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Comunicación y propósito - Por Juan Wein

 

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Cuando hablamos de la unidad mente cuerpo no estamos hablando de una disciplina única, sino de una relación entre varias disciplinas, psicología, neurología, endocrinología, inmunología, sistema circulatorio, digestivo, respiratorio, que se nutre de los conocimientos generados, en cada una de ellas.

El cerebro articula los sistemas del organismo encargados de distintas funciones, como la alimenticia, respiratoria, digestiva, etc. los cuales funcionan de una manera interactiva entre sí, es decir intermodulada e interregulada.

Podemos considerar al sistema inmune y al sistema endócrino como los principales sistemas de información del organismo, son canales de señales químicas que reciben y transportan información desde y hacia el cerebro y desde y hacia el resto del organismo.

El cerebro recibe la información, la interpreta y envía respuestas nerviosas, endócrinas, inmunes y conductuales. Así, el cerebro funciona como un teléfono muy inteligente, que recibe distintos llamados y toda esa información, se transforma en un texto, que aparece en su pantalla, que es el psiquismo, el cual es un componente hiperactivo de la red de la conducta que participa en el proceso adaptativo y en la salud y calidad de vida del organismo.

Dicho de otra manera, la emoción y la conducta no son un “fenómeno agregado” secundario del proceso de homeoestasis o equilibrio, sino que forman parte de la capacidad en respuesta adaptativa. Por ejemplo, el miedo, que tiene una emoción específica, pensamientos específicos, y una actividad motora, que induce a actuar, está al servicio de la supervivencia, es una emoción que implica una predisposición a actuar, y articula un escondido escenario biomolecular, a nivel de interconexión de los sistemas mencionados. Porque como tal, para que se manifieste el miedo, deben activarse señales de alerta en el organismo que estimulan ciertas funciones que son caracteristicas de dicha emoción, por ejemplo la aceleración del ritmo cardíaco, del gesto respiratorio, y muchas otras cuestiones que se desatan a nivel hormonal y nervioso.

Estrés

Podríamos decir que el estrés es un concepto multidimensional, Hans Seyle, científico Húngaro, lo definió como un factor causado por diversos agentes nocivos, que producen una respuesta inespecífica del organismo, a la que llamó síndrome general de adaptación. Describió tres etapas o estadios.

La reacción de alarma, o alerta aguda ante el peligro es la primera fase. La etapa de resistencia, que implica una exigencia continúa gestionada por medio de pequeñas reacciones adaptativas del organismo, pero desgastantes y la tercera etapa, la fase de agotamiento. En muy pocas palabras el cerebro busca constantemente la homeostasis del organismo, la cual refiere a un equilibrio necesario, para la adaptación exitosa y la supervivencia.

Entonces, la reacción de estrés sería el conjunto de todas las respuestas efectuadas por el organismo que intenta regular las demandas o desafíos, para adaptarse a ellos, lo cual implica un desajuste pasajero en el equilibrio de los sistemas del cuerpo.

Antes el estrés se comprendía de la manera más simple, a través de la exposición al estresor (una amenaza cualquiera), se generaba un estado de alerta, y consecuente suba de la presión, luego, al cese del estímulo (la desaparición de la amenaza), implica que baja la presión a sus niveles habituales. Pero hoy en día el concepto es el de estrés acumulativo, es un modelo alostático que plantea una fluctuación continua de todos los sistemas reguladores, ante las amenazas que se puedan presentar, o que pueden ser inducidas por pensamientos.

Es decir, el cerebro lucha por mantener el equilibrio, a través de la realización de cambios constantes que buscan la adaptación del organismo dejando a veces saldos en el funcionamiento general que pueden conducir al desgaste o la aparición de enfermedades de cualquier tipo.

El sistema vascular, por ejemplo, bajo la coordinación del cerebro, ajusta sus parámetros frente a un ambiente estresante, exigiendo algunas respuestas que el sistema en sí estaría en condiciones de asumir. De esta manera la adaptación cambia temporalmente sus rangos óptimos y puntos de equilibrio. Si el estímulo de amenaza permanece, esto es si continúa por períodos largos, traen como consecuencia, posteriormente, lo que llamamos carga alostática. Quiere decir que se logra un nuevo nivel de adaptación aunque fuera del rango para el cual el cerebro vino preparado. Para poder producir esta adaptación, el funcionamiento de todos los otros sistemas regulatorios se alteran, en general, algunos se activan, pero otros se inhiben, dando como resultado un nuevo equilibrio, más fuerte en los puntos sobre exigidos pero más débil desde otra perspectiva, con lo cual hay un mayor riesgo de acarrear consecuencias imprevistas en materia de salud en general.

Estos sistemas que están relacionados con el cerebro son los sistemas reguladores e incluyen el eje hipotálamo, pituitario adrenal, el sistema nervioso simpático, el sistema inmune y el cardiovascular. Estos sistemas se comunican entre sí a través de señales, o sea los corticoides (noradrenalina u otros neurotransmisores) y hormonas.

