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41º Convención Anual del IAEF

En el día de hoy, se llevó a cabo la segunda jornada de la 41º Convención Anual del IAEF (Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas), bajo el lema, “El Futuro del Día Después”. Este año en formato de modalidad online.

 

A continuación, un resumen de los principales expositores:

 

 

MARTIN REDRADO – Economista.

 

Mi enfoque es “de administración de riesgos”. Cómo transitar un escenario base: este año ha sido dificilísimo. De altísima incertidumbre. Para acotarla es necesario tener un programa económico.

 

La política económica ha ido transitando de puente en puente. El primer puente fue la resolución de la deuda. Lo que viene es el acuerdo con el FMI. Mientras tanto vivimos en altísima tensión cambiaria. Hacia la liquidación de la cosecha.

 

Tenemos señales fiscales de muy corto plazo. Se restringió el financiamiento del Banco Central a la Tesorería. Se acotó la emisión monetaria pero continúa para financiar el déficit.

 

Viendo el movimiento del dinero transaccional del sector privado muestra un crecimiento muy importante hasta julio/agosto. El FMI también va a revisar por qué no se pudo cumplir con el programa anterior: es el ratio M2/PBI. No está aumentando la demanda de dinero: es necesario trabajar en un Presupuesto que descanse menos en la emisión monetaria.

 

Transparentar el proceso de compras gubernamentales es muy importante. Para cambiar las expectativas, Argentina debe presentar un programa hecho en Argentina y para Argentina.

 

¿Shock o gradual? Discusión equivocada. Gasto público, recaudación, subsidios deben ser cuidadosamente revisados. Argentina necesita un programa de estabilización.

 

Llevamos tres años seguidos de recesión. Los programas de estabilización y crecimiento deben ser simultáneos: leyes respaldadas por el Congreso. De estabilidad macroeconómica, de innovación productiva, de infraestructura, modernización de la estructura impositiva y una ley de impulso a las exportaciones que permita duplicarlas en el próximo año.

 

Necesitamos un programa económico integral y dejar atrás el concepto de equilibrios parciales. Hacer política económica no es hacer equilibrios parciales, necesitamos un plan integral. La negociación con el FMI nos da la oportunidad.

 

Necesitamos un programa fiscal que reduzca la emisión monetaria. Argentina podría reducir la tasa de interés: puede bajarla de 4,25 a 2.25, lo que le ahorraría 600 millones de dólares por año.

 

Necesitamos profundizar el mercado de capitales local, con un programa que promueva el ahorro interno con incentivos fiscales. Que todo lo que se invierte sea deducido del impuesto a las ganancias, lo que le daría profundidad al mercado de capitales.

 

Necesitamos tener un registro laboral, en un esquema de ahorro que permita al trabajador insertarse en la modernización del mundo del trabajo. Una reingeniería del sector público es indispensable.

 

Hasta hoy, ninguna medida ha permitido aumentar la oferta de divisas. El impuesto del 35% le genera un piso a la brecha cambiaria. Hay que trabajar en la eliminación de ese 35%. La pregunta es de dónde sale la oferta de divisas. Me habría gustado que el FMI relatara un comunicado sobre avances constructivos en la negociación de mediano y largo plazo, expectativas de generar fondos frescos. En cuanto a China, todo es negociable. A comienzos de 2016 hubo una conversión de 3 mil millones de dólares, por ejemplo.

 

Podríamos juntar una masa crítica de 10 mil millones de dólares. La brecha cambiaria es una de nuestras grandes distorsiones. El superávit comercial cayó marcadamente. Y el superávit cambiario es prácticamente cero. Tenemos que reducir la brecha cambiaria.

 

Un sendero de presupuesto plurianual, con metas y responsabilidad fiscal, a partir del cual puede realizarse un acuerdo de precios y salarios. Una vez que el sector público se comprometa y marque un sendero, para que el sector privado pueda acompañarlo.

 

¿Hay viabilidad para un acuerdo con la oposición? El Ejecutivo debe tomar la iniciativa, hay espacio para la discusión. Quizás no la haya para ejemplos como el Pacto de la Moncloa, por ejemplo. Pero sí necesitamos una discusión en el Parlamento: hay espacio para discutir.

 

Que el consenso se genere sobre leyes, a partir de iniciativas que promuevan la estabilización y modernización de nuestra estructura productiva.

 

Todos estos análisis los hacemos condicionados por la crisis sanitaria. Hoy vemos un escenario positivo hacia mediados del 2021, con un mercado sostenido de materias primas alimenticias.

 

En China vemos un crecimiento vigoroso. Lo mismo que India. Eso genera demanda de productos argentinos.

Hay una mayor emisión de los ocho principales bancos centrales del mundo, están duplicando la emisión de monedas. Las commodities también se han vuelto una cuasi moneda. Hay una devaluación del dólar a nivel internacional.

