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Daniel Gollan: “Veo difícil que se puedan hacer los viajes de egresados”




En CNN Primera Mañana, el ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, confirmó que la flexibilización en el conurbano será baja y que es necesaria la coordinación con la Ciudad y también de los intendentes entre sí. Y afirmó que el cierre de la Villa Azul fue un caso sanitario exitoso aunque hay que continuar con la detección para prevenir nuevos brotes.





Los textuales más importantes:
Sobre la flexibilización en el conurbano bonaerense:
“Ayer tuvimos la sexta reunión con 17 expertos de primer nivel con los cuales debatimos y discutimos todos estos temas para tomar las decisiones junto con el gobernador que es quien decide finalmente. Y la verdad que toda la información que tenemos, y ya pasamos de los cálculos matemáticos al sentido común también, lo que nos dice es que si los casos están aumentando de forma preocupante no hay que agregar más circulación de gente y por ende más circulación del virus. Esto es un hecho incontrastable. La segunda premisa fuerte es cortar los contactos en las áreas de alta circulación y las áreas de baja circulación. Nosotros tenemos en el interior de la provincia una gran cantidad de municipios que no han tenido casos, que pueden controlar muy bien los accesos a sus ciudades y esa es una realidad. El conurbano es una masa enorme entre Ciudad de Buenos Aires y AMBA de la provincia de Buenos Aires de 15 millones de personas, muy porosa, es imposible generar controles estrictos en los ingresos a ningún lado. Se están haciendo controles pero obviamente no es lo mismo que una ciudad que uno tiene dos accesos, cierra uno y le queda uno y ahí pone todo el sistema de control. Seria imprudente aumentar circulación de la que no puede controlarse y en eso quiero ser preciso: cuando una empresa se la habilita, pone el transporte, lo lleva, no van personas en el transporte público, se le hacen múltiples controles al entrar y salir de la empresa (fiebre, testeos, etcétera). E incluso, como va a suceder, cuando aparece algún brote o caso rápidamente se puede encapsular, como por ejemplo en la empresa Tres Arroyos, donde rápidamente cierra la empresa y los contactos, y como está todo bajo control y eso evita que pase a un foco o que se disperse. Lo importante es eso: si nosotros generamos muchas actividades que hace que mucha gente circula pero no vamos a poder controlar de donde va o hacia donde viene, eso es lo peligroso. Tenemos que seguir siendo muy duros en el conurbano, en temas de no cambiar a una fase de mayor flexibilización. Por ahí se puede hacer una sintonía finita de alguna actividad más que se pueda hacer con estos criterios de seguridad, pero no mucho más.”

Acerca de las situación en el interior de la provincia:
“En el interior va a ser bastante más la actividad que se va a poder hacer, siempre con los controles distanciamiento social, el alcohol en gel, el lavado de manos, el tapabocas, siempre manteniendo esto. Si por ejemplo se habilitaran actividades gastronómicas tienen que tener el distanciamiento entre mesa y mesa, en algunos lugares están poniendo divisiones entre las mesas para que no pueda haber contacto. Todo lo que se haga de apertura, aun en esos lugares, tiene que ser muy cuidada.”

¿Está acercándose el pico de contagio?
“Los matemáticos nos decían ayer que ojalá se acercara el pico porque si hoy estuviéramos en el pico implicaría que esta sería la cantidad máxima de casos porque luego empiezan a descender: eso es lo que define el pico. No, todavía falta lamentablemente. Tenemos que lograr todos los días el famoso R0: que si una persona contagia a 1,1 persona está creciendo. SI pasamos a 0.98 está descendiendo. Cuando el R0 esté descendiendo podemos pensar en flexibilizar más las medidas, siempre cautelosamente, para volver a la nueva normalidad, porque nadie imagina a ninguna persona viajando tranquilamente a dos meses que bajara el R0 en un crucero o matándose por ir a una cancha de futbol sin barbijo, sin protección. La nueva normalidad cuando llegue tampoco va a ser la normalidad, por un tiempo. Lo vemos en países europeos donde la gente sigue transitando con barbijos, no va a los lugares turísticos, no sale.”

¿La nueva normalidad sería al final del invierno? ¿Podrán hacerse viajes de egresados?
“En particular lo veo difícil: chicos viajando en colectivo muchas horas, llegando a lugares donde no hay casos. Yo lo veo medio complicado, así como también veo complicado grandes concentraciones como canchas de fútbol, lugares cerrados como boliches, confiterías bailables, Eso va a ser de lo último que se vaya habilitando y cuando los casos estén en un nivel bajísimo.”