La desregulación es un hecho científico que se evidencia tanto en todos los niveles del organismo.

La desregulación crónica confiere un riesgo fisiológico acumulativo para enfermedades y disfunciones, que acarrea problemas como el daño de tejidos y órganos de los sistemas mayores, esto es lo mismo que decir que carga alostática causa un desgaste y deterioro que puede llevar a la enfermedad o disfunción operacional del cualquier sistema.

El modelo de la carga alostática da cuenta de la importancia que tienen los problemas sociales porque facilitan un aumento de la carga de estrés debilitando a los sistemas del cuerpo frente a agentes patógenos microscópicos como gérmenes, o miles de sustancias toxicas que el cuerpo elimina sistemáticamente a diario si sus funciones vitales son normales o se encuentran en un equilibrio más predecible.

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Trabajos recientes confirman que estresores como el estado socioeconómico bajo, el soporte social disminuido, o la exposición temprana a relaciones conflictivas y abusivas, se asocian con un incremento del riesgo de padecer enfermedades de la mente o del cuerpo.

Pero ¿Por qué algunos eventos sociales o de cualquier tipo son estresantes para unos y no para otros?

En este punto, nos vamos a ocupar de cómo es el proceso psicológico determina que algo sea estresante. Es necesario advertir que la investigación en estrés inicialmente puso el foco en las situaciones o eventos estresantes, dando por sentado que a todas las personas les afectaría por igual. Sin embargo, hoy en día, se reconoce el papel que desempeñan una correcta gestión de las emociones y de los pensamientos.

 Eventos de vida de primer tipo:

Inundaciones, terremotos, fuerzas cataclismos, estos generan reacciones desbordantes intensas, cuando son compartidas por muchas personas, se pueden activar mecanismos como la solidaridad.

 Eventos de vida de segundo tipo:

Cambios importantes en la vida personal, como un nuevo trabajo, casarse o divorciarse, la muerte de un familiar, una mudanza, un proceso judicial, etc.

 Eventos de tercer tipo:Son menores, y no son importantes en sí mismo, pero la suma de ellos puede influir como estresores.

En consonancia con el desarrollo de la psicología y de la psicoterapia cognitiva, la investigación pasó a focalizarse en el proceso psicológico interno que se llevaba para que tenga lugar la respuesta al estrés, más que en los eventos estresantes exteriores al sujeto.

En este sentido los hallazgos actuales permiten sostener la hipótesis de que no es sólo el estresor de por sí el que determina las respuestas de estrés, sino más bien el proceso psicológico que se lleva a cabo. Este proceso incluye la evaluación cognitiva y el afrontamiento, lo que apunta a la evaluación del estímulo más que al estímulo en sí mismo, entonces el psiquismo media en la red sistemas del cerebro de un modo determinante.

Tomando la teorización de Richard Lazarus, eminente psicólogo Estadounidense y creador de este modelo, una determinada evaluación cognitiva puede iniciar el proceso del estrés:

Existen dos tipos de evaluación.

Evaluación primaria y Evaluación secundaria.

Evaluación primaria: podemos definir a la evaluación primaria como aquel proceso que tiene lugar de forma continua durante todo el estado de vigilia y determina la distinción de situaciones peligrosas de las que no lo son, condición necesaria para sobrevivir. Mediante la evaluación primaria el cerebro puede clasificar tres tipos de estímulos

1- Irrelevantes

2- Benignos-positivo

3- Estresantes

Cuando se evalúa que el encuentro con el entorno no conlleva implicaciones se determina que es irrelevante.

Las evaluaciones benignas positivas tienen lugar si las consecuencias se valoran como positivas, es decir, si parecen ayudar a preservar o conseguir algun tipo de bienestar. Se caracterizan por generar emociones placenteras, tales como amor, alegría, felicidad, regocijo, o tranquilidad.

Entre las evaluaciones estresantes se encuentran aquellas que implican daño, pérdida, amenaza o desafío. La amenaza, se refiere a aquellos daños que todavía no han ocurrido pero se podrían esperar y en tanto se corresponden con una valoración del potencial lesivo, causan emociones negativas, como miedo, ansiedad y temores. En cambio, el daño o la pérdida en general son percibidos cuando ya se ha recibido algún perjuicio.

Las personas para las cuales los acontecimientos significan mayoritariamente un desafío, disponen de ventajas, sobre aquellas que se sienten fácilmente amenazadas, puesto que tienen más confianza emocionalmente y están menos abrumadas por lo que son más capaces de desarrollar los recursos adaptativos adecuados.

La evaluación secundaria ocurre siempre que una persona se encuentra en medio de un peligro y debe elegir cómo actuar para dominar la situación, entonces predomina una forma de evaluación dirigida a determinar qué puede hacerse.

Las evaluaciones primarias de lo que está en juego y las secundarias de las estrategias de afrontamiento, interaccionan entre sí, determinando el grado de estrés, la intensidad de la respuesta emocional y el grado de estrés en general..

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