A un mes de gobierno de Alberto Fernández las
señales que está enviando en su conjunto son positivas, sin embargo
en algunas áreas son confusas o contradictorias, este accionar
dentro de un marco de extrema vulnerabilidad como el que encontró es
sumamente peligroso, ponen en riesgo la incipiente estabilidad de los
mercados y alientan ambiciones latentes de retornos no deseados.
Desde el 10 de diciembre algunos nombramientos y
acciones están alimentando la presunción que este seria un
gobierno bicéfalo, el Presidente al que conocemos como una persona
inteligente, dialoguista, y bien intencionada, por el otro lado a la
Vice-Presidenta junto a la Campora que no necesitan ser presentados,
su desgobierno de ocho años nos llevó a los brazos de Macri, a
quien se lo creía medianamente preparado, pero su incapacidad se
pudo advertir a los pocos meses de gobierno, como era lógico de
prever su impericia para gobernar facilito e impulso la vuelta de
Cristina Fernández, pero ella como hábil política que es, bien
sabia que tenia mucha resistencia de gran parte del electorado y esto
le impedía alcanzar los votos necesarios para ganar la elección,
la solución fue poner al frente de la formula a Alberto Fernández y
así alcanzo su objetivo “Volver”.
Que encontró el Presidente Fernández, tierra
arrasada por décadas de desgobiernos, un país dividido, endeudado,
con una inflación galopante, con índices de pobreza inadmisibles
para la Argentina, con niveles inigualables de empresas quebradas o
concursadas, con economías regionales agonizantes al igual que las
Pymes, con una grieta política irreconciliable, con una corrupción
endémica en todos los estamentos del poder y de la sociedad, en
síntesis un estado que en todas sus estructuras es una Torre de
Babel.
Ante una situación tan grave, complicada y
confusa, lo que se espera del Presidente es serenidad, equilibrio,
decisión, firmeza y por sobre todas las cosas sentido común y
coherencia Sin embargo los primeros pasos si bien es lógico que
resulten vacilantes, pero necesariamente deben dejar vislumbrar un
rumbo para así sumar voluntades y adherentes.
Para ser más grafico y a modo de ejemplo tomemos
los pasos que se están dando con nuestras relaciones exteriores y en
particular con los EE.UU. que es nuestro principal acreedor y con el
Presidente Donald Trump que con solo bajarnos el pulgar nos coloca en
una situación de gravedad extrema. Esto indubitablemente nos indica
que debemos ser muy cautos y claros en nuestra política exterior,
no debemos dejar dudas en cual es nuestra posición.
Hoy la política mundial como siempre lo fue y
continúa siendo es complicada y confusa dado a que responde a
múltiples intereses, tenemos las potencias políticas, económicas y
militares hegemónicas concentradas en tres países EE.UU., Rusia y
China, a ellas debemos sumar la Unión Europea y en menor grado a
diferentes asociaciones económicas desparramadas en el mundo.
La tercera posición que siempre fue bandera del
peronismo y que hoy aparentemente el Presidente estaría nuevamente
tratando de levantar, es una utopía, que nació en la primera
presidencia de Perón cuando pretendió ser arbitro y buscar un
equilibrio equidistante entre U.R.S.S. (Unión Soviética) junto a
países de tercer mundo y el compacto grupo integrado por los EE.UU.,
la Comunidad Económica Europea y países del mundo occidental.
En su segundo mandato esta pretensión se le diluyo de entre las
manos a Perón cuando agoto las reservas de oro acumuladas durante
años por gobiernos de diferentes signos políticos. y luego durante
la segunda guerra mundial.
En conclusión, luego de mal invertir y malgastar
esas reservas debió mansa y sumisamente acudir a los EE.UU, y
después de extensas conversaciones mantenidas con el embajador
norteamericano Albert Nufer y otros funcionarios americanos,
finalmente recibe a Milton Eisenhower hermano del Presidente
estadounidense y a su Secretario de Estado para Asuntos
Latinoamericanos Henry Holland para entregarles en bandeja de plata
un área de concesión petrolífera de 49.800 kilómetros cuadrados
en la Provincia de Santa Cruz con derecho único y exclusivo para
explorar, perforar y catear, tratar, extraer y explotar el petróleo
por 40 años a la Compañía California Argentina de Petróleo S.A
del estado de Delaware Estados Unidos y subsidiaria de la Standard
Oil Company de California, acuerdo firmado y luego ratificado por el
decreto 6.688 del 6 de mayo de 1955 por Juan Perón Presidente, Juan
Ignacio San Martín Asuntos Técnicos y Jerónimo Remorino
Relaciones Exteriores y Culto.
Esto nos indica que nuestra debilidad intrínseca
limita nuestra autonomía dificultando nuestra participación en la
tan difícil disputa de poderes mundiales, este equilibrio sí bien
lo comprendieron los Presidentes Menem y Macri, por el contrario
Cristina Fernández con su concepción autocrática nunca lo
entendió ni entiende.
Es aquí y ahora donde el Presidente debe definir
su rol en el gobierno y fijar posiciones y limites, y si me permiten
haciendo una analogía literaria recordemos a Shakespeare cuando el
príncipe Hamlet recita el famoso pasaje “Ser o no ser, esa es la
cuestión”. Hoy el presidente ante el dilema de gobernabilidad que
enfrenta debe hacerse la misma pregunta y dar con la respuesta
correcta porque en ella va su suerte y la de todos los argentinos.
Diego
Lo Tártaro Presidente de IADER