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Matías Kulfas:


"Yo soy muy optimista más allá de todo lo que está ocurriendo y creo también que el peronismo tiene que dar una respuesta a estos problemas que estamos planteando"

 

 

En CNN Radio AM 950, en una entrevista con Nacho Girón y Virginia Porcella, en La Mañana de CNN, el economista presentó su nuevo libro “Un peronismo para el Siglo XXI”. Dijo que con inflación de 6/7% o incluso más, 100% anual o más, no queda otra que pensar en un plan de estabilización”. Respecto de su salida del gobierno de Fernández y las acusaciones dentro del propio espacio político afirmó: “El festival de   importaciones no existió. Miremos los números. Uno puede tirar frases rimbombantes, pero después están los números, está la realidad. Las importaciones en Argentina crecieron al ritmo al crecimiento del PBI que pasa siempre, aquí en todo el mundo”.

 


Cuando uno escribe sobre política y economía en Argentina, ¿es difícil no pensar en las consecuencias dentro del propio espacio, como en tu libro “Los tres kirchnerismos”? 

“Por empezar un comentario: ‘Los tres kirchnerismos’ de ninguna manera puede ser leído como un libro crítico, menos antikirchnerista. Es un libro que hace un balance. Como todo balance desde mi punto de vista −yo tengo una trayectoria donde tengo formación académica y toda mi vida he combinado en la vida académica con la vida política y la gestión, así que puedo ver las cosas de los tres lados del mostrador−. La verdad es que es un libro que es un balance, un balance que obviamente tienen elogios, un balance positivo del ciclo de gobiernos kirchneristas y también hace críticas. Decir que eso te transforma en anti algo me parece realmente un exceso. Este libro pasa lo mismo, este libro por ahí tiene un poquito más de contenido crítico por ser más propositivo. A diferencia del ‘Los tres kirchnerismos’, que era un balance, este es un libro que está proponiendo cambios y está diciendo cómo tendría que ser el peronismo de este siglo XXI.”

 

En este contexto actual, un plan de estabilización donde la gente sufra lo menos posible pero a la vez equilibre la cuenta de la República Argentina, ¿es posible?

Es un tema que yo planteo en el libro, justamente. Yo creo que Argentina necesita sí o sí, un plan de estabilización. Yo creo que esa discusión que tuvimos en nuestro país entre shock y gradualismo se terminó. Creo que desde la guerra de Ucrania, que nos puso un nuevo umbral de inflación y pasamos del 50 al 100% de inflación, creo que ahí las cosas han cambiado. Una cosa es tener 2/3 puntos de inflación por mes, que ahí sí la receta gradual tiene sentido, por lo menos es una opción. Yo en ese momento pensaba que era la mejor opción sin duda. Ahora, ya con inflación de 6/7% o incluso más, 100% anual o más, no queda otra que pensar en un plan de estabilización. Yo en el libro lo planteo. El primer problema que tiene el peronismo para plantear esto es que muchos sectores piensan que esto no sirve, que esto no funciona, que es malo, que es recesivo y malo para los sectores populares. Y yo lo que pongo en el libro son ejemplos. Digo miren que Perón en 1952 implementó un plan de estabilización y bajo la inflación del 50% al 4% anual. Los salarios en ese momento venían de una fuerte suba −es decir, se deterioraron un poco en ese periodo− pero venían del nivel tan alto que no sintieron ese proceso. El hecho de obviar este debate que me parece central lo que hacen en definitiva es decir, bueno que lo haga otro la estabilización. Y ahí sí, en lugar de plantear un plan de estabilización con esta mirada peronista, que va a tener medidas heterodoxas y ortodoxas y que va justamente buscar repartir los costos que no recaigan todo sobre los sectores más vulnerables, se lo dejas a la derecha que una especie entre comillas ‘que haga el trabajo sucio’ y lo más probable que ocurra es que los costos caigan en los sectores más vulnerables.”

 

¿Puede haber un plan de estabilización y que el trabajador tenga un beneficio?

