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La mala información agravó la pandemia en Argentina

 El doctor Juan Carlos Tealdi, integrante del equipo asesor del gobierno, reflexiona sobre la información de los medios de comunicación y las autoridades gubernamentales de Salud y su influencia en la conducta de la población en estos ocho meses de pandemia.

-¿Podría citar un ejemplo donde la mala información agravó la situación de la pandemia en nuestro país?
-La mala información agravó la situación de la pandemia de covid-19 en la
Argentina en un sentido extenso y profundo. Cuando digo información me refiero a la información que dan por un lado los medios de comunicación y por otro lado las autoridades sanitarias. En cuanto a los medios de información, desde el inicio de la pandemia los medios politizaron el manejo de la pandemia insistiendo en el aspecto restrictivo de las libertades que suponía el asilamiento preventivo y por otro lado haciendo hincapié en las consecuencias económicas que tenía. Ese eje de batalla  vehiculizado por medios concentrados de información ha sido sumamente pernicioso.

En la base de esa mala información, que estaba interesada más en cuestiones políticas que sanitarias, se fomentó mucho en algunos sectores sociales el cansancio ante una situación que realmente nos imponía restricciones que eran racionales ya que se debían a la prevención de la extensión de la pandemia. Eso ha sido muy pernicioso y lo padecemos todavía; revertir ese daño cuesta, es un daño que ya está hecho porque por ejemplo la conducta que se tuvo en la ciudad de Buenos Aires implicó que fuera la ciudad que mayor número de infectados tenía. luego desde Buenos Aires como centró neurálgico del país se dispersó por el resto de las provincias.

-La información sobre el coronavirus es cambiante y se van descubriendo nuevos avances y retrocesos en cuanto a los cuidados, tratamientos y vacunas. ¿Esto dificulta el carácter fidedigno o de certeza de la información que puede recibir una sociedad por parte de las autoridades y los propios medios de comunicación?
-Si algo ha mostrado esta pandemia es la volatilidad de la información, la
incertidumbre y el desconocimiento. Desconocíamos el cuadro clínico y los
cuadros clínicos de la enfermedad, las variantes genéticas, el modo de acción.

Aún vamos descubriendo muchas cosas poco a poco con este virus. De manera que efectivamente el poder manejar estas cuestiones no es fácil, hace falta una gran seriedad, ha habido distintos abordajes y en cuanto a la información científica la participación del consejo asesor científico del presidente ha sido buena. Me parece una gran decisión que ha tomado la Argentina el apoyarse rápidamente y dar lugar al asesoramiento científico, cuestión que por otro lado algunos medios, informando mal, lo han cuestionado y han criticado el lugar que han ocupado epidemiólogos, virólogos, etc. Pero lo cierto es que de este virus, de su impacto y modo de transmisión desconocíamos todo y lo fuimos conociendo con sobre la marcha y establecimos estrategias de respuesta. Todavía lo seguimos haciendo. 

-Incluso la medicación fue variando.
-Si, es así. El rendesivir la hidroxicloroquina han pasado, y hasta el mismo plasma de pacientes en determinadas situaciones avanzadas de la enfermedad no tienen ningún éxito. De manera que también hemos tenido que separar entre las etapas de la enfermedad el impacto de uno u otro abordaje. Incluso no sabemos cómo va a impactar la vacuna en aquellos que aún en contacto con el virus no hayan desarrollado anticuerpos, se presume que tampoco lo harán cuando sean vacunados. De manera que hay mucha incertidumbre. De todos modos científicamente se trabaja para tratar de esclarecer y yo creo que si bien nuestro gobierno respecto de la información, aunque no sea perfecto, creo que está informando aceptablemente frente a otras realidades que uno ha visto en otros
países. La incertidumbre se va salvando sobre la marcha, tenemos que tener paciencia y prudencia.

-Los países en los que se han logrado los mejores resultados para el
tratamiento de esta pandemia, ejemplo Corea del Sur o Alemania, ¿lo han logrado por esta cuestión de recibir sus sociedades información confiable o influyó también el carácter de esas misma sociedades, más respetuosas de las normas?
-En cuanto al logro de mejores resultados en algunos países respecto de otros las variables son muchas. No es una sola. Desde luego la concentración urbana es un aspecto, el avejentamiento de la población es otro. La organización social, institucional y sanitaria es otro aspecto. Y por supuesto el mayor respeto de las normas que tienen algunas sociedades. De manera que son muchas las variantes, para no entrar en las variantes genéticas del mismo virus en distintos lugares. Hay cepas distintas del mismo virus que han marcado algunas diferencias también.

-¿Las políticas que han adoptado los estados cómo influyeron?
-Influyeron muchísimo. No es lo mismo la política que adoptó el reino Unido, Estados Unidos o Brasil, que la que adoptó de entrada Alemania y tantos otro países. En nuestro país la concentración urbana, que es el modo más potente de diseminar el virus, porque estamos muy cercanos unos a otros, fue realmente en Argentina un problema grave. Tanto el Amba como Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Tucumán reúnen la mayor parte de la población del país. Esto sumado a nuestro poco apego a las normas, a que somos muy individualistas, hizo que se agravara la situación.

-¿Cómo evalúa la organización del sistema de salud en nuestro país?
-Creo que ha sido buena inicialmente, sobre todo con los recursos materiales. En cuanto a los recursos humanos creo que falló porque con la expansión en el tiempo de la pandemia, el número de profesionales seguía siendo el mismo.

Argentina hizo bien en postergar todo lo que pudo el pico de las infecciones, que iba a llegar porque es imposible parar la expansión de la pandemia absolutamente.




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