Las entradas récord de ETF, que totalizan 2.280 millones de dólares en tres días, indican una renovada demanda institucional de Bitcoin. El ETF IBIT de BlackRock por sí solo atrajo 1.100 millones de dólares en entradas netas, revirtiendo las salidas anteriores observadas durante la reducción de riesgos previa a las elecciones. Este aumento de la demanda marca un cambio notable, ya que el interés de compra absorbe la presión de venta en máximos históricos y estabiliza la dinámica del mercado. Un marcado aumento en el Delta del Volumen Acumulativo Spot Agregado muestra que ha habido fuertes compras en las principales bolsas después de las elecciones. Con el interés abierto (OI) en futuros de Bitcoin y contratos perpetuos que también alcanzan un máximo histórico de 45.430 millones de dólares, el mercado indica una mayor actividad especulativa, pero se mantiene relativamente estable ya que el OI y el precio están en equilibrio en niveles elevados.
Además, la actual ola de toma de beneficios es relativamente modesta en comparación con el máximo histórico de marzo, cuando los beneficios realizados alcanzaron un máximo de 3.100 millones de dólares. Creemos que esto refleja un mercado en proceso de maduración que ha recalibrado sus expectativas de valor razonable.
Si bien el impulso es prometedor, la zona de 82.000-85.000 dólares podría actuar como un punto de resistencia psicológica. Anticipamos cierta consolidación o un posible retroceso a 77.000 dólares para cerrar la brecha de CME antes de que Bitcoin continúe su ascenso en marcos temporales más altos. La resiliencia del mercado, reforzada por la participación institucional y la nueva demanda, establece una base sólida para el descubrimiento del precio de Bitcoin en territorio inexplorado.
La economía estadounidense muestra actualmente signos de fortaleza, impulsada por una fuerte confianza de los consumidores, un crecimiento sostenido y una disminución de las presiones inflacionarias. Tras la elección de Donald Trump, los mercados están reaccionando positivamente , con optimismo en torno a sus políticas pro crecimiento, incluidas las rebajas de impuestos y las reducciones regulatorias. Sin embargo, estas políticas conllevan riesgos inflacionarios, especialmente si se promulgan aranceles y normas migratorias más estrictas, lo que podría aumentar los precios y los costos salariales.
El reciente recorte del 0,25 por ciento de las tasas por parte de la Reserva Federal, junto con una fuerte productividad y un mercado laboral estable, refleja confianza en un crecimiento sostenido.