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El día que el “Tula” conoció a Perón y le advirtió sobre el potencial chino

Carlos Pascual Tula es una leyenda del folklore futbolístico de Rosario y el país. En diálogo con RADIO REALPOLITIK FM (www.realpolitik.fm), recordó numerosas anécdotas de su juventud y contó en detalle la odisea que vivió para conocer a Juan Domingo Perón. 

“Lo mas grande de mi vida fue que tuve la suerte y el honor de conocer al hombre mas grande de la historia argentina. Perón es un visionario, único en el mundo, creador de la tercera posición”, comenzó explicando el Tula, antes de hacer un repaso de lo vivido en aquellos tiempos.
EL NOMBRE DE SU HIJA
Al comienzo de la entrevista, el Tula contó los motivos que le impidieron denominar a su hija con el nombre de Eva Isabel Tula.
“Cuando nace mi hija yo quise ponerle Eva, por Eva PerónIsabel, por Isabel Perón; y Tula, que es como me llamo yo. Y cuando fue mi señora al Registro Civil estaban los militantes que le dijeron que el nombre era ‘subversivo’ y que ‘nombres políticos’ no se podían poner. Entonces no le pude poner Eva a mi hija. Estoy loco por eso”, confesó.
ERRADICAR LA VIOLENCIA DEL FÚTBOL
El “Tula” contó que, de joven, intentó llevar adelante un plan para erradicar la violencia del fútbol argentino. Aunque las cosas no marcharon según lo previsto.
“Yo estaba en la hinchada de Central. En aquel entonces había ido al mundial de Alemania 74. Para el resto del mundo los argentinos éramos unos salvajes y se sabía que el mundial 78 se iba a hacer en Argentina. Entonces, cuando yo llego allá, jugó Argentina contra Holanda. Fui el primer hincha de la historia del mundo que piso con un bombo un campeonato internacional de futbol. Jugamos contra Holanda y nos bailó, nos metió cuatro goles. Yo era tan famoso porque había salido en todos los diarios de Holanda y del mundo. Saltaban el alambrado los hinchas holandeses y venían, porque se querían sacar fotos conmigo y el bombo. Termino el partido, entonces los holandeses me llevaban en andas a mí. Yo les di la camiseta de Argentina y ellos me dieron la camiseta naranja, con un gorrito naranja. Yo hacia propaganda para que vengan los extranjeros al mundial 78”, recordó Tula
“Cuando llego a Argentina me pongo a juntar las hinchadas para terminar con la violencia. ¿Cuál era mi idea? Junté a la hinchada de San Lorenzo con la de Chacarita, con la de Racing, con la de All Boys. Empecé a juntar todas las hinchadas”, comenzó explicando. “Juega Central y San Lorenzo, en la cancha de Central, yo iba a la cancha y repartía flores. Había un comentarista de Rosario que, cuando cae el gobierno peronista, decía que yo manejaba una banda de inadaptados. Por el asunto del futbol me metí en un garrón, a nadie le conviene que esté todo tranquilo porque es un negocio para los adicionales de la policía”. 
Pero, según recuerda, el fin de su proyecto llegó con la publicación de un matutino local: “Izo la bandera de Argentina con ‘Milanesa’, el capo de la hinchada de San Lorenzo. Al otro día sale el diario La Capital de Rosario y dice: ‘Así está el país’. ‘¿Saben quién izó la bandera nacional? El Tula y el ‘Milanesa’”. 
"Yo quise hacer lo que hizo el general Juan Domingo Perón. Yo quería juntar diez hinchas de cada hinchada y en vez de que la policía cuidara el estadio, nosotros los hinchas cuidaremos el orden en la cancha. Se le acaba el negocio de la policía. Estaba loco. Pero eran otros tiempos, era todo amateur. A mí nunca me dieron un mango para ir a ningún lado, ahora es más negocio”, recordó.
EL DÍA QUE CONOCIÓ A PERÓN
El Tula cuenta que, a comienzos de los 70, “todos eran peronistas y querían conocer a Perón”, y él no era la excepción:“Yo no estoy afiliado al Partido Justicialista, nunca me afilié, nunca quise ningún cargo. Pero yo también quería conocer a Perón, imagínense que desde que fui a la cancha en el ’55, antes del partido se cantó la marcha peronista”. 
“Yo no tenía plata y busqué la manera de cómo poder viajar. Me presenté en Rosario, donde había un compañero que había agarrado el Canal 5. Siempre fui famoso, es verdad. Entonces pusieron en la televisión el bombo y decía: ‘Tula, con el bombo o sin el bombo, llega a cualquier parte’. Yo les digo que quería conocer a Juan Domingo Perón y les pedí ayuda a toda la ciudad de Rosario, sean peronista o no. ‘Porque este bombo se lo voy a regalar al general Perón. Entonces, ¿de qué forma me pueden ayudar? Firmando el parche del bombo. ¿Vos me querés ayudar? Firmá el parche del bombo y me das guita’. Y con eso me fui en un barco”. 
Luego, Tula recordó una anécdota que vivió durante el viaje: “A la mitad del mundo, en el Ecuador, siempre se hace una fiesta en el barco. Entonces justamente se hacia una fiesta ese día. Había una anunciadora francesa. El que sabía bailar, bailaba; el que sabía cantar, cantaba. Entonces yo me presento y dice la mina : “Hola, hombre del bombo que va a regalar bombo al general Perón’. Y yo desde la cubierta del barco entro cantando con el bombo la marcha peronista. Me quería matar, eran todos gorilas”, recuerda entre risas. 
