Con el ojo puesto en las elecciones 2023, ya hay roces en Juntos por el Cambio, el Frente de Todos y hasta entre los libertarios. Todos temen la grieta interna.
Algo no venía bien entre Florencio Arietto, quien alguna vez pensó que podía ser intendente de La Matanza y ahora sueña con acompañar a Diego Santilli en una fórmula bonaerense, con Patricia Bullrich.
Cuando la presidenta del PRO empezó a consultar sobre algunas cuestiones puntuales, en un amplísimo grupo compuesto, en su mayoría, por diputados nacionales y legisladores provinciales afines a la ex ministra de Seguridad, la irrupción de Arietto con una propuesta personal terminó abruptamente. El administrador la eliminó como uno de los miembros del chat en WhatsApp.
Eso había pasado hacía pocos días y, de pronto, surgió la novedad. En un recoleto bar de Vicente López, donde también había miradas indiscretas y hasta pícaras, ubicadas a pocas mesas, el lunes se juntaron Horacio Rodríguez Larreta, Diego Santilli y Miguel Ángel Pichetto para presentar la incorporación de Arietto.
“Seguimos pescando en la pecera, provocando, generando rencores y no incorporando nada nuevo. Ella consiguió un contrato más importante, pero él (por el alcalde porteño) encendió más a Patricia”, consignó alguien que los conoce en profundidad.
Arietto apunta a un sector que, para el larretismo, milita activamente con Bullrich dentro de Juntos por el Cambio. “Y si saben eso, ¿por qué quieren quedarse con una copia?”, se preguntaba el mismo referente, quien no tiene ningún interés en esa disputa.
A Santilli, quien fue uno de los protagonistas del anuncio (ya que Rodríguez Larreta lo ratificó como su candidato a gobernador), la ecuación por el momento le resulta inocua, salvo que la ex miembro de la comisión directiva de Independiente se decida y empiece a transitar La Matanza, donde aún no deciden a quién darle la franquicia de la principal fuerza opositora.
Mientras iba a su domicilio en Tigre, el diputado nacional y último primer candidato de Juntos bonaerense hizo dos por uno y participó de un encuentro organizado por su aliado Gustavo Posse en el Centro Comercial de Boulogne.
HIJO DE PADRES SEPARADOS…
Cuentan quienes frecuentan las oficinas de los libertarios de la provincia de Buenos Aires en La Plata que Nahuel Sotelo, uno de los tres diputados provinciales que colocó la fuerza que encabezó José Luis Espert en la elección de noviembre, se siente "defraudado" por la pelea que se da en los medios y en las redes sociales entre los seguidores del economista bonaerense y su antiguo socio Javier Milei.
Es que los libertarios más apasionados ya empezaron a cavar una grieta entre el bonaerense y el porteño. La General Paz no alcanzó para dividir los bandos de uno y del otro, y cuestiones no resueltas en el inicio de la campaña terminaron explotando inorgánicamente en la opinión pública.
"Lo único que falta es que luego de una elección como la que hizo José Luis en provincia y Javier en CABA, tengamos dos candidatos en 2023... Parecemos la izquierda, que durante décadas se presentó dividida", se quejó Sotelo en una charla con varios periodistas que se agruparon en un pintoresco bar platense.
No obstante, hasta que la solución y la paz lleguen al elenco libertario, donde pesan más los egos que otra cosa, el legislador empieza a provocar su propio ruido y sin pedir permiso empezó a ofrecer un asesoramiento legal gratuito a las víctimas de la delincuencia.
Su primer cliente, sugestivamente, fue un vecino platense que tras haber sufrido un robo persiguió a su ladrón y lo hirió en una pierna. Si bien recién se acomoda en su despacho, un experimentado colega de otro partido ya le advirtió que tenga "cuidado con estos temas, porque las armas las carga el diablo y las descarga...".
EL DESCONFÍO, JUEGO DE CARTAS ELEGIDO
Alberto Fernández sabe que el próximo 1 de marzo se juega buena parte de su última mitad del mandato cuando haga su discurso ante la Asamblea Legislativa. No tiene nada que ver el contenido ni las negociaciones para conseguir los votos para aprobar el acuerdo con el FMI que Máximo Kirchner y varios de sus amigos y amigas pretenden rechazar.
La mayor preocupación que tendrá durante el tiempo que elija hablar radicará en observar si su vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner hace alguna mueca, aplaude con cara extraña o directamente no mueve un músculo de su rostro.
"Cualquier cosa será usada en su contra. El silencio que tuvo hasta ahora podrá tener una expresión corpórea que desate otra tormenta", alerta un conocedor de los humores de la dupla presidencial y el contenido de la tensión envasada en la intimidad.
Mientras esto sucede, ha habido rupturas y reconciliaciones efímeras y pasajeras. Todo parece durar una semana. Sergio Massa consiguió el nombramiento del economista Matías Tombolini en la empresa satelital Arsat. Es que tuvo que desplazarlo del Banco Nación porque allí tuvo que recaer el exsenador cordobés ultra K Carlos Caserio, a quien Gabriel Katopodis prefería no tener en su Ministerio. Todavía sigue extrañando a Martín Gil...
Si bien no lo expresó ni lo exteriorizó, todos se enteraron de su enojo para el primogénito de los dos presidentes. Rápidos y furiosos, un par de referentes del nonato albertismo tuvieron más de una charla con el presidente de la Cámara de Diputados. Lo tentaron con un proyecto a largo plazo, pero la paciencia no es una de las virtudes más visibles del líder del Frente Renovador.
A su vez, Máximo Kirchner y Massa, que tienen intereses comunes en varios ámbitos, y esta semana se volvieron a mostrar juntos en Chubut, empiezan a tener ciertas diferencias por sus operaciones en territorio bonaerense.
Martín Insaurralde, el jefe de gabinete de Axel Kicillof, le declaró una guerra en profundidad y algunos pactos preexistentes estallaron por el aire tras la votación que impuso que los intendentes sólo pudieran tener una reelección más.
Optimistas, pero también decididos hasta que un nuevo infortunio presidencial les haga volver a clavar el freno, Katopodis, Juan Zabaleta y Jorge Ferraressi, tres ministros que además saben de lo que se trata el Conurbano y la territorialidad, creen que habrá una chance más para no sólo relanzar el gobierno, sino un proyecto que empiece a liderar, definitivamente, el Frente de Todos.
Tienen a la Provincia de Buenos Aires como su mayor obsesión. Cualquiera puede ser candidato o armador. Los roles no les importa. Mientras tanto, orejean el tironeo cotidiano que existe en el principal territorio del país.
Algo de eso experimentó el gobernador en su reunión del miércoles con los legisladores frentetodistas de la Provincia. Preguntas, reproches y promesas de mayor comprensión y compromiso son la antesala de la presentación del 6x6, su ambicioso proyecto para "poner de pie a la Provincia de Buenos Aires" durante su mensaje a la Asamblea Legislativa de la semana próxima.
Alejandro Cancelare