No es sencillo valuar a los NFT. Podemos sostener que parte de su valor se deriva del status que posee quien los crea y de su pertenencia a una blockchain que hace que su titularidad resulte inmutable y fácilmente demostrable. Se puede decir entonces que la verificación de posesión es el driver principal del valor, pero no el único. Es que las nuevas generaciones interactúan cada vez más en el universo virtual y menos en el mundo analógico. Por otra parte, en este nuevo ecosistema las nociones de identidad digital y escases digital son cada vez más importantes. No por nada Mark Zuckerberg mencionó varias veces a los NFT en la presentación realizada semanas atrás, donde anunció el cambio de nombre de Facebook a Meta. En el metaverso, el espacio virtual que más inversiones registra en los últimos meses, se espera que los NFT cumplan un rol clave, puesto que les permitirán a sus creadores establecer un contacto directo con sus usuarios a través de la blockchain y generar identidades virtuales que contribuirán a la reputación de quienes las posean. Se piensa que, entre las aplicaciones que irán apareciendo, los NFT podrían darle a una persona la posibilidad de crear y monetizar su propia red social de seguidores sin la intervención de las actuales plataformas, como la mencionada Facebook, Instagram o TikTok, lo cual podría significar un cambio relevante en el modelo de negocios vía publicidades y otros ítems. Celebridades de la talla de Snoop Dogg, Paris Hilton, Jay Z y Lindsay Lohan ya están vendiendo sus propios NFT compuestos por música, fotos, artes visuales y más. Los precios van de los 85 mil dólares a los 6 millones. Actualmente, el ecosistema de NFTs tiene mayor grado de desarrollo en las áreas de juegos (gaming), deportes (la NBA de EEUU vende NFTs conocidos como Top Shot), arte, coleccionables y metaverso, pero todo indica que muy pronto otras industrias se sumarán a la nueva ola. |