“Yo creo que la gente está harta de inflación. Me parece que con 2/3 puntos de inflación por mes, que no era algo bueno, de una manera la gente se organizaba, de alguna manera ya estaba acostumbrada a convivir con esos 2/3 puntos de inflación. 6/7 puntos de inflación o más desestructuran cualquier hogar. Hoy pasan situaciones muy complicadas, la gente cobra el salario, la plata le quema en el bolsillo, trata de gastarlo rápidamente para no perder poder adquisitivo. Es una situación muy complicada, hay una inercia inflacionaria muy difícil de sostener y de manejar. Con lo cual yo creo que la gente va a acompañar un plan de estabilización. Creo que hay que hacerlo de una manera en la que el resultado sea lo más efectivo posible. Una estabilización es reactivante, no es cierto que sea recesiva. Una vez que estabilizaste, en general la experiencia muestra que las economías se ponen en pie y empiezan a crecer.”

 

Un plan de estabilización ¿incluiría un ajuste de gasto público, una corrección del tipo de cambio y reordenamiento tarifario, por ejemplo?

“Incluye muchas cosas. Yo no diría recorte del gasto público a secas sino, en todo caso, ir a un equilibrio fiscal o superávit fiscal. Eso se logra de varias maneras: una recortar gastos y yo creo que hay que recortar los subsidios a la energía. Me parece una aberración que los hogares ricos de la Argentina y de ingresos medio altos estén siendo subsidiados. Eso no tiene nada de peronista ni nada de progresista, es algo muy muy negativo y lamentablemente recién el año pasado se empezó a corregir esto y creo que hay mucho por hacer.”

 

¿Cuál de los tres ejes no se podría haber hecho desde el principio del gobierno y por qué ahora, en esta instancia compleja?

“Hay cosas, como el ejemplo de recién, que sabemos por qué no se hizo, fue público el debate. Un sector del Frente de Todos obstaculizó el recorte de los subsidios a la energía. fue un problema, pero esto es público. Después lo otro creo que claramente vivimos una situación muy compleja. Yo a veces me sorprendo cuando veo algunos análisis que se hacen de este gobierno y se hacen como desprovistos del contexto, sin tener en cuenta la pandemia, la guerra y la sequía.”

 

Dentro del propio gobierno no se hacen las cosas y se culpan unos a otros. Las tarifas, Massa culpando a Guzmán de la emisión por inflación. ¿Cómo mirás esa realidad?

“Por un lado está la cuestión de las internas a cielo abierto, que es algo que yo menciono en el libro. Este libro no analiza este periodo de gobierno, yo estoy cómo encontrar las respuestas a lo que se viene sobre todo porque planteo que veo en el peronismo −que es mi fuerza política− cierta desorientación. Tenemos que ordenar esa esa discusión. Yo creo que uno de los temas es discutir esto: Argentina necesita una estabilización, necesita un plan productivo que permita darnos un salto exportador. Creo que lo estamos incubando creo que estamos en la antesala de un salto exportador y eso va a ser muy bueno porque eso va a generar dólares que nos van a permitir estabilizar. Pero volviendo a este punto, es evidente que hubo este tipo de internas. Yo no tengo ningún prurito en discutir internamente nada, estoy acostumbrado desde que era chico al debate político. Creo que hubo otra cosa, lamentablemente la falta de cohesión obviamente fue en detrimento de los resultados de la gestión. Más allá de eso la mirada que planteo en el libro es que este Argentina está en condiciones de salir adelante. Yo soy muy optimista más allá de todo lo que está ocurriendo y creo también que el peronismo tiene que dar una respuesta a estos problemas que estamos planteando.”

 

¿La desorganización política trae desorganización económica? ¿Sentís que algo de esa interna a cielo abierto complicó la economía?

“Me parece más que claro y evidente que esa crisis que ocurrió a fines de julio del año pasado y que derivó en el recambio de Ministerio de Economía con la salida de Batakis y la llegada de Massa tuvo que ver con esa interna. Me parece imposible desligar una cosa de la otra.”