Y continuó: “El barco paraba en Barcelona el 17 de octubre. El bombo yo se lo quería regalar 
el 17 de octubre al general Perón y por eso me bajé en Portugal. Sin saber idioma, nunca supe nada, ni inglés, ni portugués. Entonces me bajé en Portugal, yo tenía la dirección de un argentino que vivía ahí, que era boxeador, Enrique Fernández, que fue campeón sudamericano, que después fue masajista de Boca y ahora quedó el hijo en Boca Juniors”.
“Voy a la dirección. ‘¿Qué hacés Tula?’, me dice. Le digo que me voy a lo de Rucci. ‘Bueno, vamos’. Me lleva allá, al hotel donde estaba Rucci. Yo había hecho toda la campaña con él. José paraba con Herminio Iglesias”, añade. 
Luego, recuerda el intercambio de palabras que mantuvo con el dirigente sindical de la Unión Obrera Metalúrgica, José Ignacio Rucci: “Llego y me dice: ‘¿Qué hacés, loco?’. Todos me decían ‘loco’. ‘¿Dónde paran, loco?’, me dice. ’En ningún lado’. ‘Bueno. quédate conmigo’”. 
“Al día siguiente me tomo el metro y me bajo en Puerta de Hierro con el bombo. Una cuadra antes empiezo a tocar el bombo. A Perón lo custodiaba la guardia del mismísimo Franco. Vino la guardia y me pregunta qué hacia. ‘Vengo a regalarle el bombo a Perón en el día de la Lealtad’. Los gallegos no entendían nada. En esa época no había bombo, no había nada. Franco era bravo, no había joda”. 
“Entonces abren el portón eléctrico y aparece el ‘Brujo’ López Rega. Yo no lo conocía pero él me conocía a mí. ‘Pase hijo’, me dice. ¿Quién me estaba esperando? Perón y Rucci. Cuando lo vi a Perón me quedé boludo, se me aflojaron las piernas y quedé como taradito”, recordó el Tula
“Entonces Rucci se aviva, me agarra del hombro y me acerca hasta PerónJosé le dice al general: ‘General, este compañero hizo el sacrificio para regalarle el bombo a usted en el día de la Lealtad’. Perón, medio llorisqueando, me baja la mano y me dice: ‘Yo tenía mentas suyas’, es decir, que me conocía. Y me recibió sin audiencia”.
“El empezó a contar cosas impresionantes que son de la historia argentina y yo las escuché de él.
Una buena quedó del visionario que se llama Juan Domingo Perón. Trae un mapamundi, de esos gordos, redondos, y dice: ‘Ustedes saben que después de la ultima guerra mundial, el mundo se dividió entre norteamericanos y rusos por el pacto de Yalta. Ahí tienen el teléfono rojo del Pentagono’, dice Perón, que era cómico para hablar. ‘Cuando los norteamericanos se pasan para el lado de los rusos, los rusos le dicen: ‘Che, pelotudo, te pasaste para mi lado’. Y cuando los rusos se pasan par el lado norteamericano, estos dicen lo mismo. Pero, ojo con los chinos que son mas de 1.000 millones’, dijo Perón”, contó Tula.
Y remarcó: “No dijo ojo con Rusia o Estados Unidos. Dijo ojo con los Chinos. Mirá qué visionario”. 
EL DÍA DEL GOLPE
En otra parte de la entrevista con REALPOLITIK.FM, el Tula contó cómo fue su vínculo con el gobierno de Isabelita: “Yo hice campaña para ella. Fui el último bombo que tocó en plaza de Mayo el 23 a la noche, porque el 24 fue el golpe. Yo siempre iba al mediodía a apoyar a Isabel, solo, no me apoyaba nadie. Yo no tengo nada que ver con el partido: ‘IsabelIsabel…’, le daba ese aliento. El 23 el único que quedó acompañando a Isabelita fue Lorenzo Miguel. Hablan mucho todos, pero el que puso los huevos para que vuelva Perón a la Argentina fue el movimiento obrero”. 
Y sigue: “Era el gobierno de Isabel. Se murió Perón, yo no tenía casa, no tenía nada. Bueno, como ahora que no tengo nada. Entonces, yo vivía en un sindicato ceramista de Rosario, de Moreira. Voy ahí y de repente ese día vamos a comer cerca del hospital de Quemados de Capital Federal, con el secretario General y mi hermano que vivía también ahí en el sindicato”.
“Estábamos acostados y sentimos la marcha militar. Nos levantamos, todos en calzoncillos, y era el golpe con el comunicado de... El slogan de siempre. Yo tenía un amigo que me había quedado de la hinchada de Central y vivía en Bernal, me vino a buscar y me fui. Eso habrá sido a las 3.00 de la tarde. Me llevé el bombo. A las 5.00 vino el ejercito y lo agarró al pobre Domingo Moreira, que todavía es sindicalista, estuvo con Moyano, que se yo…”.
SOBRE EL GOBIERNO DE ALBERTO
Volviendo al presente, el Tula mostró su apoyo al gobierno de Alberto Fernández: “Yo estoy contento porque está haciendo las cosas bien, yo no quisiera estar en el lugar del pobre Fernandez, porque le tocó la mas fea”. 
Y aseguró que su tarea será levantar a la Argentina del “desastre del gobierno anterior”. Pero antes debemos superar “la primera etapa”: “Estamos con esta porquería de bicho de mierda que nos tiene cagados a todos los argentinos y al mundo”. 
Alberto está haciendo las cosas bien, cosa que le está molestando a los que no tienen la misma ideología nuestra. El enemigo, de acá y de afuera, es poderoso”, concluyó. 

(www.REALPOLITIK.com.ar)