Según el último dato ofocial disponible, una familia de cuatro integrantes necesita cerca de 63.000 pesos para no ser pobre y 26.677 pesos para no caer en la indigencia. De acuerdo con el reporte de la UCA, tener alguna clase de trabajo no garantiza ni siquiera ese umbral de ingresos.
Más del 27 por ciento de los trabajadores viven en hogares pobres, cuyos ingresos familiares son insuficientes para cubrir la canasta básica total y más del 4 por ciento están debajo de la línea de indigencia, es decir que no llegan a comprar la canasta básica alimentaria. Así lo revela un estudio del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la UCA.
Entre 2017 y 2020, el porcentaje de trabajadores que viven en hogares pobres creció casi 12 puntos, al pasar de 15,5 por ciento a 27,4 por ciento. En tanto, las personas ocupadas que viven en hogares indigentes más que se duplicaron en el mismo período, ya que escalaron de 1,9 por ciento a 4,4 por ciento. “Uno de los elementos que subyace a esta evolución es la fuerte reducción real de los ingresos laborales, que entre 2017 y 2020 se estima en 18,8 por ciento”, afirma el reporte.
Por otra parte, las asistencias sociales mantuvieron a muchas familias trabajadoras por encima de la línea de pobreza. De hecho, el estudio presentó una simulación donde los ocupados pobres habrían llegado a 43,3 por ciento si no hubiera existido ningún ingreso de política social.
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