 

¿Y por qué no encontraron el lugar privado para poder zanjar esas diferencias sin que estallen esas bombas adelante de la cara de la sociedad?

“Bueno, creo que tiene que ver justamente con estas diferencias de visiones. Yo también lamento y este es un libro que no evade la autocrítica, está planteado crítica y autocríticamente. Yo vuelvo al punto de inicio, ¿no? Porque si no parece que no se entiende. El Frente de Todos tiene su video fundacional con aquel vídeo que sube la vicepresidenta hace cuatro años, el 18 de mayo de 2019. Y ahí decía un montón de cosas con las que yo sigo coincidiendo. Ella decía: estamos en una crisis realmente muy, muy delicada, muy grave y tenemos que afrontarla con mayor amplitud. Lo segundo que decía es que había que mirar para adelante y, dice en ese marco necesitamos que encabece la fórmula alguien que tiene más amplitud, que tiene más capacidad de diálogo. Porque dice: tenemos que ser una coalición que pueda ganar, pero además que pueda gobernar. Y ella dice: la coalición de gobierno tiene que ser más grande que la coalición que gane las elecciones. Y entonces la pregunta es: bueno ¿qué pasó a los pocos meses que eso que era algo positivo, ser amplio, buscar este acuerdo, pasó a ser algo malo? ¿Qué pasó que volvemos al discurso autorreferencial de que todo lo bueno pasó hasta 2015? Yo no tengo esa respuesta. Creo que la tiene que dar la persona que planteó esto.”

 

El punto es que ese no deja de ser un riesgo sobre todo en las puertas de la necesidad de un plan de estabilización, cualquiera sea el que gane las elecciones, ese no deja de ser un riesgo que la coalición de gobierno que gane no esté tan cohesionada y eso conspira contra el éxito del Plan de estabilización.

“Este es un libro que habla del peronismo, pero habla de la política argentina, no solo del peronismo. Lo planteo al comienzo. La verdad es que la política argentina no termina de internalizar los desafíos del siglo XXI y están muy mezclados los problemas. (La política) claramente no tiene claras las prioridades. Aparecen estas cuestiones. Uno mira lo que pasa en Juntos por el Cambio y ve que hay sectores del PRO, del macrismo, que están más cómodos con Milei que con otros socios del PRO, con los radicales; los radicales parecen más cómodos charlando con sectores del peronismo no kirchnerista que con sus socios del PRO. Y en el peronismo ni hablar: hay sectores que tienen todo este discurso anti FMI −que obviamente a ninguno nos gusta el FMI− pero la verdad que plantearlo como como esa esa proclama anti FMI es más una reminiscencia de izquierda tradicional del FIT que del peronismo. Entonces a lo mejor es un momento de barajar y dar de nuevo. No sé si llegamos a esta elección, pero claramente me parece que la política argentina parece que iría un reordenamiento y el peronismo a una renovación, por lo menos doctrinaria, de ideas.”

 

Asumiste el 10 de diciembre de 2019 y el 26 de octubre de 2020 Cristina dijo: “hay funcionarios que no funcionan” y entre esos funcionarios. muchos te miraban a vos. ¿Qué sentiste en ese momento, te hiciste cargo de esa frase y cómo lo ves hoy en perspectiva?

“Para nada me hice cargo. El 26 de octubre de 2020 yo venía de trabajar todo el año básicamente en tres cosas. Una en la pandemia, donde logramos implementar en tiempo récord −hoy todo el mundo habla de la pandemia, son todos expertos en pandemia, pero yo les digo a fines de marzo del 2020 nadie entendía nada− y en tiempo récord diseñamos e implementamos el ATP, el IFE, créditos a las empresas, a las PyMEs para dar liquidez, garantizamos que no falten respiradores que no falten tubos de oxígeno. El pánico que teníamos de que en las salas de terapia faltara oxígeno porque lo veíamos en otros países: no faltó nada de eso. Cuidamos el empleo, hoy el ATP está reconocido internacionalmente como un programa modelo.”

