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Volatilidad en Wall Street: por qué el tapering pone cada vez más nervioso al mercado

 

Hay una elevada correlación entre la liquidez global y las acciones. Si se inicia el Tapering y se resta liquidez, las acciones podrían quedar vulnerables a generar nuevas bajas

La expectativa de un cambio en la política monetaria de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) genera tensiones en el mercado. A esa incertidumbre se le sumaron dudas sobre un riesgo de default de la deuda de EE.UU., el rally del precio del petróleo y la crisis sin resolver de la gigante china Evergrande.

El fin de la política monetaria laxa por parte de la Fed hace que el mercado reaccione con una suba en los rendimientos y las acciones se contagien de la volatilidad en el mercado de bonos. Hay una elevada correlación entre la liquidez global y las acciones. Si se inicia el Tapering y se resta liquidez, las acciones podrían quedar vulnerables a generar nuevas bajas.

Stock Market
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La volatilidad se volvió a disparar ayer después de que las acciones caigan mas del 2% el lunes. El índice de volatilidad (VIX) pas+o de niveles de 18 a 22 puntos, es decir, subió 22% en las ultimas jornadas.

Hay una mayor tensión en el mercado financiero producto de varios frentes de incertidumbre, aunque con el foco central en la política monetaria de la Fed. A ello debe agregarse que las acciones lograron más que duplicarse desde el piso de 2020 y subieron más de un 20% este año.

FED MÁS HAWKISH

Así como la crisis del gigante chino Evergrande es un tema de preocupación, el futuro de la política monetaria de la Fed representa un tema central que impacta en los mercados. El presidente de la Fed, Jerome Powell, advirtió que el inicio de la reducción de compras de activos financieros por parte de la Fed (Tapering) podría iniciarse tan pronto como noviembre y que podría comenzar a subir la tasa el año que viene.

Por otro lado, el sendero de tasas que proyectó la Reserva Federal (Dot Plot) en su última reunión se mostró más empinada (mayores subas de tasas) hacia 2023 y 2024, respecto de lo que había planteado en la reunión de junio.

El mayor riesgo es que el inicio del Tapering le reste liquidez el mercado a nivel general y que ello impacte en las acciones. 

Justamente, si la Fed deja de comprar al mismo ritmo que el actual, los activos financieros pierden cierto grado de sustento y podrían quedar vulnerables a sufrir una baja.

Se observa que hay una elevada correlación positiva entre la liquidez global y el S&P 500 de modo que parte del dinero inyectado en el mercado va a parar a los activos financieros, los cuales terminan reflacionando.

Actualmente la tasa de interés de referencia de la Fed se encuentra en el rango de 0 a 0,25%. 

A su vez, llevó a cabo el programa de compras de activos financieros más importante de la historia, a un ritmo de u$s 120.000 millones mensuales. Eso empujó a la hoja de balance de la Fed a más que duplicarse, pasando de u$s 3,9 billones antes de la pandemia a los más de u$s 8,44 billones en la actualidad.

Gastón Sempere, estratega de Firts Mariva, puntualizó que los focos de volatilidad están centrados en cuestiones monetarias y la crisis de Evergrande.

"Powell advirtió que el retiro de estímulos monetarios (tapering) podría comenzar en noviembre, y la Fed publicó un sendero de tasas de interés más empinado para 2023 y 2024. Además, el Comité de Políticas redujo su proyección de crecimiento de 7% a 5,9% y aumentó la de inflación de 3,4% a 4,2% para 2021. Esto generó un repunte en el rendimiento de los bonos del Tesoro (UST) a diez años de 21 puntos básicos hasta 1,55% anual", comentó Sempere.

El mensaje de fondo y entrelineas por parte de la Fed es que el ciclo monetario ultra laxo está cerca de terminar.

Martín Salvo, CIO de Bind Inversiones, considera que la postura de la Fed en el último comunicado es razonable, y se intenta dar cierta tranquilidad al mercado respecto de que el organismo entiende las preocupaciones sobre la inflación.

"Si bien los indicadores de crecimiento pueden decepcionar un poco en el corto plazo, los paquetes de asistencia han funcionado y la economía global va camino a normalizarse. Entonces, es entendible que los bancos centrales retomen una postura más restrictiva prestando un poco más de atención a la dinámica de precios y algo menos a la actividad", dijo Salvo.

LAS ACCIONES SE CONTAGIAN

Cuando el mercado especula con el inicio de un ciclo de endurecimiento en la política monetaria, las tasas suelen reaccionar al alza. Las tasas suben como un anticipo a que la Fed va a comenzar a endurecer su política monetaria a partir del Tapering, es decir, la reducción de compras de activos financieros.

