La Unión Europea (UE) tiene en análisis profundo la agenda digital para Europa con la mirada puesta en el año 2020. Uno de los aspectos importantes que considera dciha agenda, está relacionado con la problemática de las redes de distribución de energía ante la posibilidad de uso masivo de automóviles eléctricos.
La UE prevé que la producción masiva de vehículos eléctricos (EV) podría iniciarse en el año 2020 y para analizar el impacto del uso de estas tecnologías, estudió el movimiento de los vehículos y las nuevas exigencias energéticas. Para ello, puso en marcha el proyecto DATA SIM (DATA Science for SIMulating the era of the electric vehicles) financiado por el Programa Marco FP7 ICT FET (Future and emerging technologies) y coordinado por el Instituto de Investigación de Transporte (IMOB) de la Universidad de Hasselt (Bélgica).
La UE prevé que la producción masiva de vehículos eléctricos (EV) podría iniciarse en el año 2020 y para analizar el impacto del uso de estas tecnologías, estudió el movimiento de los vehículos y las nuevas exigencias energéticas. Para ello, puso en marcha el proyecto DATA SIM (DATA Science for SIMulating the era of the electric vehicles) financiado por el Programa Marco FP7 ICT FET (Future and emerging technologies) y coordinado por el Instituto de Investigación de Transporte (IMOB) de la Universidad de Hasselt (Bélgica).

El primer aspecto del análisis fue el conocimiento preciso de los flujos de tráfico y las duraciones de los viajes que se realizan, para poder extraer conclusiones relacionadas con la localización eficiente de los puestos de reaprovisionamiento y las cargas energéticas asociadas. Este objetivo se logró manejando grandes cantidades de datos (Big data) provenientes de informaciones de GPS y registros de llamadas de teléfonos móviles. El modelo de comportamiento obtenido puede predecir lo que sucedería en el caso en que se empezara a reemplazar el uso de los automóviles a nafta.
El profesor Jesús Fraile Ardanuy, investigador principal en el proyecto, en representación de la Universidad Politécnica de Madrid, explica que “en un futuro, al aumentar significativamente el número de vehículos eléctricos enchufados a la red aparecerán efectos negativos sobre el sistema eléctrico (aumento de las picos de demanda de energía, posible colapso de algunas redes de distribución si la carga se efectúa de forma no coordinada, etc.) que habrá que tratar de minimizar (mediante propuestas tarifarias que modifiquen el comportamiento de los conductores y permitan aplanar la curva de demanda, por ejemplo), pero también tendrá una serie de aspectos positivos muy importantes”. Entre estos puntos positivos, el profesor señala la posibilidad de aprovechar la capacidad de las baterías de los vehículos para realizar recargas,sobretodo, en aquellos momentos en los que las energías renovables no gestionables (eólica y fotovoltaica principalmente) se encuentren produciendo y no haya demanda eléctrica suficiente. Desde luego, agrega, estos aspectos implican la creación de “Redes Eléctricas Inteligentes”.
El informe proporciona informaciones útiles a los responsables políticos, no solo para reforzar las redes en lugares específicos de alto consumo, sino para considerar la utilización de energías renovables que poseen naturalmente fluctuaciones de producción
Una propuesta de la comisión, como se adelantara en las palabras del profesor Jesús Fraile, es el aprovechamiento de la energía almacenada en los vehículos para suministrarla al sistema eléctrico de acuerdo a las necesidades de demanda. Para esto, será necesario desarrollar equipamientos de comunicación entre los usuarios y los operadores de las redes eléctricas, tecnología conocida por las siglas V2G (Vehicle to grid).