 

No decían que no trabajaban. Según Cristina Fernández de Kirchner permitían un festival de importaciones.

“Reactivamos la industria, la industria venía golpeadísima. La reactivamos, por primera vez en mucho tiempo volvió a crecer la producción industrial. Planteamos una agenda nueva del siglo XXI, hablamos del cannabis medicinal, de electromovilidad, del litio que sentamos proyectos de ley y empezamos a implementar ese paquete de Desarrollo Productivo Verde. El festival de   importaciones no existió. Miremos los números. Uno puede tirar frases rimbombantes, pero después están los números, está la realidad. Las importaciones en Argentina crecieron al ritmo al crecimiento del PBI que pasa siempre, aquí en todo el mundo. Los autos llevan chips que se compran en China aquí y en todo el mundo. Y eso inevitablemente lleva a un crecimiento de importaciones.”

 

También se decía que se habían comprado aviones privados, alguno con dólar oficial.

“Los aviones, en particular, el Banco Central puso una medida de pago diferido con lo cual no afectaba las reservas. Y, por otro lado, ¿cuánto era el número? Y lo que digo es seamos serios en ver cuáles eran los números. ¿Y sabés por qué te lo digo? El superávit comercial de este periodo presidencial 2020-22 fue el más alto de los últimos tres periodos presidenciales. Entonces si fue tan alto el superávit, entonces no hubo festival de importaciones, es una contradicción.”

 

¿Por qué, entonces, no hay reservas y que rol juega el cepo?

“Desde antes que llegáramos había cepo. Hay dos o tres cosas para tener en cuenta. Por un lado hay cuestiones que tienen que ver con el famoso cepo y lo que llamamos la piedra en la puerta giratoria. Eso lo podés ver, por ejemplo, en los pagos de deuda del sector energético. Si vos me preguntabas el 10 de diciembre de 2019 qué sector nos tiene que dar dólares te lo digo y lo reafirmo: el sector energético. Energía tiene que volar: la inversión en Vaca Muerta, el litio, las cuencas hidrocarburíferas. Y cuando miras el sector decís: del superávit comercial una parte muy grande se fue en pagos de deuda y a intereses, y resulta que la mitad de los intereses de deuda fueron del sector energético y un tercio de los pagos de deuda fueron del sector energético. Entonces el sector que nos tiene que dar divisas, me parece que por esta dificultad, terminó sacando divisas y ahí creo que hubo un problema.”

 

¿Y por qué está tan endeudado?

“Deudas anteriores, deudas previas de inversión. Y te agrego: hubo iniciativas, de hecho se planteó varios proyectos de ley para para darle mayor este fluidez a la inversión energética y ninguno prosperó también por las internas de gobierno.”

 

Sos optimsta. Dame una idea del peronismo y de la Argentina para el S XXI. ¿Por qué uno no debería estar, como a veces estamos acá, tan cabizbajos y preocupados?

“Porque Argentina tiene en su territorio lo que el mundo está demandando: energía convencional y alternativa. La Patagonia, lo digo, tiene todas las condiciones para ser la futura Arabia Saudita del hidrógeno verde, o sea el gran poder mundial de hidrógeno que es el combustible ecológico del futuro. Porque la minería tiene mucho para dar, la industria manufacturera en este nuevo escenario se complementa con Brasil y Chile y es una oportunidad de actualización espectacular, la economía del conocimiento. Y todo esto va a hacer que, si hacemos las cosas bien, vamos a duplicar las exportaciones en esta década. Y yo quiero que esto lo lidere el peronismo, porque si lo hace el peronismo ese salto productivo exportador va a ser con justicia social que es lo que anhelamos, y no simplemente que sea un poquito a la chilena, como pasó en Chile, que le fue bien a lo macro, pero a nivel social eso no se vio tan bien reflejado.”

 

¿Volverías de ministro con Massa, con Wado?

“Yo estoy para para aportar en este campo de las ideas programático, eso son cuestiones que no me desvelan en absoluto.”