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El BCRA subió las tasas de pases, pero mantiene las de Leliq y de plazos fijos

 La autoridad monetaria incrementó el rendimiento de los pases pasivos, que sube a 31% para los instrumentos a un día y a 34,5% para aquellos a una semana.


El Banco Central (BCRA) dispuso este jueves un nuevo aumento del rendimiento de los pases pasivos, que trepó a 31% para los instrumentos a un día y a 34,5% para aquellos a una semana. De esta manera, la autoridad monetaria convalidó un aumento de un punto porcentual para los primeros y de un 1,5 puntos porcentuales para los segundos. No obstante, mantendrá invariable los rendimientos de la Leliq en 36% y no modificará las tasas mínimas garantizadas para los plazos fijos.

“Hubo un ajuste menor que no pasó por Directorio porque no es necesario, no tiene que ver con política de suba de tasas sino de la armonización con las tasas en pesos del Tesoro”, indicaron desde la entidad. “Quedan pases a un día en 31% y a siete días en 34.5%. No se tocan las tasas de Plazos Fijos”, precisaron.

La entidad que preside Miguel Pesce continúa apuntalando así lo que definen como una “armonización” de sus pasivos remunerados. Cabe recordar que un mes atrás, la tasa de los pases pasivos se ubicaba en 19% y la de la Leliq llevaba seis meses plantada en 38%. Desde entonces, el BCRA elevó la Tasa Nominal Anual (TNA) de los primeros, llevándolos al 24% el 1 de octubre, al 27% una semana después, y a 30% para los pases a un día y a 33% para los pases a siete días dos semanas atrás. El rendimiento de la Leliq, por su parte, fue recortado a 37% el 8 de octubre, y a 36% hace 14 días.

El objetivo de dicha “armonización”, en definitiva, es que haya un traslado del stock de Leliq al de pases, lo que le permitiría a la autoridad monetaria reducir en forma gradual el costo cuasifiscal de la esterilización. Un segundo objetivo es que los bancos continúen reduciendo su posición en Leliq y suscriban a bonos del Tesoro dólar linked. Sin embargo, las entidades financieras por lo general califican a la deuda del Tesoro como más riesgosa que aquella que emite el BCRA.

Dentro del mercado, la coincidencia es que si bien las medidas que se vienen tomando han sido en el sentido correcto, el Gobierno no ha acertado en la dosis necesaria para generar un cambio de expectativas.

Amilcar Collante, economista de Cesur, plantea que en caso de una crisis de confianza, como la que se atraviesa en la actualidad, pueden ser más efectivas políticas de shock que de gradualismo. “Creo que en un caso de extrema desconfianza se deberían largar todas las medidas juntas, mejor exagerarlas y no quedarse corto. Es decir, me parece que hubiera sido mejor que toda esta suba de la tasa de pases se hubiera hecho de un tirón. Y si iban a subir la de los plazos fijos, también era mejor hacerlo todo de una. Lo mismo corre para el resto de las medidas que fueron tomando, como la cancelación de los adelantos transitorios del Tesoro al BCRA o la rebaja impositiva a exportaciones. Fueron todas medidas muy quirúrgicas que se tomaron en un contexto de extrema desconfianza”, explicó.

"Creo que el problema de ir subiendo sostenidamente la tasa es que no se da un horizonte, entonces uno se queda esperando que la vayan a subir más. Creo que habría que darle un ajuste importante y que sea de una sola vez, para reducir justamente esa expectativa de aumentos mayores", coincide Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina.

Pese a ello, indicó: "Toda suba de tasas es costosa. Sobre todo en lo que es bonos dólar linked y los bonos Cer. Pero son necesarios en este contexto. Lamentablemente de las crisis no se sale sin pagar costos, hoy estamos en crisis y esto es asumir un poco esa realidad. Creo que va en la dirección que el mercado quiere".

Otro de los puntos salientes de la decisión del BCRA radica en la decisión de no incrementar el rendimiento mínimo garantizado para los plazos fijos, pese a que el stock de los mismos se ha reducido en $ 80.000 millones en apenas 30 días. Si bien el stock de depósitos privados aún permanece por encima de los $ 2 billones, en las últimas semanas se observó un marcado cambio de tendencia que respondió, en parte, a la volatilidad del tipo de cambio, y también al hecho de que en septiembre las tasas mínimas garantizadas perdieron por primera vez en el año contra la inflación.




CRONISTA