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Daniel Arroyo: “El primer trimestre estaba bajando la pobreza. El segundo toca de pleno la pandemia”


 

En Perspectivas Desde Buenos Aires, entrevistado por Iván Pérez Sarmenti, el ministro de Desarrollo Social no confirma si habrá un cuarto IFE, reconoce que la pobreza es difícil de proyectar hasta fin de años por la falta de actividad económica con aperturas y cierres por casos de coronavirus y asume como primera tarea recuperar a los nuevos pobres, además del núcleo de pobreza estructural de la Argentina.

 

 

 


 


Acerca del 40,9% que dio el índice de pobreza:

“Está claro que el impacto de la pandemia ha sido importante. Nosotros tenemos tres realidades aquí. En primer lugar, los nuevos pobres: las personas que cayeron en la pobreza en el marco de la pandemia, con problemas de trabajo, de ingresos, que se quedaron sin changas. En segundo lugar, la pobreza estructural, las personas que ya venían en situación de pobreza y donde el eje central es urbanizar 4.000 barrios donde viven cuatro millones de argentinos. Y tercero la situación de los niños: 56% de pobreza en los niños de 0 a 14 años y ahí el objetivo clave que es que todos los chicos y chicas estén en sala de 3, 4 y 5 años, estén en el jardín, y arranquemos achicando la desigualdad. Ha habido mucha presencia del Estado: invertimos 420 mil millones de pesos en este tiempo, 11 millones de personas que reciben asistencia alimentaria, 9 millones de personas que reciben el IFE. Logramos amortiguar la caída pero está claro que hay una situación de pandemia y es muy evidente la nueva pobreza: personas que cayeron en la pobreza en el marco de la pandemia. La primera tarea es reconstruir, recuperar eso, por el lado del trabajo.”

 

A fines de 2019 el índice de pobreza daba 35,5%, ¿Cuál sería el número sin el aporte del Estado?

“Es difícil proyectar en estos contextos, pero es evidente que el Estado amortiguó gran parte de la caída, generó un colchón de asistencia con el Ingreso Familiar de Emergencia con $10 mil a nueve millones de personas, pagando parte de los salarios de quienes tienen trabajo en el sector privado (50% del salario a tres millones de personas), 11 millones de personas a las que nosotros asistimos alimentariamente. Hay que pensar que antes de la pandemia eran ocho millones de personas los que recibían asistencia alimentaria, hoy son 11 millones de personas. Esto ha amortiguado la situación, es difícil proyectar en un contexto donde no hubiera estado el Estado. Pero está claro que hay una fuerte presencia del Estado y que acá se trata de recuperar primero a quienes cayeron en la pobreza en el marco de la pandemia, sobre todo en sectores productivos como la construcción, la producción de alimentos, el textil, la economía del cuidado y el reciclado. En segundo lugar, la urbanización de los 4.000 barrios donde viven cuatro millones de argentinos que viven más parecido al siglo XIX que al siglo XXI: urbanizar esas 1.000 calles, espacios públicos, viviendas. Y tercero, lograr que todos los chicos y chicas que estén en salas de 3, 4 y 5 años: universalizar el jardín de infantes. Esas tres políticas van a empezar a transformar la realidad, a dar vuelta una realidad y situación social tan crítica verdaderamente.”

 

¿Puede aumentar aún más la pobreza para fin de año?

“El primer semestre, que es lo que mide el INDEC y que da 40,9% de pobreza, hay que dividirlo en dos realidades distintas. El primer trimestre estaba bajando la pobreza. Nosotros pusimos en marcha un conjunto de políticas. La tarjeta AlimentAR para 1 millón y medio de familias estaba empezando a bajar la pobreza. El segundo trimestre toca de pleno la pandemia −que es abril, mayo y junio− donde estuvo más cerrada la actividad, donde el Producto Bruto Interno cayó 19 puntos en ese trimestre, donde la desocupación llegó al 13%. El tercer trimestre, que no es lo que está midiendo el INDEC ahora y que está terminando, sin duda tiene más apertura económica. Es muy difícil proyectar en este contexto para adelante también. Hay provincias que se habían abierto mucho a la actividad, que estábamos viendo mejoras importantes, y luego cerraron producto de que aumentó la cantidad de casos de coronavirus. Es muy difícil, es un año que tenemos que ir evaluando permanentemente. Lo concreto es que el tercer trimestre hubo más apertura económica, hubo más movimiento −sobre todo en el conurbano bonaerense y en la Ciudad de Buenos Aires−, eso ha dado una cierta recuperación, un cierto rebote de la actividad económica. Tenemos que verlo permanentemente y analizar la situación casi día a día.”

 

¿Se mantendrá el IFE para evitar que los números de pobreza sigan creciendo?

“El IFE se acaba de pagar el tercer pago. Estamos evaluando permanentemente la situación. Está claro que hay un Estado presente, que se han volcado recursos. Como Ministro de Desarrollo Social, en agosto ejecuté el 140% del presupuesto que tenía para todo el año. Eso marca la prioridad que le da el presidente Alberto Fernández al comenzar por los últimos y también el nivel de deterioro. Vamos evaluando permanentemente la situación. El IFE incluye personas que son monotributistas de categorías más bajas, algunos han recuperado actividad y otros que no, y también el sector informal de la economía. Vamos evaluando permanentemente con el compromiso del gobierno nacional de acompañar permanentemente a quienes se quedaron sin ingresos, a quienes la tienen complicada, a quienes realmente la tienen difícil y han caído en la pobreza en este contexto.”

 

¿Cuál es el punto central para que los números de pobreza estructural realmente bajen?

“Tenemos un núcleo de pobreza estructural muy alto, tenemos tres generaciones excluidas: un joven que no vio a sus padres o a su abuelo trabajar. Es claro que la situación es crítica y de una pobreza estructural larga. Yo veo tres líneas de trabajo muy claras, que es lo que vamos a hacer de cambios estructurales. Primero, recuperar el trabajo: el trabajo tiene que ver con lo mano de obra intensivo, con los cinco sectores que antes planteaba, con recuperar el esquema de trabajo. Hemos generado un sistema, se llama PotenciAr Trabajo con el objetivo de crear 300 mil puestos de trabajo, ya en el corto plazo, y vincular planes sociales con trabajo o con la capacitación en oficios o con completar la escuela secundaria. En segundo lugar, la pobreza estructural que tiene que ver con la infraestructura y la vivienda: urbanizar esos 4.400 barrios donde viven 4 millones de argentinos es la tarea central. Vamos a urbanizar de a 400 barrios por año, es una tarea a diez años pero que comenzamos ya y que además es un gran plan de empleo. Y tercero el tema de los niños: universalizar el jardín de infantes. Con estas tres líneas empezamos a dar vuelta una realidad que es histórica y que es larga en la Argentina de pobreza estructural.”

 





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