Los analistas de Morgan Stanley ha elevado la probabilidad de una ruptura en la Eurozona hasta el 35% frente al 25% anterior, mientras que reducen el plazo a 12-18 meses frente a los cinco años estimados anteriormente. También aseguran que las consecuencias de una salida de Grecia del euro son mucho más serias de lo que descuenta el mercado, al tiempo que destacan tres áreas principales de contagio: deuda soberana, sector bancario y el escenario político. Creen que para frenar la crisis es necesaria, a corto plazo, una recapitalización de la banca periférica vía EFSF/ESM y una política más agresiva por parte del BCE y, a largo plazo, un esquema de Garantía de Depósito a nivel Federal, unión fiscal y el BCE como prestamistas de último recurso.