A ello debe sumarse un inicio cercano de un ciclo de tightening en la tasa de interés. Es decir, una suba de las tasas de referencia.

Todos los tramos de la curva soberana de EE.UU. se están desplazando al alza. El tramo corto, con los bonos a dos años, muestra un fuerte desplazamiento alcista en la última semana y operan en niveles de 0,3%, el valor más alto desde marzo de 2020.

Lo mismo ocurre con las tasas de los bonos del Tesoro a cinco años, que operan por encima del 1%, su mayor valor desde marzo de 2020. La tasa a 10 años, por su parte, vuelve a operar por encima de 1,5%, el valor más alto en tres meses.

De esta manera, cuando suben las tasas de los bonos, en realidad están cayendo el precio del mismo. 

A su vez, por cuestiones de valuaciones, las acciones de las compañías valen menos y por ende, caen. Esto se da ya sea por contagio en la caída de los bonos (por eso sube la tasa) y por menores valuaciones actuales.

Es decir, la mayor volatilidad en los bonos hace que las acciones también sufran y que por lo tanto se observe una caída en el precio de la renta variable. 

Por ello es que las acciones cayeron con fuerza, sobre todo las del sector tecnológico, el cual suele ser un sector mas vulnerable a los procesos alcistas de las tasas de interés.

¿LA HISTORIA SE REPITE?

Si bien hay expectativa de que el ciclo monetario laxo llegue a su fin, no se espera que la reversión sea agresiva. Hay cierto temor de que la experiencia del Tapering de 2013 se replique en esta ocasión, ya que, en aquella vez, los bonos mostraron una fuerte caída y arrastraron a las acciones.

Los analistas de Criteria recordaron que hacia 2013, la hoja de balance se expandía a razón de u$s 85.000 millones por mes. Pero cuando el banco central estadounidense anunció que estaba pensando en revertir la política, el mercado se resintió y la reacción fue extremadamente negativa en precios. Se desplomaron los bonos. Sin embargo, no esperan que la historia se repita.

"Creemos que va a ocurrir lo mismo con los bonos esta vez. Por un lado, la comunicación de la Fed en relación a su programa de compras ha sido muy clara, y la percepción de que el estímulo tendrá un final se discute en el mercado desde hace meses, incluso años. Por otro lado, vemos que la inflación es elevada, aunque transitoria. Por lo tanto, una perspectiva de precios en ascenso refuerza la narrativa de una Reserva Federal que reduce los estímulos mientras se reafirma la estabilidad de precios y crecimiento económico", dijeron.

Además, resaltaron que "durante este año, hemos visto señales de volatilidad a medida que la Reserva Federal daba indicios de un retiro de estímulos, pero de ningún modo esto da lugar a pensar en una venta masiva como la que ocurrió en 2013 con los bonos del Tesoro".

Por su parte, Martín Mansur, líder del área de Productos de Banca Privada de Banco Santander, sostuvo que los riesgos se relacionan con la velocidad del tapering y las potenciales sorpresas que puedan llevar a la Fed a acelerar el retiro de estímulos, o eventualmente, el alza de tasas.

"Será importante la velocidad del tapering. Esto dependerá fundamentalmente de cómo se vayan percibiendo las chances de que la inflación permanezca en un nivel elevado por un tiempo prolongado. La reciente presión en las tasas de la curva de bonos soberanos norteamericanos refleja eso. Por otro lado, la evolución de la pandemia y una mayor debilidad en la recuperación del mercado de trabajo daría algo más de tiempo a la actual posición de sesgo ultra-expansivo", puntualizó.

Dado el contexto actual, líder del área de Productos de Banca Privada de Banco Santander entiende que, por el momento, todo parecería apuntar a un proceso de normalización monetaria relativamente pausado.

"La Fed hace todo lo posible para evitar que su comunicación afecte significativamente a las valuaciones. Una mayor restrictividad en la política monetaria podría, sin embargo, derivar en una marcado re-pricing de activos. Los que más sufrirían serían las acciones con mayor duration, como las tecnológicas, que han alcanzado valuaciones históricamente elevadas, sólo parcialmente sustentadas por las expectativas de crecimiento en las ganancias", dijo Mansur.

Finalmente, Gastón Sempere, considera que, si bien la Fed estaría por comenzar con el tapering, junto a otros bancos centrales del mundo que también comenzarían a ajustar sus políticas monetarias, no cree que se trate de un ajuste abrupto, sino más bien una normalización acorde a las aperturas económicas post-pandemia.



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