 

Hay una decisión política de no pedir un dólar más al FMI, aunque también se estaría revisando esa decisión. Generar fondos que se inviertan en el mercado de capitales y otros factores deben contribuir a la generación de empleos y de calidad en nuestro país.

 

La recién nombrada a cargo de la Reserva Federal tiene una base keynesiana importante, aunque se trata de un financiamiento responsable. Tiene mucho conocimiento del mercado internacional, y también es una gran persona, que conoce los temas de Argentina. La negociación con el FMI dependerá de nuestra solidez, pero tendremos además una buena interlocutora.

 

La administración Biden se plantea como multilateralista.

 

No hubo una “ola azul” en EEUU. Habría una paridad de fuerzas en el Congreso, con la impronta de energías renovables. La enorme liquidez de los bancos centrales operará con una visión selectiva, país por país, sector por sector. En los próximos años, el financiamiento será claramente diferenciado, privilegiando las energías renovables: los sectores vinculados a esto seguramente tendrán financiamiento.

 

El programa con el FMI puede y debe traer fondos para inversiones de organismos multilaterales que privilegien la infraestructura.

 

 

CLAUDIO LOSER - Exdirector del FMI para América Latina y Director de la consultora Centennial Group para América Latina.

Panel Relación de Argentina con el FMI.

 

Somos un país dependiente de las exportaciones tradicionales. En los últimos años nuestra situación ha sido lamentable, desde 2008 al 2020 la Argentina no creció.

 

En 2005 nuestro país estaba en el nivel más bajo comparado con nuestros vecinos. Salvo en los ´90 fuimos rehenes de los términos de intercambio, el “boom” desde 2003 a 2011 tuvo muy poco que ver con el manejo macroeconómico.

 

La actual es la 12ª negociación argentina con el FMI. No hay país latinoamericano que haya tenido tantas negociaciones. El boom de los precios internacionales en la primera mitad de la última década fue dilapidada.

 

Lo más probable es que Argentina negocie con el FMI un programa a tres años. ¿Plata fresca? Puede haber un préstamo por el covid, en el que Argentina podría recibir unos 3 mil millones de dólares. El dinero del FMI no es de los banqueros, es de los gobiernos de 130 países.

 

El FMI apoyó mucho a la Argentina. No va a pedir mayores ajustes sino una hoja de ruta fiscal equilibrada en la cuenta primaria y que no haya emisión monetaria excesiva. También va a pedir que se unifique el tipo de cambio, y mirar jubilación, temas laborales, impuestos más efectivos.

 

¿Será fácil? La carta de los legisladores kirchneristas no va a ayudar, seguramente. Pero habrá acuerdo, que se verá recién a comienzos del año próximo.

 

 

KIM CATECHIS - Head of Investment Strategy de Franklin Templeton Investments.

Panel Mercados Globales y Geopolítica.

 

Biden no ha conseguido la mayoría en el Senado estadounidense, lo que será muy costoso. Pensaba lanzar un gran plan de infraestructura verde, lo que le será muy difícil, tanto como duplicar el sueldo mínimo y aumentar los impuestos que redujo Trump.

 

Su desafío es reconstruir la agencia medioambiental, así como revertir la animadversión frente al covid19 de grandes empresas.

 

En el área internacional serán ganadores los aliados tradicionales de EEUU. América latina no tiene cómo pasar a primer plano para Biden, para quien su prioridad será la situación doméstica.

 

Apagar los fuegos de crispación política le insumirá mucho tiempo y esfuerzo. Turquía, Rusia, Arabia Saudita pierden ante la llegada de Biden. Le será muy difícil lograr nuevos tratados multilaterales.

 

No puede hablarse de tecnología sin hablar de China, que felicitó a Biden, algo que aún no hicieron Rusia ni Brasil. Pero Biden toma muy en serio el rol de rival estratégico de China.

 

Biden tiene gente muy experimentada en tecnología, van a tratar de controlar el acceso chino a su tecnología. Los chinos están redoblando esfuerzos.

 

 

CLAUDIO FANTINI - Periodista y politólogo.

Panel La nueva Geopolítica en el mundo ¿Qué pasará en el mundo tras las elecciones en EE.UU?

 

Hay algo en común entre Trump, López Obrador y Cristina Kirchner, o Bolsonaro en Brasil, que expresan un método de construcción de poder: dividir a la sociedad en bloques enfrentados, tratar como enemigo al adversario, señalar a grandes medios de comunicación como los principales enemigos. Y la construcción de un núcleo duro de apoyo incondicional. Adhesiones emocionales, con posiciones recalcitrantes.

 

Construyen modelos de poder hegemónico, lo que en EEUU ha sido inédito.

 

Hemos visto a Trump dividir profundamente a la sociedad norteamericana. Traspasando los límites del absurdo, como definir “comunista” a Biden.

