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¿Qué va a pasar con el dólar blue?: el preocupante diagnóstico que traza la economista Victoria Giarrizzo

 Para Victoria Giarrizzo, las causas que impulsaron la baja del dólar blue desde el pico de $195 fueron acciones del Gobierno sin efectos permanentes


Victoria Giarrizzo, economista y titular de la consultora Cerx, consideró que la suba del dólar blue, cuando llegó a tocar los $195, quedó instalada en la psicología del argentino, para quien el dólar nunca baja, lo que explica las presiones para que vuelva a trepar.

Giarrizzo agregó que "con un blue que va a ser tan volátil como débil sea la economía, los precios se van a mover con irracionalidad. Vamos a ver ajustes por coberturas, ajustes por escasez de productos, ajustes por las dudas. Cuando hay expectativas negativas, el blue se va a precios", sentenció.

El siguiente es un resumen de la economista con iProfesional:

-El dólar blue parece haberse despertado ¿El Gobierno podrá mantener la pax cambiaria?

-Puede, no es sencillo. Cuando se mira por qué bajó el blue desde el pico de $195, aparecen dos causas que no son permanentes. Una, fueron las presiones a las cuevas para que bajen, algo acertado porque se estaba desmadrando todo, y dos, la emisión de bonos atados al dólar junto con la venta de dólares futuros que contuvo la huida del peso de los grandes fondos. El problema es que el mercado sabe que la situación financiera es débil y que esa deuda puede terminar siendo costosa y candidata a refinanciar. La cuestión será convencer al mercado de que eso no ocurrirá.

Ente las presiones para romper la paz cambiaria aparece también un efecto psicológico de nuestra economía, donde el blue ya toco los $195 y en el país está instalada la idea de que el dólar nunca baja. Entonces muchos están mirando cuándo arranca de nuevo el blue, convalidando las subas. Y después están las presiones devaluatorias de algunos sectores y las expectativas de devaluación, que, si bien cedieron con la reciente estabilidad del blue, son traicioneras. Bastan pequeños movimientos para que resurjan como correcaminos.¿Si hay herramientas para superar ese combo? Sí, pero se están buscando y el tiempo corre en contra.

-¿Es inevitable la devaluación brusca?

-Se puede evitar y el gobierno está haciendo lo posible para lograrlo porque sabe que el costo sería durísimo, tanto en términos de inflación como de pobreza. Sería la peor opción en actual contexto. Pero para eso tiene que contener el blue, controlar las importaciones de forma muy eficiente para que no frenar el ingreso de insumos o bienes de capital, y buscar la forma de exportar más, que se puede lograr mejorando costos y usando a nuestros agregados comerciales para buscar mercados.

Para evitar graves consecuencias de inflación y pobreza, el Gobierno debe contener al dólar blue
Para evitar graves consecuencias de inflación y pobreza, el Gobierno debe contener al dólar blue

-¿La situación política da para que el Gobierno de una vuelta a la ortodoxia y cumpla las exigencias de un acuerdo con el FMI?

-No parece una vuelta a la ortodoxia, sino más bien ajustes en la heterodoxia para hacerla sostenible. Exceso de ortodoxia o exceso de heterodoxia suelen ser igualmente dañinos. Ya lo vivimos. Y en eso Guzmán es muy sensato, quizás de los ministros más sensatos y con mayor claridad que tuvimos. Pero ese ajuste genera tensiones y fricciones en el Gobierno, donde hay posturas económicas que se toman como si fueran condiciones para pertenecer al gobierno. Eso es muy nocivo. Va a ser muy importante que Alberto Fernández le de crédito a Guzmán y lo apoye contra todos los intereses internos.

El colador de los sobreprecios

-El Gobierno plancha las jubilaciones y discontinúa el IFE, ¿alcanza para apuntar a un equilibrio de las cuentas públicas y frenar la emisión?

-Para nada y deberían buscarse otros agujeros por donde se va el dinero del Estado. Sino siempre se corta al más vulnerable, como son los jubilados. Bajar la corrupción, bajar la burocracia, digitalizar el Estado, eliminarlas cajas chicas, los pagos de sueldos por atrás, postergar gastos corrientes en elementos de trabajo que no son esenciales, eliminar reparticiones superpuestas, compras que pueden esperar, como son aviones, eliminar sobreprecios, y muchísimos otros. Parece poco, pero cuando sumas uno sobre otro, es enorme. El curro con los sobreprecios solamente se lleva miles de millones al año. Y tanto el Estado como los gobiernos provinciales y municipales saben cómo evitarlos.