Los cambios de la Ciudad, como nuevos comercios, ¿generan problemas a la provincia?
“Todo lo que hace la Ciudad infiere sobre la Provincia y viceversa. Y todo lo que hace La Matanza infiere sobre el partido de al lado, el de Merlo, el de Moreno. Esto es un conglomerado, porque cuando uno abre un negocio en un lugar se desplazan trabajadores de otro lado, no son todos del mismo lugar. Por eso decía yo de una sintonía muy finita, planteando severamente que si algo se abre tiene que ser exclusivamente con trabajadores del lugar, inclusive con los propios dueños. Eso si es controlable es una situación. Y también ver que tampoco viajen los compradores a larga distancia. Se propician estas medidas que quienes van a comprar lo hagan en el ejido de su barrio. Lo que se trata es ver hasta donde se puede controlar eso en una jurisdicción. Porque lo nosotros estamos haciendo hacia el interior de la provincia también. Muchos intendentes dicen estoy un poco mejor. Fíjese ayer el intendente de Olavarría incluso hizo una encuesta, diciendo hay que abrir todo y a la tarde le caen cuatro casos de Covid y mandó a cerrar. Hay que hacerlo todos en conjunto, trabajar en conjunto. Con los expertos estuvieron intendentes de todos los partidos, hablaron los referentes de la oposición, del oficialismo. La consigna es trabajar en conjunto y que las decisiones de un intendente no tienen que entrar en contradicción franca con el intendente de al lado.”

La situación en los barrios vulnerables:
“En los barrios vulnerables, un 16% de los casos son de los barrios vulnerables todavía. Y recalco la palabra todavía enormemente, porque la mayor parte de nuestros casos están en sectores de clase media, baja y alta, todavía. Tuvimos el foco que fue brote, y por esto tuvimos que actuar tan rotundamente, en Villa Azul. Itatí, que está pegadita, los casos mayoritarios se dieron en los que está pegados a Villa Azul, después el resto está bastante bien. Y ahora este pequeño foco en este pequeño barrio, que en realidad se circunscriba a 220 personas de una zona del barrio que es como un choricito largo de 250 metros a lo largo de las vías, que es muy controlable, y en conjunto con los vecinos lo estamos controlando. De lo que se trata es de ir haciendo este esfuerzo extraordinario de cuando vemos que se disparan casos actuar rápido: ir más rápido que el virus. No lo estamos logrando porque si no estaríamos bajando al R0. Pero lo estamos controlando bastante. Hoy terminamos de hacer 100 mil con Programa Detectar y la cantidad de casos que encontramos fueron 600 y pico. La mitad son de brotes grandes como Villa Azul, que son casi 300, y los de Itatí; el resto son perdigones de escopeta, encontramos casos dispersos en distintas manzanas pero no brotes de un solo lugar. Tampoco eso nos tranquiliza, porque cualquiera de esos perdigoncitos, si no los atajamos a tiempo −y que los tenemos mapeados y se los va a visitar permanentemente−, cualquiera si llegamos dos o tres días tarde, ahí se agranda.”

¿Qué sucede con otros barrios más grandes imposibles de cerrar?
“Tenemos tres hipótesis de trabajo. La más dura cuando encontramos casos que sean abarcables y que sean muchísimos casos en un día: se trabajan con la comunidad. Ayer estuve recorriendo, hablando con los vecinos personalmente: todos estaban agradecidos, todos estaban de acuerdo con que los cuidáramos. Vamos aprendiendo de cada operativo. Pero lo que sí puedo decir es que si nosotros no hubiésemos hecho lo que hicimos en Villa Azul hoy tendríamos un desastre en el barrio de al lado que es muchísimo más grande más grande. Se hizo y se hizo bien, estamos aprendiendo. Hay cosas que después las podemos ajustar pero fue un operativo sanitariamente muy exitoso. ¿Está ganada la batalla ahí? No, porque en diez días pueden aparecer otros brotes si no seguimos trabajando intensamente y detectando rápidamente cuando se produzcan. En ningún momento el tema del poner un cerco sanitario implica un gueto. Es lo mismo que hacemos en los geriátrico, en una institución sanitaria. El concepto es el mismo: es como una cuarentena comunitaria que hay que trabajarla y consensuarla muchísimo con la propia comunidad.”





CNN