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Al final, ¿a dónde van los votos de Massa?: mientras el líder insinúa apoyo a Macri, sus dirigentes se acercan a Scioli

"Los votos no son de nadie". Esta ha sido una de las frases más escuchadas en los últimos días en cuanto programa televisivo se haya ocupado de analizar el reacomodamiento electoral de cara a la segunda vuelta.

La ha dicho Sergio Massa a modo de excusa para no dar una definición explícita sobre aquién querría él favorecer de los dos candidatos a disputar la "gran final".

La han repetido los dirigentes de Scioli al afirmar que -más allá de lo que haya insinuado el tigrense en cuanto a su preferencia por el líder PRO- ellos igual intentarán seducir a susvotantes, a quienes consideran más cercanos al peronismo que a los postulados del espacio Cambiemos.

Y, por cierto, también la han utilizado los dirigentes y estrategas de Macri, que se muestranconvencidos de que no hay que preocuparse por cómo un líder político intenta influir sobre el electorado, ya que ahora se transita una nueva etapa, en la que cada persona decide según su propio criterio.

Sin embargo, más allá de estos dichos, hay una realidad innegable: la disputa por ganarse el favor de los políticos massistas está al rojo vivo. 

Y esto es una clara demostración de que tal vez los votantes "no sean de nadie" pero lainfluencia de los dirigentes sigue manteniendo su atractivo. 

Por lo pronto, pese a la clara inclinación de su líder, las aguas en el Frente Renovador estándivididas. De hecho, ya varios integrantes manifestaron su rechazo por las políticas de "el ingeniero" y salieron a decir públicamente que apoyarán al candidato del Frente para la Victoria

Así las cosas, el gran interrogante que se plantea es a dónde irán finalmente a parar losvotos que fueron a Massa en la primera vuelta.

¿Podrá el ex intendente de Tigre direccionarlos a su antojo y así subirle el precio a su apoyo? ¿O la fractura que se da puertas adentro, en su propio espacio, terminará por fragmentar lossufragios de modo imprevisible?
Los que "se cortaron" solosAlgo que está quedando en evidencia es que -a pesar de que en su acto plagado de guiños a favor de Cambiemos intentó dar un mensaje claro- Massa está viviendo una contradicción.

Es que su origen peronista le pone "un límite" a muchos dirigentes cercanos que no pueden digerir la idea de favorecer a Macri de cara al balotaje.

El primero de los integrantes de UNA en hacer explícito su apoyo a Scioli fue el legisladorAlberto Roberti quien -tras apelar a una serie de tuits en los que llamaba a votar por el FpV-despertó la ira de Massa.

También Adrián Fuentes, candidato a gobernador del massismo en Entre Ríos, le comunicó a Sergio Urribarri su decisión de acompañar a postulante del FpV

Por su parte, el diputado y dirigente industrial que responde al massismo, José De Mendiguren, deslizó un tácito apoyo al candidato oficialista y destacó su "perfil productivo". 

Facundo Moyano, del Frente Renovador, también reconoció que tiene "un diálogo muyfluido" con el postulante a presidente por el kirchnerismo. Y si bien evitó pronunciarse sobre si lo votaría afirmó: "Yo siempre construyo desde el peronismo".

Felipe Solá, ex gobernador bonaerense y tercero en la elección por el mismo cargo, optó por pararse en el medio, aunque marcó cierta distancia del líder del PRO.
Se autodefinió como peronista y, por tanto, aseguró que se enfrenta a la seria dificultadque plantea el tener que favorecer al líder de Cambiemos.

En este contexto, cabe la pregunta sobre si esta situación puede interpretarse como uncuestionamiento a la autoridad de Massa dentro de su propio espacio

El escritor y analista político Jorge Asís sostiene que la obligación de mantener un acuerdo deapoyo mutuo con Macri sólo lo atañe a él personalmente, pero que la misma no es extensible al resto de la dirigencia.

"Abundan los dirigidos que coinciden con Felipe Solá. Les cuesta, como peronistasapoyar aMacri", afirma.

Para el analista político Rosendo Fraga, lo que queda en evidencia es el deseo del tigrense de tomar el control del peronismo luego de la segunda vuelta.

"Es lo que hizo Cafiero y la Renovación Peronista 28 años atrás desde la disidencia. Massa intenta plantear una posibilidad de acuerdo desde sus propuestas", señala el politólogo.

Y advierte: "El riesgo del espacio de Massa y de De la Sota es que sus dirigentes comiencen aoptar por Scioli o por Macri de forma individual. De hecho, ya hay algunos casos".

Es posible que el propio tigrense haya entendido las dificultades que se le plantean a losperonistas tradicionales a la hora de tener que votar a un candidato de otro partido.

Y es precisamente por eso que si bien insinuó su voto a Macri se ocupó de recalcar que dejaría en "libertad de acción" a sus dirigentes. Y esto tiene su razón de ser: al no haber una orden explícita que llegue desde arriba, no puede hablarse ni de rebeldías ni de indisciplina.

Una explicación que Fraga ensaya sobre la falta de apoyo unificada en el massismo se sustenta en que no terminó de concretarse un acuerdo entre ambas fuerzas políticas.

"Todo el sector de Massa comenzó a decir que no iba a apoyar a Scioli. Pero eso después se frustró, porque en el macrismo predominó la idea de que iban a ir en busca de votos pero no de dirigentes", asegura Fraga.
Boletas que inclinan la balanzaPara los analistas de todas las tendencias, está claro que el massismo será el gran árbitro de la elección. El 21% obtenido en la primera vuelta dejó en evidencia que hay un espacio en el que conviven los sentimientos peronista anti-kirchnerista.

