Hace tan solo un par de semanas, tuve un debate acalorado en un grupo de Whatsapp de gente de mercado, donde hay desde “bolseros” hasta economistas que te resultarían conocidos de los medios.
El debate se centraba en las chances de que baje el riesgo país, que aún se encontraba en torno a los 800 puntos.
Mi posición era clara: yo veía un sendero claramente ascendente, incluso a corto plazo. Algunos adherían a esa posición, mientras que otro grupo (bastante radicalizado, por cierto) argumentaba una serie de supuestos por los cuáles el riesgo país se acomodaría.
Luego ocurrieron los sucesos de esta semana, reforzando la hipótesis que sostuve inicialmente.
Más allá de tener o no razón, me preocupó el sesgo cognitivo de gente supuestamente “especializada”. Por eso, en esta nota intentaré explicarte por qué hay que abrocharse los cinturones.
Empecemos…

Riesgo país kirchnerista
En septiembre pasado te comenté en esta nota que “Argentina se estaba dirigiendo a un default con zapatillas de running y Gatorade en mano”. Por aquel entonces, el riesgo país todavía se encontraba en torno a los 700 puntos. O sea, muy por debajo de la cifra actual.
Concretamente, varios meses después de aquella columna, finalmente el riesgo país rompió la barrera de los 1000 puntos durante la jornada del jueves 25 de abril. Dicha cifra resulta la más alta desde febrero de 2014, cuando todavía nos encontrábamos en pleno segundo mandato de CFK.

Esta cifra muestra lo escandalosamente mal que se encuentra la situación macrofinanciera y política argentina.
Para darnos una idea, el rendimiento anual de un bono como el AY24 (Bonar 2024), el papel más tradeado dentro del universo de la renta fija local, alcanzó la friolera de 21%. Esta es una cifra exorbitante, sobre todo si tenemos en cuenta que hace pocos meses, a fines de 2018, era del 11%, y en octubre 2017, máximo esplendor de “era Macri”, cuando Esteban Bullrich le ganaba a CFK las elecciones legislativas provinciales, llegó a caer al 3,75%.
Las cifras, como ves, son nefastas.
Esto también se reflejó en el abanico completo de activos argentinos, como el peso, que llegó a valer $47 por dólar (es obsoleto poner por escrito una cifra esta semana), mientras que el S&P MERVAL cayó 10% en tan solo una semana.
Un desplome sublime por donde se lo mire.
Los motivos detrás de la estampida
Esta estampida financiera, en mi opinión, tendría 3 motivos principales:
1. Macri y todo su equipo se ha kirchnerizado de manera paulatina pero sostenida, sobre todo durante el último año y medio.
Desde aquel 28 de diciembre de 2017, que claramente marcó el fin de la etapa agresiva y optimista del macrismo (donde todo era color de rosa), lo único que se acumuló fueron fracasos en lo económico, dada la nueva línea crecientemente kirchnerista.
Estos son algunos pocos ejemplos:
I. El nombramiento del nefasto Dante Sica al frente de Ministerio de Producción.
El mismo se ha encargado de impulsar el compulsivo y polémico “bono de fin de año”, de re-lanzar Precios Cuidados 2.0/el “Plan matambre”, también de activar la comunista e inútil idea de la “ley de góndolas”, además de amenazar indirectamente empresarios con su dialéctica orwelliana, y de encargarle a los supermercados la tarea de “controlar que la gente no acopie bienes de consumo”. Todas medidas nefastas, de un artífice también nefasto.
II. Otro hito que marca que TODO el equipo macrista se ha kirchnerizado es, por ejemplo, el último anuncio de Vidal, que consiste en descuentos del 50% con tarjetas de crédito y débito del Banco Provincia. Este tipo de medidas, en un entorno donde la inflación se encamina al 60% anual es de una irresponsabilidad absoluta. Es un vaciamiento digno de un populista. Y este es sólo un mero ejemplo, entre otra decena de casos similares.
III. Claramente habría un apartado especial para el tema de Precios Cuidados o “Esenciales”, pero ya lo mencioné más arriba a la pasada en el ítem del orwelliano Dante Sica.
2. El escenario político es un abanico de opciones que van de malas a pésimas. Lo cierto es que ningún candidato con serias chances de hacerse del cetro presidencial es digno. Son todos candidatos socialistas. Pero incluso dentro de ese conjunto que es muy malo en promedio, es cierto que hay una horda de seudocomunistas, dispuestos a tomar medidas altamente orwellianas con tal de intentar controlar (sin éxito) la desbordante coyuntura que recibirían.
Al margen de mi apreciación subjetiva e histriónica, hay algo cierto: según el mercado, Macri era de los candidatos “menos malos”. Pero al sublime empeoramiento en sus chances electorales se ha acoplado el precio de los activos argentinos, ejerciendo una clara presión a la baja.

