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Ojo a la excesiva inclinación de la curva de tipos en EE.UU.: Qué esperar

 Con la aprobación del paquete de estímulos en Estados Unidos cada vez más cerca, muchos inversores se preguntan si una nueva inyección de liquidez aumentara los riesgos de inflación.

La semana pasada, Janet Yellen minimizó esta posibilidad, algo con lo que no todos los economistas están de acuerdo.

Algunos expertos destacan que la curva de tipos sigue creciendo y la diferencia entre los rendimientos de los bonos de EE.UU. a 2 y 10 años marca la mayor diferencia desde principios de 2017.

“Es más, en las cadenas de producción ya se están detectando presiones inflacionistas, algunas de las cuales ya están pasando al IPC, como se ha podido comprobar con la publicación de las tasas de inflación de enero en muchos países de la Zona Euro”, explican en Link Securities.

“Además, no estamos del todo convencidos de que la economía de EE.UU. requiera de tantos estímulos, dada la resistencia que está mostrando. Otra cosa es que los tipos de interés a largo en EE.UU. sigan subiendo como lo han venido haciendo en las últimas semanas, lo que ha llevado a la curva de tipos a alcanzar su mayor inclinación en años. Este comportamiento de las tasas de interés suele preconizar un fuerte crecimiento económico e inflación. En unos meses veremos quién tenían razón al respecto”, dicen en Link Securities.

“Si el repunte de inflación es transitorio, no debería generar cambios en las políticas monetarias en el corto plazo”, comentan en Renta 4 (MC:RTA4), que añaden que “continuará la inyección de liquidez, manteniendo/incrementando los estímulos mientras sea necesario para apuntalar la recuperación”.

En opinión de los expertos de Bankinter (MC:BKT), “en 2021 la inflación repuntará (sobre todo en EE.UU.), pero transitoriamente y no estructuralmente, de manera que ni la Fed ni el BCE se arriesgarán a hacer nada. Tenemos descontado que una parte significativa del mercado se pondrá nerviosa pensando que eso llevará a tipos más altos. Pero eso no sucederá por 2 razones: el repunte de la inflación será pasajera y los bancos centrales no se arriesgarán a hacer - ni siquiera a decir - nada que ponga en riesgo la endeble recuperación económica y/o las bolsas”.

“La Fed ya escarmentó con su frustrado ‘taper tantrum’ de 2013, el BCE lo experimentó en cabeza ajena y ninguno de los dos puede tener ganas intentar algo tan arriesgado sin argumentos bien sólidos. Y no es el caso. Ni ahora, ni a fin de año… ni siquiera en 2022. Ese repunte de la inflación y, como consecuencia, de la inseguridad del mercado, sucederá en algún momento a partir de mayo y decaerá a medida que se acerque el fin de año”, añaden en Bankinter.

Estos expertos dicen que. Si pasa esto, “forzará algunas tomas de beneficios en bolsas, sin que lleguen a ser nada serio. Pero conviene estar preparados para ello para así evitar reaccionar visceralmente en ese momento dominados por el miedo”.

“Lo que estamos convencidos es que si los tipos a largo plazo estadounidenses siguen subiendo acabarán impactando negativamente en el comportamiento de la renta variable por varios motivos: i) estos tipos se suelen usar para la valoración de las compañías cuando se utilizan métodos de descuentos de flujos de caja futuros; y ii) un fuerte repunte de las mismas encarecerá la financiación de muchas empresas en un momento en el que muchas compañías están necesitadas de acudir con asiduidad a los mercados para financiarse. Por el contrario, una curva de interés muy inclinada favorece los intereses de las entidades de crédito, cuyo negocio consiste en financiarse a corto plazo y prestar a largo, hecho por el cual el sector bancario lo ha hecho tan bien en bolsa en las últimas sesiones”, concluyen en Link Securities. 




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