En diálogo con Nacho Girón en CNN Primera Mañana, el ex canciller y actual embajador en Chile Rafael Bielsa, habló sobre cómo será la apertura de las fronteras, elogió el sistema chileno de análisis de resultados por territorios, alertó sobre la situación de Brasil y las actitudes de Trump y coincidió con Bachelet en la necesidad de nuevos liderazgos.
Los textuales más importantes:
¿Tiene que preocuparse Argentina cuando se abran las fronteras teniendo en cuenta lo que sucede en Brasil y Chile?
“Tenemos que preocuparnos porque son dos países hermanos, dos países entrañables y está la muerte de por medio. Respecto de cómo va a ser el mapa sanitario, usando la misma metáfora de los movimientos de placas tectónicas, Chile tiene un sistema que es muy interesante, independientemente del análisis de los resultados, que es dividir el territorio en unidades cada vez más pequeñas y, dentro de esas unidades, hacer capas de información vinculadas con cuánta gente vive por metro cuadrado, cuál es el ingreso que tiene esa gente, cuáles son las condiciones sanitarias en cuanto a agua, cloacas, etcétera. Y allí establecer lugares de riesgo patentes. Me parece que es una buena enseñanza de la experiencia chilena. Y me parece que nuestras fronteras, nuestros pasos fronterizos, debería estar un poco alumbrado en ese sentido. Va a haber algunos pasos que van a ser más complicados, otros que van a ser menos complicados. Básicamente si algo ya sabemos es que las aglomeraciones son malas, que la venida de personas de zonas que no conocemos son peligrosas, que va a haber protocolos de sanitización. Recién estaba leyendo en un diario chileno unos trabajos que están haciendo sobre el uso de la luz ultravioleta para sanitizar. Me parece que vamos a tener que resolverlo de esa manera. A mí me aflige mucho más la situación de Brasil que la situación de Chile, porque me parece que la situación de Chile el problema es la capacidad del sistema de salud para poder absorber la cantidad de demandas que tiene, pero no la falta de conocimiento de la gravedad de la pandemia. En el caso de Brasil, le tocan la oreja al virus, diríamos en Argentina.”
Cómo ve la situación chilena:
“Yo todavía no fui a Santiago porque el día antes del vuelo humanitario el presidente me pidió una gestión personal de la que me tenía que ocupar, entonces estoy aquí y no ha vuelto a haber un vuelo humanitario, lo cual no es un obstáculo porque tres días antes de ese vuelo yo iba a irme en auto, lo postergué porque apareció este vuelo y luego lo postergué por el pedido del presidente. Pero por supuesto estoy en total contacto con el personal de la embajada y también estoy en contacto con algunos de los cónsules que tenemos. La frontera con Chile es una de las fronteras más largas que existen en el mundo, tenemos 1300 kilómetros casi de fronteras y es la más larga que tiene la Argentina, con lo cual tenemos muchos consulados, seis a lo largo de todo Chile contando el de Santiago y estoy en permanente contacto y sigo las vicisitudes del país. Estoy también en contacto con el embajador chileno en Argentina, que es un excelente colega el embajador Monckeberg, con quien hace pocos días por iniciativa de él hicimos un coloquio con especialistas en la pandemia −dos chilenos, dos argentinos− que fue sumamente enriquecedor, y donde los especialistas pudieron ponerse de acuerdo en muchas cosas. De manera que es como si estuviera cursando mi cuarentena de los 14 días en Santiago de Chile.”