3. Por último, los fundamentos macroeconómicos y financieros no están y por ello resulta virtualmente imposible se pueda repagar la deuda.2019 cerrará con un déficit financiero de al menos 4 puntos del PIB. A su vez, la economía no crece. Eso, sumado al elevadísimo riesgo país, hace prácticamente imposible se pueda rollear la deuda, es decir, refinanciarla de manera elegante.
Tampoco dan confianza las reservas, ya que es puro leverage, o sea, dinero prestado que encima está todo comprometido con vencimientos de lo que resta de este 2019 y el 2020. Concretamente, las reservas de libre disponibilidad no superan los USD 20.000 millones, el resto es humo efímero.
Esto da cuenta de que el poder real de fuego del BCRA es limitado.
Con todo, o sea, sumando los 3 ítems descriptos recién, lo cierto es que tenemos un combo explosivo que está empujando al mercado a soltarle la mano a Macri. Algo que iba a ocurrir, pero que tal vez se esté dando un poco antes de lo esperado.
Pasando en limpio
Creo el mercado desconfiaba de Argentina por los fundamentos macroeconómicos y la incertidumbre electoral. El asunto es que Macri y sus secuaces han respondido con controles de precios, créditos subsidiados y “matambre para todos”.
El resultado de ello está a la vista: ahora el mercado desconfía aún más que antes, lo que implica que el capital de “credibilidad” que Macri guardaba para con el mercado está prácticamente acabado.
No podía ser de otra manera. Macri y su equipo, acorralados por la coyuntura, se están comportando como kirchneristas, y el mercado los marca como tales.
En paralelo, la sombra de un peronismo modo Hulk asoma por el horizonte cada vez con más fuerza, y eso también tiene otro precio.
Por si fuera poco, incluso en el mejor de los casos en términos políticos, Argentina tampoco tiene la capacidad de repagar su deuda.
Realmente el oficialismo se ha preocupado por generar la tormenta perfecta ¡Y le viene saliendo muy bien!
Como conclusión final, creo que el pronóstico sigue siendo el mismo, sólo que está ocurriendo algo antes delo esperado. O sea, tal como te anticipé hace rato: Argentina sigue firme hacia el default con zapatillas de running y Gatorade en mano.
¡El tema es que está acelerando la marcha!
Hasta la semana próxima,
Juan I. Fernández
Para CONTRAECONOMÍA
El debate se centraba en las chances de que baje el riesgo país, que aún se encontraba en torno a los 800 puntos.
Mi posición era clara: yo veía un sendero claramente ascendente, incluso a corto plazo. Algunos adherían a esa posición, mientras que otro grupo (bastante radicalizado, por cierto) argumentaba una serie de supuestos por los cuáles el riesgo país se acomodaría.
Luego ocurrieron los sucesos de esta semana, reforzando la hipótesis que sostuve inicialmente.
Más allá de tener o no razón, me preocupó el sesgo cognitivo de gente supuestamente “especializada”. Por eso, en esta nota intentaré explicarte por qué hay que abrocharse los cinturones.
Empecemos…
Riesgo país kirchnerista
En septiembre pasado te comenté en esta nota que “Argentina se estaba dirigiendo a un default con zapatillas de running y Gatorade en mano”. Por aquel entonces, el riesgo país todavía se encontraba en torno a los 700 puntos. O sea, muy por debajo de la cifra actual.
Concretamente, varios meses después de aquella columna, finalmente el riesgo país rompió la barrera de los 1000 puntos durante la jornada del jueves 25 de abril. Dicha cifra resulta la más alta desde febrero de 2014, cuando todavía nos encontrábamos en pleno segundo mandato de CFK.
Esta cifra muestra lo escandalosamente mal que se encuentra la situación macrofinanciera y política argentina.
Para darnos una idea, el rendimiento anual de un bono como el AY24 (Bonar 2024), el papel más tradeado dentro del universo de la renta fija local, alcanzó la friolera de 21%. Esta es una cifra exorbitante, sobre todo si tenemos en cuenta que hace pocos meses, a fines de 2018, era del 11%, y en octubre 2017, máximo esplendor de “era Macri”, cuando Esteban Bullrich le ganaba a CFK las elecciones legislativas provinciales, llegó a caer al 3,75%.
Las cifras, como ves, son nefastas.
Esto también se reflejó en el abanico completo de activos argentinos, como el peso, que llegó a valer $47 por dólar (es obsoleto poner por escrito una cifra esta semana), mientras que el S&P MERVAL cayó 10% en tan solo una semana.
Un desplome sublime por donde se lo mire.
