En 2001 -y en especial luego del default, y del corralón radical/peronista de 2002- Uruguay la pasó pésimo. Estuvo al borde de imitar la pésima acción de su vecino en el Río de la Plata. Pero, al igual que en Brasil, ganó la racionalidad, aunque les obligó a mucho esfuerzo. En 2013, los uruguayos creen que el vínculo con la Argentina es igual o peor. Observan el progresivo derrumbe del 'modelo' K y temen sus consecuencias. El vicepresidente uruguayo Danilo Astori advirtió que las relaciones comerciales bilaterales "están en el peor momento en mucho tiempo". El diario El País, de Montevideo, profundizó en ello:
(El País). La Administración Federal de Ingresos Públicos del vecino país (AFIP) dispuso el lunes un aumento de 15% a 20% en el anticipo de impuestos que se cobra sobre los viajes y las compras en el exterior con tarjeta. El alcance de esta medida también se amplió a las compras de paquetes turísticos y servicios de transporte en el extranjero sea cual sea el medio de pago elegido (incluido el efectivo).
"No quiero invadir soberanías que no me corresponden, pero sí quiero decir que esto a Uruguay lo perjudica notablemente. Estamos en el peor momento de nuestras relaciones económico-comerciales con Argentina en mucho tiempo", dijo ayer a El País el vicepresidente de la República, Danilo Astori.
Afirmó que Argentina ha adoptado un enfoque de política económica "muy distinto" al uruguayo, "muy proteccionista en cuanto a sus relaciones internacionales, cosa que nos afecta, muy intervencionista y excesivamente regulatorio".
"Con esas cosas no se pueden esperar buenos resultados", remató.
La nueva medida de AFIP afecta a Uruguay porque uno de sus principales rubros de exportación es el turismo, que depende en gran medida de la visita de argentinos. A esto se suman las fuertes restricciones al comercio que impone el vecino país y los controles a la compra de dólares que generaron una cotización paralela del tipo de cambio (dólar blue), cuyo valor es un 70% más alto que el oficial. Esto deteriora el clima de negocios y alimenta la expectativa de una suba del dólar oficial. Ayer, el gobierno logró que el blue bajara de 8,75 a 8,45 pesos argentinos, tras un alza de 10% en dos días por el anuncio del lunes (ver nota aparte).
Astori recordó que se tomaron acciones para apoyar al turismo e intentar contrarrestar las de Argentina (ver nota aparte) y expresó que "en buena medida lo lograron, porque la afluencia de argentinos no registró una caída dramática ni mucho menos; quizás gastaron menos, pero los argentinos siguieron viniendo".
En materia comercial, Uruguay enfrenta restricciones para exportar a Argentina hace varios años, debido a las licencias no automáticas de importación. A eso se sumó luego la exigencia del gobierno argentino de declaraciones juradas anticipadas de importación, por las que los importadores necesitan la aprobación oficial para ingresar productos al país.
Esto llevó a que el ministro de Economía, Fernando Lorenzo, advirtiera en septiembre a empresarios uruguayos de la industria de la alimentación que dejaran de apostar a el mercado argentino como destino. "Olvídense de la Argentina para exportar", les dijo, según informó a El País el miércoles el presidente de la Cámara Industrial de Alimentos Envasados, Juan Pedro Flores.
Incluso el presidente de la República, José Mujica, calificó a la relación con Argentina como una "misión imposible". Esta semana, una fuente cercana a la negociación bilateral indicó a El País que para el Poder Ejecutivo hacer reclamos a Argentina "pasó a ser un tema secundario" y los esfuerzos se concentran en hacer mejores acuerdos con Brasil.
Astori reafirmó a El País que Uruguay "está haciendo una apuesta en la región muy importante a Brasil", con "un grupo de alto nivel trabajando especialmente en ese tema". Añadió que por fuera de la región "se apunta a mirar con prioridad la alianza del Pacífico (México, Colombia, Ecuador, Perú y Chile)". "Uruguay apunta a acuerdos concretos con esa alianza", dijo.
Mencionó que también se vuelcan esfuerzos en el sureste asiático, Rusia, India, donde existe "un potencial para desarrollar que es muy importante".
Impactos
El escenario que se ha configurado en Argentina significa un menor impulso para la economía uruguaya, de acuerdo a los economistas privados consultados por El País. Todos prevén que la presión devaluatoria en la vecina orilla seguirá firme.
"Es claro que Uruguay va a sentir el impacto de este deterioro de la competitividad" dado que "el dólar blue no deja de ser la referencia más relevante para el turismo", dijo Florencia Carriquiry, de Deloitte. Agregó que Uruguay está muy caro para los argentinos, "tanto como lo estaba en junio de 2002, cuando Argentina devaluó y Uruguay todavía no lo hacía". A su juicio, esto ocasionará "una caída importante en la llegada de argentinos al país".
En esa línea, Marcelo Sibille, de KPMG, afirmó que las estadísticas del primer trimestre de 2013 "seguramente mostrarán una baja del turismo receptivo" con respecto a un año atrás, fundamentalmente por la caída de turistas argentinos.
El economista Javier De Haedo advirtió que los efectos en Uruguay serán menos ingresos fiscales y privados, menor actividad económica y menor empleo. "Todo esto gradual, no de la noche a la mañana, pero con impacto muy serio", dijo.
También para Aldo Lema, de Vixion Consultores, el escenario argentino implica "un menor impulso para Uruguay con contracción adicional en las exportaciones de bienes y servicios y prolongación del frenazo en el inversiones hacia el agro y los activos inmobiliarios".