La lectura que hace sobre el coronavirus y lo que está sucediendo:
“Me parece que no es una situación nueva para la humanidad, ya ha sucedido en otras ocasiones. Creo que la última ocasión en la que hubo un cambio sistémico fue con la caída del Muro de Berlín. Y a partir de allí, en función de distintas crisis que todos recordamos −efecto Tequila, las hipotecas sub prime− hubo una enorme cantidad de cuestiones donde el sistema se emparchó, o se recicló o se reinventó. A mí me parece que hoy hay cuatro características en el sistema capitalista occidental que tienen fatiga de material. Una es la inusitada e insostenible concentración de la riqueza. La segunda, por la vía de las compras y las absorciones, es la globalización en pocas manos: hay cinco empresas en Estados Unidos, básicamente empresas vinculadas con redes sociales y con manejo de datos que tienen PBI muchísimo más grande que muchos países. En tercer lugar me parece que la financiarización del funcionamiento económico: ayer leí un trabajo matemático que establece que el circulante en valor financiero en Estados Unidos es 5.6 veces mayor que el PBI de Estados Unidos anual contado en bienes y servicios. Entonces hay mucha más riqueza financiera, entre comillas, que la riqueza real, material. Y en cuarto lugar me parece que hay una situación de laceración que le hemos infligido a nuestra casa común, al mundo, al planeta tierra, que tiene consecuencias impensadas. También leí hace unos días un trabajo muy interesante −vamos a ver si se valida científicamente− de cómo la depredación al medio ambiente puede haber sido un elemento que jugó en la aparición del coronavirus y de otros virus anteriores. De manera tal que me parece que así no se puede seguir adelante. Y también creo que las cabezas que nos trajeron hasta acá no son las cabezas que nos pueden sacar de donde estamos. Por eso la expresidenta de Chile, actual funcionaria de Naciones Unidas Michelle Bachelet, hizo una apelación muy enfática hacia la aparición de nuevos liderazgos. Creo que allí estamos, discutiendo un poco estas cosas”.
Cómo se imagina el futuro, la pospandemia:
“Me parece que los cambios van a ser como esos cambios que se reacomodan las placas tectónicas, no van a ser esos cambios con giros copernicanos, no va a haber un desenlace como puede haber sido la Conferencia de Yalta para el conflicto de la Segunda Guerra Mundial. Me parece que esos movimientos de esas placas tectónicas van a ir trayendo consecuencias en un mundo que está absolutamente encadenados en todos sus elementos. Entonces me parece que van a haber reposicionamientos relativos. Vamos a ver qué pasa con el proyecto de la Unión Europea, que es un proyecto que yo valido, que a mí me gusta mucho esa especie de mancomunidad multilateral. Vamos a ver si los afanes del presidente Trump prevalecen o son superados por la realidad de otra manera. Vamos a ver cómo nuestras poblaciones soportan o no un hecho que es evidente: la posibilidad de trackear su celular hoy forma parte de cualquier programa moderno de combate al coronavirus. Al mismo tiempo tiene una explicación y tiene una aceptación en medio de una peste, ¿pero qué va a pasar con esa intromisión en la esfera de la comunidad cuando esto pase? Yo creo que es muy importante no tanto responder las preguntas sino elegir qué preguntas nos hacemos porque si nos hacemos preguntas tontas las respuestas no van a servir para nada. “
Sobre la apertura de las fronteras:
“A mí me parece que más que un tema de política exterior, aunque a veces lo sanitario se mezcla con la política exterior, es un tema donde los criterios sanitarios deben primar. Me refiero concretamente a la decisión de ayer del presidente Trump de impedir la entrada de ciudadanos brasileños, no el comercio pero sí el tránsito de personas, de manera unilateral, de manera no conversada, no negociada. Me parece que esa modalidad es la que hay que evitar a toda costa. Me parece que va a ser imposible que eludamos un control diferente de los pasos fronterizos de los que había antes de la pandemia. Las fronteras no se van a abrir de esa manera, no va a haber esa circulación que conocimos, para dar un ejemplo, en Puerto Iguazú y en Foz do Iguaçu o en el Paso Cristo Redentor. Eso no va a volver por muchísimo tiempo. Pero tampoco me parece que sea aconsejable una medida unilateral y abrupta porque sí eso tiene consecuencias muy dolorosas en materia de política exterior.”
CNN