las urnas con el 70% de los votos que repudia la conducción de la actual administración de forma indubitable.


Volviendo a la invasión Rusa a Ucrania, existe una luz esperanzadora en que el pueblo ucraniano como ofrece una dura, valiente, heroica y eficaz resistencia a las fuerzas invasoras rusa, esto sumado a las sanciones económicas, financieras y comerciales que el mundo esta imponiendo a Rusia pueda generar en el frente interno a Putín un fuerte rechazo a su accionar y provoque su caída.


Esperamos y deseamos que esto último ocurra, que prime la cordura, el buen sentido y la prudencia en el mundo libre para enfrentar esta tragedia y que China si bien es también una potencia expansionista con ambiciones regionales a través de su nueva Ruta de la Seda, por su ancestral cultura ponga la serenidad, su sabiduría y la lógica a tanta insensatez e interceda con su poder e influencia para la contención de esta invasión y el retiro de las tropas rusas de tierra ucraniana. En el mientras tanto Roguemos a Dios por el Pueblo Ucraniano y por su Libertad.


Diego Lo Tártaro Presidente IADER.