Fitch duda de la utilidad de un banco malo si la situación económica no mejora, ya que la experiencia demuestra que en otros países hay bancos que se han librado de sus activos problemáticos y siguen luchando por salir adelante. En un informe publicado hoy, la agencia de calificación recuerda que los bancos malos se convirtieron en algo común con la crisis y ayudaron a estabilizar el sector financiero, aunque en casos como el de Irlanda metieron más presión sobre las finanzas públicas. Los bancos malos se crean principalmente para que entidades con dificultades, en muchos casos en manos del Estado, puedan traspasar sus activos tóxicos y colocarse en una posición más fuerte, en la que se supone que sería más fácil su venta.