Poco a poco, sin grandes alardes, los países europeos están logrando aplanar la curva de contagios y fallecimientos. La leve mejoría y los calamitosos efectos de mantener cerrada la economía en el largo plazo han motivado que todos los gobiernos anuncien o se planteen levantar sus confinamientos. ¿El fin de la crisis? Es probable que no. Si nos fijamos en lo sucedido en pandemias anteriores, aún tenemos rebrotes por delante.
Tres ejemplos. Recopilados aquí por @SergioEfe: el SARS, la gripe aviar y la gripe española. Todos los brotes tempranos terminaron. Al cabo de las semanas, cuando las medidas se relajaron o las condiciones ambientales empeoraron, regresaron, en ocasiones con la misma virulencia. Es algo de lo que expertos y científicos llevan advirtiendo cierto tiempo. Aunque detengamos al Covid ahora, queda mucho por delante.
A qué nos enfrentamos. Lo desarrollan con más detalle dos investigadores en The Lancet: un levantamiento temprano de las restricciones podría relanzar la tasa de transmisión (el ya célebre número R0). Partiendo de Hubei, explican: "Relajar las intervenciones (resultando en un R>1) cuando el tamaño de la epidemia es aún pequeño podría incrementar el conteo de casos acumulativos exponencialmente (...) Incluso si medidas agresivas pudieran reducir la prevalencia de la enfermedad".
O lo que es lo mismo, cuando levantemos la persiana, la segunda ola estará esperando.
Referencias. En 2008, un grupo de científicos canadienses analizó qué había sucedido en Toronto durante la epidemia del SARS. Los primeros casos se notificaron en febrero, y la pandemia se dio por controlada y extinguida a principios de mayo. Cuando se relajaron las medidas y las precauciones, el SARS volvió. La enfermedad afectó especialmente a los centros hospitalarios, pero su comportamiento fue indicativo:
Lo que se interpretó como el fin del brote de SARS en Toronto llevó al Centro Provincial de Operaciones a permitir un uso más relajado de las precauciones destinadas a controlar los contagios durante el inicio de la Fase 2 del brote. Estas relajación de las precauciones fueron temporalmente asociadas a la transmisión intrahospitalaria de SARS entre el personal médico, otros pacientes y visitantes.