-¿Qué espera en el tema inflacionario en los próximos meses?, ¿se puede acelerar la suba de precios?

-Sí. Vendrá el reacomodamiento de precios que quedaron varados por la pandemia y la recesión. El sector servicios será de los que más traccionen en la medida que se termine de normalizar su actividad. Alimentos y bebidas también va a presionar por ajustar los precios cuidados y precios máximos. Se viene un ajuste importante en esos programas. Y con un blue que va a ser tan volátil como débil sea la economía, los precios se van a mover con irracionalidad. Vamos a ver ajustes por coberturas, ajustes por escasez de productos, ajustes por las dudas. Cuando hay expectativas negativas el blue se va a precios. Cuando hay tranquilidad, el blue impacta poco.Por ahora se vislumbra el primer caso. Por eso se espera una inflación cercana al 50% en 2021. Pero todo puede cambiar.

-¿Cuánto puede rebotar la economía en 2021 si llega la vacuna?

-Si llega, podemos esperar que nuestras exportaciones crezcan más rápido porque mejorara la economía mundial. Y su arribo a la Argentina permitirá que la economía interna trabaje a pleno. Pero preocupan dos problemas.Los niveles de endeudamiento excesivos con que quedaron las familias y las empresas, una cadena de pagos deteriorada y costos que no serán fáciles de sostener para el empresario. El limitante para crecer fuerte viene más por la oferta que por la demanda. Si no hay medidas para revertir eso, en 2021 la recuperación será alrededor del 4,5% y con la ayuda extra de buenos precios en la soja. Parece mucho, pero no lo es porque se esta comparando contra un 2020 con caída del 12% del PBI.

Tipo de cambio para exportar

-¿Qué medidas hacen falta?

-Podemos volar más alto del 4,5% si se mantiene la economía estable y se hace más rentable e innovador al sector productivo. Eso dará recuperarámás rápido el empleo y los ingresos. Ahí las decisiones no las veo, porque hay queatender problemas viejos y los cambios que surgieron con la pandemia. Es impostergable el cambio tecnológico de las empresas, hay que ver cómo se reconvertirán quienes quedaron excluidos del mercado laboral,la innovación va a ser un condicionante y los condimentos tecnológicos serán excluyentespara los trabajadores. Sí se está planificando el camino exportador.

El Ministerio de Desarrollo Productivo lanzó un amplio plan recientemente, pero habrá que esperar su funcionamiento, porque muchas veces se lanzaron estos programas ydespués no avanzan porque no se comprende la idiosincrasia del empresario para convertirlo en exportador. Los costos de exportación, la burocracia, la preferencia por el mercado interno, el desconocimiento del idioma o la falta de un área dedicada al comercio exterior los frenan. Vamos a tener además un tipo de cambio real poco favorable para el exportador y habrá que mejorar el tipo de cambio real efectivo.

Para fomentar las exportaciones, hay que bajarle los costos y otorgarles financiamiento
Para fomentar las exportaciones, hay que bajarle los costos y otorgarles financiamiento

-¿Y eso no implica una devaluación?

-No necesariamente. El tipo de cambio real efectivo que recibe el exportador tiene que ver con bajarle los costos. Se puede subsidiar el transporte, por ejemplo. Necesita financiamiento. Es tan complicado exportar por la inseguridad y el estado de las rutas, por las demoras en el puerto de Buenos Aires, por ejemplo, que cuando se recupera el mercado interno, la gente prefiere no exportar. Y los mercados no se hacen ni se consolidan de un día para otro.

-¿Cuánto influye la recuperación de Brasil?

-Mucho. Brasil es nuestro mercado de exportación más importante. Pero también es nuestro principal mercado de importación. Su ciclo económico siempre fue un determinante adicional para el ciclo argentino. Hay rubros como material de transporte o frutas y hortalizas, donde es el mercado más importante. Hay productos que se exportan a Brasil que movilizan regiones del país. Por ejemplo, la producción de ajo y cebollas, que cuando cae la demanda brasilera, zonas de Mendoza, Valle del Río Colorado o San Juan se resienten.

-¿Un mundo de dólar débil puede beneficiar a la Argentina?

-Sí, pega principalmente en el precio de las materias primas que exportamos. Ya se está viendo en la soja, que sube en parte por la debilidad financiera de Estados Unidos, con una deuda tanto pública como privada que el mercado ve como excesiva.



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