La depresión estadounidense de la actividad económica fue acompañada por una reducción adicional del préstamo hacia el extranjero y una fuerte contracción de la demanda de importaciones. Esto produjo una gran reducción del flujo de dólares hacia Europa y el resto del mundo. Dada la importancia de Estados Unidos en la economía mundial, el impacto de su crisis sobre el resto del mundo fue fuerte; por eso se dice que Estados Unidos exportó su crisis. Prácticamente todos los países padecieron declives tanto en la producción industrial como en el PIB, y la URSS fue la principal excepción al estar aislada del capitalismo moderno. El siguiente cuadro muestra la caída de la renta y la producción industrial entre el comienzo de la crisis en 1929 y 1932, año que marcó el momento de mayor profundidad en el descenso de los indicadores económicos.
País | PIB 1932 (1929 =100) | Producción industrial 1932 (1929=100%) |
---|---|---|
Austria | 80 | 62 |
Francia | 86 | 74 |
Alemania | 77 | 61 |
Japón | 101 | - |
Reino Unido | 95 | 89 |
Italia | 98 | 86 |
Países Bajos | 93 | 84 |
España | 97 | 84 |
Estados Unidos | 73 | 62 |
Fuente:12 |
A principios de 1931, si bien persistía la deflación y la desocupación era alta, los países más afectados eran los exportadores de materias primas, y varios de ellos debieron abandonar el patrón oro. Sin embargo, con la quiebra del Credit Anstalt, el principal banco de Austria, se produjo una fuga de capitales en Alemania, Gran Bretaña y en los Estados Unidos, quien decidió terminar con el patrón oro. Hacia finales de 1932, casi todos los países del mundo lo habían hecho.
Alemania, logró una moratoria en el pago de las reparaciones de la deuda pero igual decidió aumentar las tasas de interés. Esto provocó una profundización en la caída de la actividad económica y un incremento de la desocupación. La devaluación del marco fue descartada por temor a la inflación. La alta desocupación creó un clima de conflictividad social y política que allanó el camino a la llegada de Hitler al poder. Gran Bretaña, por su parte, abandonó el sistema monetario tradicional dejando flotar la libra, esto produjo su depreciación. Esto fue la demostración del liderazgo británico y permitió que la economía británica se recuperara de forma razonable librada de las condiciones impuestas por una moneda sobrevaluada y altas tasas de interés.
En poco tiempo se produjo la desorganización y la destrucción parcial de la maquinaria que movía la economía internacional. Los países buscaron una salida individual a la crisis al desaparecer la cooperación financiera. Esto produjo un deterioro de los términos de intercambio y significó el descenso de los precios de las materias primas respecto a los productos manufacturados. En un contexto de escasez de crédito, el resultado para los países periféricos fue la pérdida de reservas y la depreciación del tipo de cambio. Los países periféricos adoptaron dos tipos de políticas: las pasivas y las activas. La pasividad fue el mantenimiento de la ortodoxia monetaria y cambiaría con respecto a los países centrales, y fue realizado por países pequeños con alta dependencia del mercado como Haití, Honduras y Panamá. Las políticas activas fueron modificar el tipo de cambio, controlar las importaciones, intervencionismo estatal e industrialización por sustitución de importación. Estos fueron el caso de Argentina, Brasil y Uruguay.
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