Las acciones de First Republic Bank, que se han convertido en el barómetro de la crisis bancaria regional, volvieron a caer el lunes después de que Standard & Poor’s redujera la calificación crediticia de la institución con sede en San Francisco, pero las acciones de los bancos rivales subían.
S&P redujo su calificación crediticia para First Republic a B+ desde BB+ el domingo después de haberla bajado por primera vez a la categoría de basura la semana pasada. La calificación permanece en CreditWatch Negative, dijo S&P.
Las acciones cayeron un 21% el lunes, lo que se suma a una caída de más del 80% este mes iniciada cuando el colapso de Silicon Valley Bank hizo que los inversores reconsideraran otros bancos con grandes bases de depósitos no aseguradas.
A pesar del declive de First Republic, el ETF SPDR S&P Regional Banking ganó un 3,3% el lunes. PacWest Bancorp saltó un 17%, mientras que KeyCorpy Zions Bancorp subió un 3% y un 6%, respectivamente.
Y las acciones de New York Community Bancorp, que acordó comprar Signature Bank durante el fin de semana, suben más del 30%.
El jueves, un grupo de importantes bancos acordó depositar $30 mil millones en First Republic para reforzar la confianza en los bancos regionales. Pero el banco también suspendió su dividendo y dijo que tenía alrededor de $34 mil millones en efectivo hasta el 15 de marzo, sin contar los nuevos depósitos.
“La infusión de depósitos de 11 bancos de EE.UU., la revelación de la compañía de que los préstamos de la Fed oscilan entre $20 mil millones y $109 mil millones y los préstamos del Federal Home Loan Bank (FHLB) aumentaron en $10 mil millones, y la suspensión de su dividendo en acciones ordinarias nos hizo pensar que el banco probablemente estaba bajo un alto estrés de liquidez con salidas sustanciales de depósitos durante la última semana”, declaró S&P en su nota el domingo.
First Republic podría ver más movimientos para apuntalar su balance, incluidas ventas potenciales. David Faber de CNBC informó el lunes que First Republic contrató a un banco de inversión para asesorarlo sobre posibles opciones. Sin embargo, un agujero de aproximadamente $ 25 mil millones en el balance del banco causado por la salida de depósitos y la caída de los bonos e hipotecas a largo plazo es un obstáculo para el acuerdo y aún no han surgido postores serios, dijeron a Faber fuentes familiarizadas con la situación.