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China-EE.UU.: Máxima tensión en una semana clave. Qué esperar

Semana intense en lo que a la guerra comercial Estados Unidos-China se refiere. Y, con ello, la incertidumbre vuelve a los mercados.
“Hoy a mañana comienzan en Washington las reuniones a un segundo nivel, que deben preparar el terreno para las que se celebrarán a finales de semana a nivel ministerial. Todo parece indicar que China está por la labor de cerrar un acuerdo de mínimos que no incluya temas como el robo de propiedad intelectual o la limitación de subvenciones a las empresas públicas, es decir, que no supongan cambios estructurales a su actual modelo económico. Está por ver si la Administración estadounidense acepta cerrar un acuerdo de este tipo para negociar más adelante otro más completo”, adelantan en Link Securities.
Estos expertos se hacen eco de una información de Bloomberg que apunta que “las negociaciones se han enfocado en un proceso de tres fases. Así, en principio China impulsará las compras de productos agrícolas y energéticos de EE.UU., lo que vendrá seguido de la implementación de compromisos sobre propiedad intelectual, y finalmente una reducción parcial de las tarifas estadounidenses”.
No obstante, el proceso podría revertirse si China rechaza involucrarse en negociaciones sobre su política industrial. Y es que, según destacan en Banca March, “se extiende el rumor de las trabas del país asiático a cerrar un acuerdo comercial amplio con Estados Unidos a finales de esta semana”.
De la misma opinión son en Renta 4 (MC:RTA4): “Miembros de la delegación china ya han enfriado las expectativas anunciando que solo están dispuestos a negociar aquellos puntos que no afecten a las reformas estructurales de su economía. En cualquier caso, no esperamos que se alcance un compromiso en el corto plazo y probablemente tendrán que continuar empeorando las condiciones económicas antes de verse forzados a alcanzar un acuerdo completo”.
Si miramos a Estados Unidos, la situación no es mejor. “Fuentes cercanas al presidente de EE.UU., Donald Trump, dicen que el mandatario se muestra firme en su postura de que un acuerdo debería ser amplio. El representante de Comercio del país norteamericano, Robert Lightizer podría aceptar la idea de un acuerdo secuencial, aunque indicó que ello requeriría algún compromiso de China sobre propiedad intelectual y sobre las subvenciones a compañías estatales”, añaden en Link Securities.
Y es que, según coincide José Luis Cárpatos, CEO de Serenity Markets, “lo que China quiere es un ‘mini acuerdo’, como todos pensábamos, y el problema (y de ahí la mala reacción de los mercados a la noticia), es que Trump repitió varias veces la semana pasada que o gran acuerdo o nada. Ya veremos qué pasa, la guerra comercial es lo que más mercado mueve ahora con mucha diferencia”.

¿Un Trump más débil?

Según añade Cárpatos, “China ve ahora a Trump en una posición mucho más débil que antes para negociar, porque su economía ya está dando problemas y políticamente tiene muchos líos abiertos”. En esto mismo coinciden en Link Securities: “Los problemas políticos por los que atraviesa el presidente Trump en su país son ahora su mayor debilidad a la hora de negociar con China, y entendemos que ambas partes lo saben. No descartamos, por tanto, que se pueda llegar a un acuerdo, aunque este diste mucho de lo que Trump perseguía en un principio. Eso, sí, si finalmente no se cierra ningún acuerdo y las posturas se vuelven a distanciar, los mercados lo van a recibir de forma muy negativa”.

La factura

En Renta 4 (MC:RTA4) recuerdan la “importante factura” que está pasando la guerra comercial a la economía mundial, “con el sector manufacturero contrayéndose a nivel global y contagiando al sector servicios”.
Las negociaciones se producen unos días antes de que entren en vigor, el próximo 15 de octubre, el aumento de los aranceles desde el 25% al 30% sobre 250.000 millones de dólares de importaciones chinas a EE.UU., inicialmente previstos para el 1 de octubre pero postergados “como un gesto de buena voluntad”, tras el anuncio de nuevas compras de productos agrícolas por parte de China, también “como gesto de buena voluntad”.



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