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Brillo que sirve de refugio

LAS MEDIDAS de distanciamiento físico que han cerrado negocios “no esenciales” en República Dominicana y el resto del mundo sirven de plataforma para una reactivación que amerita creatividad y una gestión público- privada a toda prueba. Con las exportaciones complicándose por la contracción que experimentan los principales mercados de las empresas locales, una buena noticia brilla con fuerza en las transacciones de commodities a escala internacional: el oro.
De acuerdo con el Banco Central, las minas y canteras dominicanas se las arreglan para comercializar US$1,544.3 millones por año (a niveles de 2019) al resto del mundo, lo que comprende un 17 % de todas las exportaciones, sumadas las nacionales y las de zonas francas. Ante diversas crisis que golpean las monedas y revisan a la baja el valor de grandes empresas, el oro, un metal fuerte y versátil, se convierte en el refugio de inversionistas que procuran mantener, en la medida de lo posible, su patrimonio intacto. Esa lógica que tiene casi un mantra de ley en los sectores financieros hace del material brillante una “apuesta segura” para los especuladores de commodities, las mineras globales, los industriales y los mismos gobiernos, los cuales a menudo comunican que tienen reservas del mineral para comunicar confianza en sus bonos y medios circulantes.
En ese sentido, la nación llevó su subsuelo a nuevos niveles de productividad. El Ministerio de Energía y Minas (MEM) reporta que en 2010 el territorio solo extraía 17,000 onzas Troy de oro, pero fue cuántico el salto que ya se reportaba para 2018, de un millón de onzas Troy, ritmo al que la minería metálica se ha acostumbrado en los últimos dos años. Es que la mina Pueblo Viejo, que Barrick y Goldcorp operan en República Dominicana, produjo 1.1 millones de onzas de oro el año pasado.
La cifra la convierte en la mina de oro más grande de América Latina y la tercera en el mundo. Esas son buenas noticias en medio de la pandemia. Un rubro de primer orden en el catálogo de exportación dominicano saca la cara por el resto de los productos, lo que aliviará la tensión sobre la balanza de pagos, la prima del dólar, el tirón hacia las reservas internacionales netas.
Un refugio
El oro de inversión es un activo refugio que se utiliza como una opción segura. Por ejemplo, tuvo su pico más alto en el año 2011, coincidiendo con el estallido de la “burbuja inmobiliaria”, con un espectacular incremento de valor alcanzando unos US$1,900 la onza Troy. De esta manera triplicaba el precio que tenía en el 2004 haciendo ricos a los inversores que confiaron en él. A propósito, una onza Troy es una unidad de medida imperial británica que actualmente se emplea principalmente para medir el peso (y por ende el valor) de los metales preciosos.
Hay 32.1507466 onzas troy en un kilogramo. Desde entonces, este metal precioso ha tenido diversas fluctuaciones, pero ninguna tan importante como entonces. Aún sabiendo que la inversión en oro es una inversión a largo plazo, todos los expertos recomiendan invertir, en este dorado metal, una parte del capital para diversificar la cartera de inversiones que se pueden tener. Los factores de sus fluctuaciones suelen ser repetitivos, determinantes y muy claros. Sin embargo, no hay una regla fija ni nadie está a salvo de errores, puesto que la economía y las fluctuaciones en el mercado de valores viene determinada con lo que sucede en el mundo. De todas formas, existen indicadores que suelen dar pistas de que algo está sucediendo en la demanda de oro.
Juana Barceló
Habla sobre el alza del oro La presidenta de Barrick Pueblo Viejo, habla con Revista Mercado en el marco de nuestra serie de entrevistas Mercado Interviews, sobre la coyuntura del covid- 19. La pandemia ha sido un factor en la subida del precio del oro. “Se nos ha permitido continuar todas las operaciones, lógicamente con las medidas de protección activadas, desde el mes de febrero, pues al ser una multinacional, tuvimos tiempo para prepararnos para enfrentar esta situación.
Los últimos cuatro meses han sido meses buenos desde el punto de vista operacional, nuestras exportaciones han representado un 38 % de la totalidad de operaciones de bienes nacionales; con esta subida del precio el Estado se beneficia y puede utilizar esos fondos para recuperar las exportaciones, es un oxígeno para el país el pago de impuestos que realizamos”, subraya.
“En los primeros cuatro meses se ha pagado más de lo que estaba previsto para pagar anual, y esto es un beneficio para el Estado, en estos tiempos difíciles para los exportaciones y otros ámbitos de la economía en que no se está teniendo inversión extranjera es muy importante esta industria del oro, también para la generación de empleos y de divisas en medio de esta pandemia”, expresa Barceló. Se están haciendo los estudios para ampliar la capacidad de producción de las instalaciones.
La oferta, la demanda y la producción. La cantidad de metal que se extrae en las minas y su producción pueden hacer entender que el oro suba o baje.
El dólar estadounidense. Cuando el dólar sube el oro baja y a la inversa. Al contrario que otras inversiones, el oro no paga interés. En épocas de incertidumbres económicas, el valor del oro se comporta bien. El oro se convierte en una seria alternativa para los inversionistas cuando la moneda estadounidense baja.
Riesgo de inflación. Cuánto más riesgos de inflación existan, mayor valor y demanda tendrá este metal. Los inversionistas centrarán su ojo en él y obtendrá protagonismo porque verán recompensada su apuesta, ya que no hay mucho riesgo de que su dinero pierda valor.
Las tensiones políticas. Las situaciones geopolíticas mundiales y las tensiones o guerras comerciales entre países, pueden provocar subidas del metal precioso de manera importante. La inestabilidad política en África y Oriente Medio y la caída del petróleo también afecta al movimiento de los inversores que buscarán la estabilidad en el oro.



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