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¿Adoptar al dólar como moneda es la solución para la Argentina?: las seis claves de la dolarización

 Esta semana se habló de dolarizar la economía local, pero ¿de qué se trata ese proceso? El economista Christian Buteler detalla qué implicaría realmente


Siempre que los números de la inflación suben, resurge un dilema casi existencial para los argentinos: ¿dolarizar o no la economía? Y, en los últimos días, con el dato de febrero, cuando el índice fue del 4,7%, y ante la expectativa de que en marzo supere el 5%, otra vez se empezó a plantear la posibilidad de adoptar al dólar como la moneda local para que reemplace al peso. Pero semejante cambio no es un proceso tan simple, tal como advierte a iProfesional el economista especializado en mercado de capitales Christian Buteler.

Esta vez, quien dio el puntapié inicial en este debate fue el diputado Javier Milei, quien asegura que dolarizar la economía nacional es la solución contra la inflación y quiere lanzar un referendo al respecto. Días después, su colega Alejandro Cacace difundió un proyecto de ley de su autoría en el mismo sentido.

Ante el desgaste del peso, los argentinos  muchas voces quieren reemplazarlo por el dólar.
Ante el desgaste del peso, los argentinos muchas veces quieren reemplazarlo por el dólar.

Dolarizar la economía: este es el origen del planteo

Inmediatamente el tema entró agenda y la gran pregunta es: ¿por qué tantas veces se habla de dolarizar en nuestro país? Buteler explica que "el gran problema es que los argentinos hace muchos años venimos demostrando que no sabemos cuidar nuestra propia moneda, el peso, y es por eso que, cada tanto, diversas voces hablan de adoptar al dólar para reemplazarlo".

De hecho, asegura que el país tiene una economía bimonetaria de facto: usamos los pesos como moneda transaccional y el dólar como instrumento de ahorro y hasta muchos precios de inversiones e insumos para la industria que están dolarizados.

Claro que esto no es espontáneo, sino que es un mecanismo de defensa "frente a tantos años de inestabilidad cambiaria", según Buteler. Esto explica la falta de confianza en el peso, pero, si bien el economista señala que "la dolarización no es en sí misma una mala idea" advierte que es impracticable en la Argentina de hoy.

Esta vez, fue el diputado Javier Milei el que comenzó a hablar del tema.
Esta vez, fue el diputado Javier Milei el que comenzó a hablar de la dolarización.

Dolarizar: seis claves sobre este proceso 

"No es tan sencillo como decir que a partir de ahora se usa el dólar como moneda y se acabó", asegura Buteler y explica que una propuesta de este estilo requiere de un estudio de factibilidad previo y habría que estipular cómo se llevaría adelante.

Así, el analista enumera seis elementos que deberían tenerse en cuenta a la hora de pensar cómo sería la implementación del dólar como moneda en Argentina:

Billetes de dólar: ¿hay cantidad suficiente?

En primer lugar, Buteler explica que para dolarizar la economía se deberían cambiar todos los pesos por dólares y, si tomamos en cuenta la cantidad de divisas que hay hoy en la Argentina, y los cambiamos a valor de mercado, comprobaríamos que "no hay suficiente cantidad de billetes de dólar para cubrir los depósitos ni el dinero circulante".

En consecuencia, señala que, si se deja al mercado establecer un precio para el dólar sobre la base de las divisas que el BCRA tiene disponibles para realizar este proceso, el valor de la moneda estadounidense estaría seguramente por arriba de los $600 por unidad, mientras que hoy, el dólar blue cotiza alrededor de $200.

Esto se debe a que no se podría incluir en el cálculo del respaldo el total de las reservas que tiene hoy el BCRA porque los swap con China, los DEG, los encajes y los títulos públicos no cuentan. Hay que considerar únicamente las reservas netas.

"Entonces, en primer lugar, no tenemos los dólares", repite Buteler como primer concepto.

Se requeriría un acuerdo con el Tesoro estadounidense.
Se requeriría un acuerdo con el Tesoro estadounidense.

Sin dólar billete, se requiere el apoyo del Tesoro de Estados Unidos

Tal como se dijo, para encarar un proceso de dolarización se necesitan divisas y, ante la escasez en el mercado local, Buteler menciona que habría que buscar un apoyo del Tesoro estadounidense para que aporte los dólares que se necesitan, pero Buteler asegura que "no creo que estemos en condiciones para llegar a un acuerdo de este estilo".

Además, menciona que, una vez que se adopta el dólar como moneda, "se pierde la capacidad de implementar políticas monetarias propias porque se está sujeto a las decisiones de la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos, que sigue regulando en función a las necesidades de Estados Unidos", no de los demás países que usan el dólar.

No es tan seguro que todos los argentinos quieran ir al dólar.
No es tan seguro que todos los argentinos quieran adoptar al dólar.

Pata política: ¿realmente queremos ir al dólar?

