El gobierno quiere aprobar esta semana la ley contra el consumo de azúcar para obligar a las alimenticias a negociar precios. La candidatura de Funes de Rioja a la presidencia de la UIA entra en crisis.
"Funes de Rioja se la pasa entretenido con la interna de la UIA y no logró meter ninguno de nuestros cambios en la ley de etiquetado", se quejó un directivo de una de las principales empresas alimenticias del país.
Es que esta semana el Gobierno quiere darle media sanción de diputados a la ley de etiquetado frontal, una norma que existe en los principales países del mundo, donde se advierte de manera visible y clara al consumidor cuando un alimento es alto en azúcar y calorías. Jugos, bebidas isotónicas y muchas otras opciones que se presentan como "saludables", son en rigor azúcar puro.Arcor no logró frenar la ley antigolosinas y ahora otras ciudades copian a Córdoba
La bronca ante el avance de una norma que creían frenada por los esfuerzos de un sector del gabinete nacional que juega en sintonía con la industria del azúcar, impactó en la cúpula de la UIA y hasta podría condicionar la próxima elección de autoridades. La excusa de ese sector es que hay que postergar la sanción de la ley hasta que Brasil no sancione una norma similar, para no dejar en desventaja a la industria local.
Pese a su título aburrido, se trata de uno de los conflictos de los más álgidos que enfrenta el Gobierno, porque la norma afecta a varias de las principales empresas del país. Desde los Blaquier, hasta Pagani de Arcor, Urquía de Aceitera General Deheza -el jarabe de maíz se usa como endulzante- y por supuesto Pérez Companc de Molinos.
Este verdadero "cartel del azúcar" ya viene golpeado por el avance de legislaciones anti golosinas en el interior del país. El intendente de Córdoba Capital, Martín Llaryora, se atrevió a enfrentar a Arcor con una ordenanza que prohíbe la exhibición de golosinas en la línea de cajas y logó sancionarla. Ahora otras ciudades empezaron a seguir su ejemplo.
La alarma es de tal magnitud que Pagani y Urquía decidieron prescindir del lobby de Funes de Rioja y esta semana se involucrarán directamente y al máximo nivel en las negociaciones. Las esquirlas del conflicto también afectaron al lobbysta de Arcor, Adrián Kaufman Brea.
La crisis amenaza incluso la coronación del abogado Funes de Rioja al frente de la UIA en los próximos días, decisión que ya estaba tomada y que ahora entró en zona de riego. No son pocos los que bajaran la idea de renovarle el mandato a Miguel Acevedo.
Para el Gobierno es además una oportunidad para ponerle una camisa de once varas al sector alimenticio que representa Funes de Rioja desde la Copal, cuando la dispara de precios se ha convertido junto a la pandemia en la principal preocupación del oficialismo.