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Los bancos frenan el crédito mientras analizan el impacto de las tasas máximas

Quienes tenían créditos personales preaprobados y el miércoles intentaron hacerse de los fondos probablemente se encontraron con que no pudieron hacerlo. "La operación por usted solicitada no puede ser concretada en el día de la fecha, disculpe los inconvenientes", decía, en su página de home banking, una entidad local de primera línea.

La realidad es que prácticamente todas las entidades financieras optaron por paralizar su actividad crediticia, mientras analizan el alcance de la nueva norma que emitió anteayer el Banco Central (BCRA) y que les impone tasas máximas para los préstamos personales y prendarios destinados a individuos.

"Estamos analizando la normativa y readecuando los sistemas, por eso hoy no se dieron préstamos ni por home banking ni por sucursal", admitía a La Nación el vocero de un banco extranjero. "Supuestamente la norma del Central ya está vigente, con lo cual no nos podemos arriesgar a que en alguna sucursal den un préstamo bajo las viejas condiciones, porque nos estaríamos exponiendo a una sanción", explicó.

Desde otro banco nacional coincidieron: "Todas las entidades deben haber dejado de funcionar. Nadie quiere quedar en off side con el Central y por eso se está frenando todo nuevo préstamo hasta que no se verifiquen los sistemas: probablemente esto se extienda tres o cuatro días más".

En el sistema financiero la fijación de tasas máximas llegó por sorpresa y provocó un tembladeral. "Nadie sabe dónde está parado", se sinceró una fuente del sector.

"Lo que logran es achicar el mercado, porque se retrae la oferta", sentenciaban en otra entidad de capital nacional criticando al BCRA.

En los grandes bancos advierten que la norma provocará la expulsión de los clientes de mayor riesgo, mientras que en las entidades más chicas directamente aseguran que se vuelve inviable su negocio. Es que muchas entidades pequeñas que fondean sus créditos mediante la emisión de bonos o fideicomisos en el mercado de capitales tienen que asumir un costo por hacerse del dinero, que puede ir del 30 al 45%, y apenas llega a compensarse con la tasa máxima que les fijó el BCRA para sus créditos.

Pero no sólo los bancos chicos estarían complicados con la norma, sino que la medida había generado gran malestar en las grandes casas de electrodomésticos, que habían hecho del financiamiento de los productos su principal apuesta en estos últimos meses.

En estos casos, el problema era doble: por un lado, porque para tomar un crédito en un banco la nueva norma las obliga a estar incorporadas en un registro, con lo cual cualquier movimiento de caja que ayer tuvieran pensado hacer con financiamiento bancario estaba vedado.

Pero, por otro, porque la norma les impide a los bancos comprar en el mercado o participar de fideicomisos que tengan como subyacentes préstamos con tasas superiores a las fijadas ahora por el BCRA. Esto afectó directamente el corazón del negocio de las casas de elecrodomésticos, ya que su gran margen no es tanto por la venta al contado, sino por la venta financiada de bienes.

Para fondear sus créditos, las cadenas de artículos para el hogar suelen vender sus carteras de préstamos ya otorgados en forma directa o a través de fideicomisos en el mercado de capitales. En tal sentido, muchas se preguntaban qué hacer con las carteras ya originadas con tasas de interés que superan con creces las del BCRA. Asimismo, al igual que en los bancos chicos, aseveraban que la originación de nuevos préstamos se hace inviable.

"Estimamos que son necesarias tasas del orden del 70% anual para que el negocio cierre", admitió una fuente del sector a La Nación.

Por mes se colocan en el mercado local de capitales fideicomisos de consumo por más de $ 1.500 millones.