Por otro lado, Buteler menciona la cuestión política y es que duda respecto de "en qué medida los argentinos estarían dispuestos a aceptar un cambio de moneda por el dólar". Señala que, gran parte de la sociedad seguramente estará de acuerdo, de hecho, tenemos una economía que es bimonetaria de facto: usamos los pesos como moneda de transacción y el dólar para ahorro. 

Asimismo, el economista menciona que "hay muchos precios que están pautados en dólares, como algunas inversiones, productos de insumos para la industria, entre otros". Esto es consecuencia de tantos años de inestabilidad cambiaria, eso explica el bimonetarismo de hecho.

Pero no está asegurado el consenso porque otro tanto de personas no querría perder su soberanía monetaria.

Muchos aseguran que los dólares fuera del sistema financiero se incorporarían a él.
Muchos aseguran que los dólares fuera del sistema financiero se incorporarían a él.

Dólar blue: ¿los billetes saldrían del colchón?

Pero, por otro lado, anticipa que, "en el momento en que la gente se entere que sus depósitos bancarios en pesos se dolarizaron, sea al precio que sea, al día siguiente a la mañana, cerca del 80% de las personas va a ir a retirarlos en dólar billete y se los van a querer llevar a su casa, cuanto menos, de manera preventiva".

Es que en el imaginario de la gente quedó grabada la retención de depósitos que implicó el corralito tras la convertibilidad. Así, Buteler sostiene que "la confianza que hace que los dólares de la gente se vuelquen a la economía no depende de qué moneda haya, sino de cómo se solucionen los problemas económicos de la Argentina".

En consecuencia, Buteler asegura que, "si bien es cierto que la dolarización bajaría la inflación drásticamente", no implica que vayan a salir los dólares del colchón.  

Hoy, el BCRA emite muchos pesos por los frentes que tiene que cubrir.
Hoy, el BCRA emite muchos pesos por los frentes que tiene que cubrir.

¿Dolarizar?: esto dice la experiencia internacional

Otros países han dolarizado su economía ya en Latinoamérica. Tal es el caso de Ecuador, que hace 22 años dolarizó su economía y, si bien resolvieron el problema inflacionario, no fue una solución para el tema de crecimiento y desarrollo.

Si bien esta medida tuvo un efecto positivo inmediato sobre la estabilidad monetaria, la reducción de la incertidumbre y la eliminación del riesgo cambiario, el funcionamiento virtuoso y la sostenibilidad de este esquema requiere indudablemente de una capacidad continua de generación de divisas porque no hay chance alguna de emitir billetes.

El gran problema es que "no tiene política monetaria propia y eso le genera una fuerte dependencia del frente externo", sostiene Buteler. Entonces, queda claro que la dolarización no es la solución a todos los problemas.

Aunque Argentina dolarizara su economía, Buteler asegura que seguiríamos teniendo un Estado deficitario. "De hecho, durante la Convertibilidad (que se dio en la década de 1990 en Argentina con el famoso $1 a u$s1), vimos cómo, en una situación similar a la dolarización en la que, por cada peso emitido, había un dólar de respaldo, ese problema del fuerte gasto público se resolvió con deuda, en lugar de con emisión, como vemos ahora, y terminamos con una crisis de deuda", recuerda Buteler.

Asimismo, señala que tampoco se va a bajar la tasa de desempleo ni la pobreza por adoptar el dólar como moneda de uso diario.

"En conclusión, hay muchos problemas estructurales que no se resuelven con un cambio de moneda", aun cuando también es cierto que el no tener moneda es uno de los grandes problemas de la Argentina y afecta todas las demás variables.

El gran problema de la Argentina de hoy es  la inflación, pero no el único.
El gran problema de la Argentina de hoy es la inflación, pero no el único.

Los problemas del peso, el origen del conflicto

Así, Buteler asegura que, tal como señaló al comienzo, "el primer gran problema es la falta de confianza en el peso y esto está relacionado con las emisión excesiva". 

En este sentido, advierte que ese nivel de emisión elevado responde a tres elementos principales:

  • La asistencia al Tesoro, que exige un alto nivel de emisión.
  • Los intereses que se pagan de las Leliq, que también tienen su origen en el exceso de pesos y redundan en más billetes emitidos y déficit fiscal.
  • La compra de dólares.

Esos son los tres elementos más grandes que se desprenden del balance fiscal en lo que respecta a la fuerte emisión de pesos.  Así, para el economista, en lugar de asistir al Tesoro, el BCRA debería utilizar su ganancia en pesos para comprar dólares.

Para lograr este objetivo, también advierte que "sería necesario recortar el déficit fiscal e ir hacia un equilibrio que no requiera de mayor emisión".

Ese sería el primer paso que Argentina debería dar, para Buteler, y considera, además, que de cumplirse algunas de las metas de emisión con el FMI, deberíamos empezar a ver una baja sustancial de la cantidad de pesos en la plaza y de la inflación en el mediano plazo.

Así, dolarizar pareciera no solucionar los problemas de fondo. Es sólo un cambio en el signo monetario y lo que realmente requiere la Argentina es una política económica que genere un sendero consistente y sustentable de crecimiento y desarrollo.



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