Equipo que gana no se cambia. La frase que resume en clave futbolística que el éxito de una decisión bien puede afianzarse en el tiempo, podría ser la quintaesencia de las medidas que aplicó, una vez más, el titular del BCRA Alejandro Vanoli para domesticar la plaza del dólar.Una nueva circular del Banco Central que buscó reemplazar una que estaba vigente (pero no se cumplía) impactó fuerte no sólo en el volumen de negocios del mercado de futuros, sino también en las proyecciones de devaluación que implícitamente marcan los contratos a futuro del dólar. Ayer, en una jornada fuera de lo común, los contratos más largos marcaron una pauta devaluatoria del 30% anual el contrato a diciembre de 2015 cotizó a $ 11,10 en el Rofex, lo que redundó en mayores especulaciones sobre las últimas decisiones tomadas en el BCRA. Sin embargo el dato más importante lo dieron quienes no participaron de la rueda: es que varios llamados telefónicos del Central y la mencionada circular habían advertido previamente a las entidades medianas y pequeñas que de no contar con su calificación "Camel" por encima de "2", no podían afectar sus garantías y por lo tanto tampoco operar en futuros.
"Hasta hace varios años hacía falta tener una calificación "AA" otorgada por una calificadora de riesgo para poder afectar las garantías, sin embargo ahora las calificaciones las pone directamente el BCRA. Es nada más que un reemplazo", sostuvieron en el Central.
Sin embargo, en la City no piensan de la misma manera. "Primero no son calificaciones públicas, es decir, sólo las conoce el Central por lo que si a un banco le ponen una calificación por encima de 2, entonces esa entidad ya no puede operar en dólar futuro y por ende tampoco ofrecer productos vinculados con el dólar", sostuvo el jefe de la mesa de dinero de un banco de capitales internacionales.
Huelga decir que la nueva modalidad que tiene el BCRA de "calificar" a los bancos en función de la posibilidad para que éstos puedan afectar garantías es mediante números que van del 1 (mejor posición) al 5 (peor posición). La mayor parte de las entidades de mayor tamaño del mercado argentino tiene calificaciones Camel 1 o 2, mientras que las de tamaño mediano o pequeñas tienen "3" y unas pocas "4".
"Los negocios se fueron achicando en las últimas horas, hay menos operaciones y con la normativa que aplica ahora el BCRA muchos menos jugadores que antes. Los clientes se están pasando de un banco a otro pero la lectura que hay que hacer es que la plaza será mucho más chica, algo que ya ha hecho Vanoli en otros mercados", sostuvo un operador.
En el Rofex, la situación dista de pasar desapercibida, porque todos los negocios de futuros necesitan garantías y para los bancos medianos y pequeños con calificación por encima de 2 resulta imposible participar. En el caso del Mercado Abierto Electrónico (MAE), estos mismos bancos sólo pueden operar contra otras entidades (no se necesitan garantías) pero no contra el Banco Central, ya que la reglamentación sostiene que se necesitan garantías.
En la City señalan a Alejandro Vanoli como el "arquitecto" que intenta achicar la plaza de futuros para que el Banco Central tenga mayor poder de fuego y pueda influir en la devaluación implícita que marcan los contratos a futuro pero sobre todo cortar los negocios que generan las entidades medianas y pequeñas que ofrecen servicios cambiarios y de cobertura.