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Prosigue el reguero de pérdidas de IAG (MC:ICAG), que se desploma a esta hora más de un 8% con motivo del cúmulo de noticias negativas que está recibiendo la compañía hoy lunes.
A la noticia de que Reino Unido obligará a todos los turistas que lleguen de fuera a mantener una cuarentena de dos semanas a partir del 1 de junio, dentro de su plan de reapertura, se suman otros comentarios negativos recibidos por varios analistas y agencias, que provocan que la aerolínea siga acumulando caídas anuales que ya ascienden a más del 70%.
El País informaba esta mañana de que las agencias de rating se apresuran en modificar sus calificaciones para poder reconocer, tras esta crisis, qué empresas son las más solventes y cuales atravesarán serias dificultades en cuanto a su deuda. Así, mientras Moody’s tiene ya en la peor calificación posible a Delta Airlines (NYSE:DAL) o Lufthansa (DE:LHAG), para S&P Ratings están al borde del precipicio Abertis (MC:ABE) y, dado el historial reciente, IAG.
No es la única del sector que sufre este comportamiento en bolsa. Compañías del sector como EasyJet también se han visto golpeadas por la noticia de Reino Unido, cediendo más de un 7% a esta hora.
Todo ello cuando Nadia Calviño, ministra de Finanzas española, ha asegurado a Bloomberg TV que siguen pendientes de la respuesta europea a la crisis de las aerolíneas que ha provocado el coronavirus. Teme que alguna de estas compañías pueda terminar quebrando si no se aplican medidas a tiempo.
Los analistas no lo ven nada claro
Los expertos de Barclays (LON:BARC) han rebajado un 11% sus perspectivas sobre el grupo, mientras que Credit Suisse (SIX:CSGN) ha hecho lo propio con un descuento del 20%. Recordemos que IAG, además, ya recibió con caídas la semana pasada el anuncio de sus resultados, cuando anunció unas pérdidas de 1.683 millones de euros en el primer trimestre del año.
Pese a que ven fortaleza en los balances de la compañía, el banco suizo afirma que el tráfico aéreo del grupo bajará un 95% en el segundo trimestre del año y un 70% en el tercero, provocando unas pérdidas operativas que podrían alcanzar los 4.000 millones de euros.
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