Precisamente ahí es donde reside la gran pulseada entre Macri y Scioli: 

- El primero trata de explotar el rechazo al Gobierno
- El segundo, de hacer foco en los rasgos históricos del peronismo.
Scioli lo ha dicho de manera explícita al afirmar que "el votante de Massa está más cerca de nosotros que de Macri".

Sin embargo, no está tan claro que sea así. De hecho, algunas encuestadoras y dirigentes observan lo contrario. 

Al decir de Felipe Solá, las cifras que se manejan en el propio Frente Renovador indican que el65% de los que eligieron a Massa en primera vuelta votarán a Macri en noviembre.

Claro que la proliferación de números -y el descrédito de los encuestadores tras el 25 de octubre- obliga a tomar con prudencia los datos que están circulando en estos momentos.

De hecho, los sondeos tendientes a identificar quién de los dos (Macri o Scioli) se beneficiaráen mayor proporción con la captación del público massista distan de ser coincidentes.

Por lo pronto, considerando sólo esa porción del electorado:

- Para la consultora Polldata: algo más de la mitad votaría por Macri.

- Para González y Valladares: un 45% elegiría al líder PRO contra un 22% que optaría porScioli.

- Para Elypsis: un 30% irá al macrismo mientras que el candidato oficialista capitalizará más: el 41%

Desde esta última firma - que súbitamente ascendió en el ranking por haber acertado los resultados de la primera vuelta- afirman que el electorado massista conserva una fuerte identidad peronista.

Sin embargo, esta mayor captación que pueda hacer el sciolismo se ve "dañada" por el"factor fidelidad", ya que este juega a favor de Cambiemos.

Según Elypsis, Macri retiene a casi todos los que ya lo votaron (94%) mientras que Scioli, en cambio, sólo a siete de cada diez (pierde un 30%). 

Esta combinación de factores hace que, según esta encuestadora, el líder PRO estéaventajando al candidato oficialista por unos diez puntos en el resultado final (proyectando indecisos).

Al menos, esa era la distancia entre ambos hasta la semana pasada. Es decir, hasta antes de que "la campaña del miedo" entrara en acción.
La estrategia del miedoMientras prosigue en paralelo el operativo seducción sobre los dirigentes massistas, elcomité de Scioli ya puso en marcha su otra gran apuesta: "robarle" el discurso a Massa.

Esto, en un intento de entrar en sintonía con ese grupo de votantes peronistas que están enojados con el kirchnerismo.
Es así como el gobernador bonaerense en estos últimos días hizo propias gran parte de laspromesas de campaña incluidas en la plataforma del Frente Renovador.
Más aun, hasta parece estar siguiendo al pie de la letra las recomendaciones del documento programático que mostrara Massa en su acto partidario. 

"Escuchamos el mensaje de las urnas y mejoramos nuestras propuestas", reconoce la ministra de Gobierno bonaerense, Cristina Álvarez Rodríguez.

"Si antes le íbamos a devolver el IVA a los jubilados, ahora vamos con el 82% móvil para los que cobran la mínima; si antes íbamos por cuidar el bolsillo de los trabajadores y el país federal, ahora vamos a quitarle retenciones a las economías regionales, al trigo, maíz y cebada, para que haya más competitividad", especifica la funcionaria. 

Por su parte, Scioli ahora garantiza que va a mantener los subsidios que reciben lostrabajadores, asegura que modificará el impuesto a las Ganancias y se animó a adelantar que, bajo su gestión, se va a volver más sencillo comprar billetes verdes.
"El dólar ahorro se va a dinamizar cada vez más porque cada vez van a entrar más divisas al país", aseguró.

Anticipó que el actual escenario económico mejorará notablemente, porque "las reservasirán aumentando en forma sostenida, más que nada por la inversión en exploración y explotación de petróleo".
También se pronunció a favor de una reforma de la Ley de Coparticipación y de que las provincias reciban fondos en forma "automática".

Como era de prever también le hizo un claro guiño al campo: "Estoy abierto a rever y a revisar cada retención para que ninguno se quede sin sembrar".

Respecto a la lucha contra el narcotráfico, el mandatario bonaerense también alzó una de las banderas de campaña de Massa: ahora promete que si es elegido presidente implementará un "blindaje" de las fronteras con las Fuerzas Armadas. 

El otro frente de batalla al que atienden en el sciolismo es la guerra despiadada que iniciaron contra Macri, a quien culpan de antemano por todos los infortunios que pudiere sufrir la Argentina, si él llegase a la Casa Rosada. 

En los últimos días, el equipo de Scioli se dio a la tarea de asociar a Cambiemos con elgobierno de La Alianza y a alertar a la población sobre "el regreso a los '90" y la finalización de los programas de asistencia social, de ser Macri presidente. 

"El Gobierno sale a disputar el poder con una campaña de las llamadas sucias o negativas y propone, por ejemplo, la disyuntiva ‘Scioli o el hambre', tratando de generar una polarización", indica Fraga.

En opinión del politólogo Sergio Berensztein, la campaña contra Macri es "un poco ingenua, absurda y hasta le puede generar menos credibilidad a Scioli". 

Cada vez queda menos para la llegada de las urnas. Los dos candidatos lucen exhaustos, pero ninguno quiere ceder ni un centímetro o, mejor dicho, ni un voto.

En la fase final, apelan a todo lo que esté a su alcance. Los analistas de campaña repasan los libretos y van ajustando las estrategias minuto a minuto según el rating electoral.

Cada día ambos postulanes deben reinventarse, tienen que salir a convencer de que la Argentina puede transformarse en un paraíso - y sólo uno tiene la llave- o un "infierno" si el elegido es su contrincante.

Será cuestión de esperar para comprobar si la "campaña del miedo" funcionó. 
Y si, entre los votantes de Massa, predomina más el sentimiento de temor a Macri que el del rechazo al kirchnerismo.

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