Los motivos detrás de la estampida
Esta estampida financiera, en mi opinión, tendría 3 motivos principales:
1. Macri y todo su equipo se ha kirchnerizado de manera paulatina pero sostenida, sobre todo durante el último año y medio.
Desde aquel 28 de diciembre de 2017, que claramente marcó el fin de la etapa agresiva y optimista del macrismo (donde todo era color de rosa), lo único que se acumuló fueron fracasos en lo económico, dada la nueva línea crecientemente kirchnerista.
Estos son algunos pocos ejemplos:
I. El nombramiento del nefasto Dante Sica al frente de Ministerio de Producción.
El mismo se ha encargado de impulsar el compulsivo y polémico “bono de fin de año”, de re-lanzar Precios Cuidados 2.0/el “Plan matambre”, también de activar la comunista e inútil idea de la “ley de góndolas”, además de amenazar indirectamente empresarios con su dialéctica orwelliana, y de encargarle a los supermercados la tarea de “controlar que la gente no acopie bienes de consumo”. Todas medidas nefastas, de un artífice también nefasto.
II. Otro hito que marca que TODO el equipo macrista se ha kirchnerizado es, por ejemplo, el último anuncio de Vidal, que consiste en descuentos del 50% con tarjetas de crédito y débito del Banco Provincia. Este tipo de medidas, en un entorno donde la inflación se encamina al 60% anual es de una irresponsabilidad absoluta. Es un vaciamiento digno de un populista. Y este es sólo un mero ejemplo, entre otra decena de casos similares.
III. Claramente habría un apartado especial para el tema de Precios Cuidados o “Esenciales”, pero ya lo mencioné más arriba a la pasada en el ítem del orwelliano Dante Sica.
2. El escenario político es un abanico de opciones que van de malas a pésimas. Lo cierto es que ningún candidato con serias chances de hacerse del cetro presidencial es digno. Son todos candidatos socialistas. Pero incluso dentro de ese conjunto que es muy malo en promedio, es cierto que hay una horda de seudocomunistas, dispuestos a tomar medidas altamente orwellianas con tal de intentar controlar (sin éxito) la desbordante coyuntura que recibirían.
Al margen de mi apreciación subjetiva e histriónica, hay algo cierto: según el mercado, Macri era de los candidatos “menos malos”. Pero al sublime empeoramiento en sus chances electorales se ha acoplado el precio de los activos argentinos, ejerciendo una clara presión a la baja.
3. Por último, los fundamentos macroeconómicos y financieros no están y por ello resulta virtualmente imposible se pueda repagar la deuda.2019 cerrará con un déficit financiero de al menos 4 puntos del PIB. A su vez, la economía no crece. Eso, sumado al elevadísimo riesgo país, hace prácticamente imposible se pueda rollear la deuda, es decir, refinanciarla de manera elegante.
Tampoco dan confianza las reservas, ya que es puro leverage, o sea, dinero prestado que encima está todo comprometido con vencimientos de lo que resta de este 2019 y el 2020. Concretamente, las reservas de libre disponibilidad no superan los USD 20.000 millones, el resto es humo efímero.
Esto da cuenta de que el poder real de fuego del BCRA es limitado.
Con todo, o sea, sumando los 3 ítems descriptos recién, lo cierto es que tenemos un combo explosivo que está empujando al mercado a soltarle la mano a Macri. Algo que iba a ocurrir, pero que tal vez se esté dando un poco antes de lo esperado.
Pasando en limpio
Creo el mercado desconfiaba de Argentina por los fundamentos macroeconómicos y la incertidumbre electoral. El asunto es que Macri y sus secuaces han respondido con controles de precios, créditos subsidiados y “matambre para todos”.
El resultado de ello está a la vista: ahora el mercado desconfía aún más que antes, lo que implica que el capital de “credibilidad” que Macri guardaba para con el mercado está prácticamente acabado.
No podía ser de otra manera. Macri y su equipo, acorralados por la coyuntura, se están comportando como kirchneristas, y el mercado los marca como tales.
En paralelo, la sombra de un peronismo modo Hulk asoma por el horizonte cada vez con más fuerza, y eso también tiene otro precio.
Por si fuera poco, incluso en el mejor de los casos en términos políticos, Argentina tampoco tiene la capacidad de repagar su deuda.
Realmente el oficialismo se ha preocupado por generar la tormenta perfecta ¡Y le viene saliendo muy bien!
Como conclusión final, creo que el pronóstico sigue siendo el mismo, sólo que está ocurriendo algo antes delo esperado. O sea, tal como te anticipé hace rato: Argentina sigue firme hacia el default con zapatillas de running y Gatorade en mano.
¡El tema es que está acelerando la marcha!
Hasta la semana próxima,
Juan I. Fernández
Para CONTRAECONOMÍA