https://mail.google.com/mail/u/0/?ui=2&ik=3ab76eea9c&view=att&th=1648a6d4d6c2fa40&attid=0.1&disp=safe&zw
BYMADATA - Cotizaciones en Tiempo Real | BYMA Bolsas y Mercados Argentinos

El mercado local derrumbó el índice de condiciones financieras

 

ICF (Índice de Condiciones Financieras) del mes de Abril,  que elabora el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), junto con la consultora Econviews.


El Índice de Condiciones Financieras cayó en abril por tercer mes consecutivo, de -111.7 a -130.6, el peor nivel desde julio de 2022. La pérdida mensual no fue peor porque las condiciones financieras internacionales mejoraron, es decir que la parte local del índice desbarrancó el mes pasado.


El subíndice de condiciones locales se ubicó en –145.7 puntos, una caída de más de 25 puntos respecto de los -120.2 de marzo. Este es el peor registro del ICF local desde que comienza la serie en 2005. El piso anterior de octubre 2022 quedó 18 puntos más arriba. El componente local del ICF está negativo desde agosto de 2019 ininterrumpidamente y lleva 45 meses seguidos en zona de stress. Dadas las vicisitudes que enfrenta la economía argentina luce muy improbable que no cumpla sus cuatro años completos estresado. Ocho de los diez componentes cayeron en abril mientras que sólo dos mejoraron en la comparación intermensual. Las acciones y el riesgo de legislación local fueron las que consiguieron mejorar en un mes difícil. La variable que hizo desplomar el índice fue la depreciación esperada con una caída estrepitosa, mientras que el riesgo país fue la otra nota fuertemente negativa del mes.


El subíndice de condiciones externas pasó de 8.5 a 15 puntos y así quedó por cuarto mes consecutivo en territorio positivo, es decir zona de confort. Seis de las diez variables que lo componen mejoraron su comportamiento en abril mientras que 4 de ellas cayeron. Las acciones norteamericanas medidas por su volatilidad y las materias primas (medidas por la volatilidad de sus precios futuros) fueron las estrellas del mes. Acciones y monedas emergentes también tuvieron un buen abril. Del lado negativo las dos peores variables tienen que ver con los problemas de los bancos regionales en Estados Unidos y son la “Confianza entre bancos” y el cociente entre compañías financieras y el índice S&P 500. Recordemos que ya tres bancos de cierta envergadura tuvieron problemas: el Sillicon Valley Bank, Signature Bank y el First Repúblic que fue comprado de forma emergencial por el JM Morgan el 1 de mayo.


Pese al empeoramiento del índice local, hay 2 variables que están en zona de confort, es decir con un valor positivo. Que el valor sea positivo implica que son mejores que el promedio de su historia y no necesariamente algo bueno en términos absolutos. Las dos variables son: confianza en los bancos y liquidez de largo plazo. De las 8 que se encuentran estresadas sobresale la depreciación esperada (-45 puntos) la inflación y la tasa de interés. Dado que el índice es un promedio del mes y el Banco Central subió la tasa a fines de abril, es claro que este componente volverá a empeorar en mayo dada la forma de construcción de la variable. Entre las dos que están del lado bueno hay que decir que la liquidez de largo plazo es un subproducto de la baja penetración bancaria en términos de créditos al sector privado. La confianza en los bancos se mide por los depósitos en dólares, una variable que cayó luego de mucho tiempo ya que hubo micro retiros en las últimas semanas y el sistema perdió algo más de 1,000 millones. De todas maneras, la liquidez de las instituciones financieras es muy amplia ya que los préstamos en moneda extranjera son menos del 25% del total de los depósitos.


Para el subíndice global hay cuatro indicadores en zona de stress que son el riesgo emergente, el riesgo europeo y las dos variables financieras que mencionamos anteriormente. Ambas estaban positivas hasta el mes de marzo. Hay seis variables en zona de confort, pero a ninguna le sobra demasiado. Hoy los commodities están arriba de la lista, pero es una pole position que cambia de dueño todo el tiempo.


El índice de condiciones financieras está en zona de stress (negativo) ininterrumpidamente desde agosto de 2019, mes en el que las condiciones locales perdieron más de 63 puntos de golpe por el sorpresivo resultado de las elecciones primarias en Argentina. Estos valores se ajustan todos los meses dado que metodológicamente el ICF y sus componentes suman cero en sentido histórico, de manera que los valores expresan condiciones relativas.


La economía argentina siempre creció en forma sostenida cuando las condiciones financieras se mantuvieron en zona de confort durante un lapso prolongado. Los últimos años lo demuestran claramente. El 2020 con viento de frente internacional en buena parte del año y condiciones negativas locales por todo el año, el PBI cayó 9.9%. En el 2021 el rebote del piso alcanzó el 10.4%. En 2022 la economía creció 5.2% merced a un arrastre de más de 4 puntos y algo de crecimiento genuino. Pero atención que el arrastre para el 2023 será de -1.2 puntos luego de las últimas revisiones del INDEC. A esto se suma la sequía lo que prácticamente asegura que en 2023 el crecimiento será negativo.


El mundo se empieza a mostrar un lugar mucho más difícil. Problemas con los bancos en Estados Unidos y Suiza, temas geopolíticos hacen que la situación internacional sea bastante hostil, incluyendo el riesgo de recesión en varios países. Si bien hoy la Argentina no está muy conectada financieramente hablando, es menester llegar a tener acceso al mercado de deuda para el sector público en 2025 si es que se quiere evitar una nueva reestructuración de deuda. Más allá de los problemas autóctonos, el costo de esa deuda, de poderse emitir, será mucho más alta que la que consiguieron en los últimos dos años la mayoría de los países emergentes. A esto se suman los factores electorales que agregan una dosis de incertidumbre adicional.