En un comunicado, el BCE destacó que la trayectoria desinflacionaria avanza según lo planeado y que las recientes sorpresas negativas en los indicadores económicos también han influido en las perspectivas inflacionarias.
El Banco Central Europeo (BCE) decidió reducir la tasa de interés por tercera vez en el año este jueves, como medida frente al débil crecimiento económico, el deterioro del mercado laboral y la disminución de las presiones inflacionarias. El BCE redujo su tipo de depósito en 25 puntos básicos, situándolo en 3,25%, alineándose con las expectativas de los analistas, en un reconocimiento implícito de que la inflación, actualmente por debajo del 2%, podría estabilizarse en torno a ese objetivo más rápido de lo previsto.
A pesar de esto, el banco no ofreció indicios sobre sus próximos movimientos, aunque los mercados anticipan más recortes en las tres reuniones futuras, lo que llevaría los tipos desde un nivel restrictivo del crecimiento hacia uno neutral a finales del próximo año. En un comunicado, el BCE destacó que la trayectoria desinflacionaria avanza según lo planeado y que las recientes sorpresas negativas en los indicadores económicos también han influido en las perspectivas inflacionarias.
Este recorte era previsible luego de que varios responsables del BCE se mostraran a favor de acelerar la relajación monetaria, dado el contexto de débiles datos de crecimiento y la favorable evolución de la inflación, que cayó al 1,7% en el último mes, marcando su nivel más bajo en tres años.
Qué dijo el BCE sobre la inflación
Sin embargo, el BCE señaló que, aunque la inflación interna sigue siendo elevada debido al fuerte aumento de los salarios, las presiones laborales deberían disminuir gradualmente, amortiguando su impacto en los precios.
A pesar de estos movimientos, los "halcones" de la política monetaria, que defienden una postura más estricta, siguen oponiéndose a una rápida reducción de los tipos, preocupados por un posible repunte inflacionario en los próximos meses. Factores como la volatilidad de los costes energéticos, la fuerte demanda salarial de los sindicatos y el rápido crecimiento de los precios de los servicios continúan ejerciendo presión sobre la inflación nacional, que podría mantenerse elevada por un tiempo.
En contraste, los "palomas", quienes abogan por una mayor relajación, consideran que el crecimiento es tan débil que, si el BCE no interviene pronto para estabilizar la economía, la inflación podría caer aún más y situarse por debajo del objetivo, obligando al banco a cambiar su enfoque de controlar el rápido crecimiento de los precios a combatir una inflación demasiado baja. Este debate sobre la estrategia a seguir es poco probable que se resuelva de inmediato, por lo que es posible que Christine Lagarde, presidenta del BCE, no brinde compromisos claros sobre las próximas decisiones en su conferencia de prensa.
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