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EEUU y su abultada deuda: ¿peligra el dólar como divisa de referencia?

Estados Unidos lleva un largo tiempo devaluando su moneda para ganar competitividad. Un juego peligroso que podría implicar el abandono del dólar como moneda de referencia. China y Japón protagonizaron recientemente un nuevo capítulo en la guerra de divisas al renunciar al dólar en sus intercambios comerciales. ¿Está en riesgo la hegemonía del billete verde?
“Estados Unidos está haciendo todo lo posible para que el dólar deje de ser la divisa de reserva”, señala Alexis Ortega, socio director de Finagentes Gestión. En su opinión, la política expansiva de la Reserva Federal, con unos tipos de interés tan bajos terminará por derribar el actual sistema basado en el dólar.

Y es que a la laxitud monetaria se unen unas cuentas de públicas con unos abrumadores niveles de deuda y déficit. La deuda de Estados Unidos supera el 100% del PIB y además deberá afrontar en 2012 unos c vencimientos de 2,78 billones, sólo superados por Japón. Ortega critica “la acción de la Fed soltando dinero constantemente a través del quantitative easing”, políticas monetarias de último recurso que inyectan más liquidez al sistema.

La política de Barack Obama consiste en “ligar la recuperación económica al sector exterior”, explica Daniel Pingarrón, estratega de Mercado de IG Markets, lo que le lleva a debilitar el dólar para estimular la competitividad de las exportaciones. Además, Estados Unidos está intentando “pagar” su enorme deuda devaluando la moneda. Algo que perjudica a sus acreedores que son principalmente, China, Japón y Reino Unido. “Ya China no quiere invertir un yuán más en activos referenciados en dólares y está concentrado en minimizar su exposición al dólar”.

Así, pese al temor generalizado sobre la Eurozona, para Alexis Ortega, “la moneda única no va a quebrar” ni siquiera con un país como Italia al borde del rescate. Por el contrario, el verdadero peligro lo constituiría Estados Unidos y el dólar. “Estados Unidos lleva tres años con un déficit superior al 10%, ha aumentado el límite de la deuda y lo va a sobrepasar.

El experto de Finagentes critica que los políticos estadounidenses sean incapaces de ponerse de acuerdo sobre la reducción de 1,5 billones de dólares en 10 años cuando, en su opinión, la necesidad del país pasa por recortar 2,5 billones en cinco.

Por eso, puede resultar sorprendente la escasa rentabilidad –y por tanto el elevado precio- que ofrecen los bonos y obligaciones del Tesoro estadounidense. Las obligaciones a diez años rentan por debajo del 2% y las de 30 años lo hacen a un interés inferior al 3%. Esto da una “sensación falsa”, señala Pingarrón, que “no refleja la situación real del país”.

Una situación en la que el gigante norteamericano ha perdido la calificación de triple A otorgada por Standard & Poor`s. “Y se la podría arrebatar alguna otra agencia”. El valor “irreal” de los bonos estadounidenses ya fue percibido por Pimco, la mayor gestora de bonos del mundo, que los eliminó de su cartera en abril. Seguramente de forma precipitada, ya que la crisis ha seguido impulsando a la deuda estadounidense. Y es que faltan alternativas al dólar.

LA FALTA DE ALTERNATIVAS SOSTIENE AL DÓLAR

Es esa falta de alternativas la que sostiene, al menos de momento, a la moneda norteamericana. “Hace tres años la hipótesis de que el dólar fuera desplazado tenía más fuerza que ahora”, replica Daniel Pingarrón. “El euro hubiera sido su natural sustituto, pero la crisis le ha restado credibilidad”. A finales de 2009, recuerda Pingarrón, los países de la OPEP sopesaron la posibilidad de realizar sus transacciones de crudo en euros, pero fueron disuadidos por los Estados Unidos.

Javier Flores, responsable del Servicio de Estudios de Asinves, sigue viendo el dólar como la moneda de referencia “mientras no exista una alternativa mejor”. Por su parte, Juan Ramón Rallo, director del Observatorio de Coyuntura del Instituto Juan de Mariana, destaca las dificultades de sustitución. “Obviamente existe el oro, pero tiene que ser adoptado por multitud de países. Para buscar una moneda que sustituya al dólar debe encontrarse en un área económica grande y estable, además de contar con suficiente liquidez”. A corto plazo, sólo podría ser Europa, pero su situación es bastante “inestable”. El futuro podría ser China, pero no de forma inmediata.

Una señal que parece apuntar el ocaso del sistema basado en el dólar ha sido el acuerdo comercial alcanzado a finales de año por China y Japón, por el que los dos gigantes asiáticos acordaron abandonar el dólar en sus intercambios comerciales.

Puede que esto no signifique el final del billete verde como referencia en las transacciones, ya que como señala Juan Ramón Rallo, en la actualidad el abandono sólo tendría sentido “en intercambios locales y regionales”. Pero sí parece un capítulo más de la llamada “guerra de divisas” que tuvo bastante intensidad en 2010.

“GUERRA DE DIVISAS” NO DECLARADA

Así, Javier Flores señala que nos encontramos en una guerra de divisas “no declarada”, aunque resta importancia al acuerdo entre China y Japón. En esta guerra de divisas están involucradas la mayor parte de las principales economías del mundo. Los gobiernos buscan devaluar sus monedas para mejorar la competitividad de sus exportaciones.

Un modelo económico insano, basado en la deuda, pero que a Estados Unidos no le ha ido tan mal. Como recuerda Pingarrón, en Europa, “se tiene más miedo a la expansión monetaria y se ha adoptado el modelo del Bundesbank por culpa del mal recuerdo de las políticas de las épocas de Bismarck y de la República de Weimar”, (saldadas con hiperinflación). “En Estados Unidos ha ocurrido todo lo contrario: las políticas expansivas han funcionado bien, como sucedió tras la Gran Depresión o después de la Segunda Guerra Mundial”.

Tras este buen desempeño se encuentra también “un modelo productivo más dinámico y flexible” que el europeo, añade el experto de IG Markets. Ése es otro factor, además de la falta de alternativas, que puede mantener al dólar con referente mundial. La economía no va mal del todo. “Existe miedo a la recesión, aunque la macro dice ahora todo lo contrario”, subraya Javier Flores.

De hecho, pese a su rechazo a las políticas monetarias de la Administración estadounidense, Juan Ramón Rallo explica que “atesorar dólares ahora tiene sentido” debido a la crisis actual en la que la mayor parte de activos no rinden bien. “Si se necesita algo se puede conseguir de Estados Unidos estando posicionado en dólares”.

Por eso se mantiene todavía una fuerte demanda de dólares. Debido a esta demanda, la Fed puede aumentar la oferta sin que se note mucho en el precio. Pero a largo plazo, “el atesoramiento puede llevar a un envilecimiento del dólar que, cuando la situación económica mejore, no pueda ser impedida por la Fed”.

Rallo también advierte de una “burbuja en la deuda” que en algunos países europeos como Grecia ya ha estallado con virulencia. La financiación de Estados Unidos (y también otros países como Alemania) a tipos reales negativos es “irreal”. Existe un peligro y es que olviden que estos préstamos de los inversores se hacen por “buscar seguridad” y “no para que estos Estados inviertan en proyectos poco rentables” que alimenten aún más su endeudamiento.

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