 

Ha sido un liderazgo disruptivo, convertido en una clase de secta lunática, ante el rechazo a los resultados electorales negativos para él. Pocos presidentes no han logrado su reelección en los EEUU. Pero Trump mira a sus 74 millones de votos: su paso cuando deje el poder probablemente sea volver a postularse, rompiendo la tradición norteamericana. Trump se propone crear una cadena de televisión, TrumpTV, para promoverse. Volverá a la carga.

 

Biden va  a reconstruir lo que había debilitado la gestión de Trump. Su secretario de estado es un mensaje a Europa de que se va a reconstruir el bloque dañado por la política de Trump. En síntesis, desandar lo andado, revirtiendo el aislacionismo de Trump.

 

Obama estaba impulsando enorme área Asia/Pacifico, algo que retomó ahora China y que Biden intentará recuperar.

 

La reconstrucción de la relación con Europa, tan dañada por la gestión Trump, será muy positiva. La OTAN estaba con los brazos caídos ante los avances de Putin en Ucrania y en Siria. La derrota de los armenios fue una inmensa tragedia, sin que Trump tuviera reacción alguna.

 

 

JAMES SCRIVEN - CEO de Bid Invest.

Panel Desarrollo sustentable de economías Latinoamericanas.

 

La pandemia ha tenido un efecto devastador en nuestra región. Tenemos desafíos estructurales: el FMI proyecta una caída del 11,8% para Argentina.

 

Los indicadores de producción industrial están convergiendo a niveles pre-covid, sin embargo.

 

Dos imperativos son urgentes: la brecha social y el medio ambiente, con el cambio climático, que deberá ser abordado con soluciones concretas.

 

La financiación de una economía sostenible será esencial, triplicando el crédito al sector privado, en el que Argentina tiene uno de los niveles más bajos de la región. Existen brechas similares en otros segmentos.

 

Hacia el futuro es primordial que la banca de desarrollo cumpla un rol constructivo. Aumentar el desarrollo del sector financiero. Cerrar la brecha de financiamiento es primordial para Latinoamérica y el Caribe.

 

La digitalización de los sectores económicos es indispensable, así como reforzar las cadenas de producción más sostenibles. Y solucionar las importantes diferencias entre regiones. En Argentina se requerirá una inversión de 4 mil millones de dólares al año, así como reducir los costos logísticos, que en Argentina triplican los de los países de la OCD. La inversión en infraestructura es en Latinoamérica la mitad de lo que se invierte en otras regiones.

 

El sector privado será protagonista central de la reconstrucción y desarrollo en América latina. Se trata de proteger y promover la inversión social.

 

 

JUAN GERMANO - Socio fundador de Isonomía Consultores.

Panel Argentina 2020: Coyuntura política nacional.

 

La pandemia llega a la Argentina con un presidente en plena luna de miel, que casi tocó los 80 puntos de popularidad. La novedad es que también Rodríguez Larreta tenía un alto nivel de aprobación. El ciudadano le pide a la política que lo cuide.

Lo que cambió fue que la gestión sanitaria entró en cierta contradicción. Y empezó a crujir la cuestión económica. Con el tema del dólar, vinculado a la inflación. Lo que hizo que cayera la popularidad del presidente, hasta ahora sin encontrar piso.

 

Argentina se divide en dos núcleos duros. Queda un 15 a 20% de argentinos a los que no les importa esos núcleos, quieren ser cuidados. Hay una demanda que sigue siendo la misma. El tema es que alguien se anime a representarla.

 

El principal problema del gobierno tiene que ver con la gestión. Es un gobierno lento en la toma de decisiones.

 

Estructuralmente, los problemas argentinos siguen siendo los mismos. Hay una necesidad de evolucionar. El 15 a 20% de los argentinos no votan para atrás, votan para adelante. También la oposición tiene una demanda insatisfecha. Hay una frustración con el oficialismo y con la oposición. Hay una pandemia de pesimismo. El argentino medio les cree mucho menos: la política necesita recrear confianza, responder por fuera de la grieta.

 

La tensión en las coaliciones es previsible. Pese a ello ambas coaliciones se han mantenido unidas. No hay lugar para el “albertismo”, hay un mandato que a menudo excede las intenciones del presidente.

 

¿Qué pasa mientras tanto con los gobernadores? Hoy es un sector que guarda silencio. La carta de Cristina demuestra que quien ordena o desordena la política nacional es ella. Buena parte de los gobernadores no tiene la fuerza necesaria para imponer una agenda distinta a la de Cristina.

 

La estrategia de los sectores dialoguistas tiene sentido. Como la que plantea Larreta. Hay un sector medio/bajo que espera respuestas a sus demandas. Rodriguez Larreta está como diagramado para ir a buscarlos.

 

Hay sectores que se definen como de derecha, algo que no se había visto antes. No está resuelto qué conviene en el largo plazo. Hay un elector esperando.