Nueva encuesta Zuban Córdoba sobre el comportamiento y expectativas en tiempos de coronavirus COVID-19. Un recorte interesante: cuando a los internautas se les preguntó "¿Con qué sentimiento definiría a la sociedad argentina hoy?", el 36% eligió la opción Solidaria pero 29,1% prefirió Egoísta. Apenas 16,3% eligió Unida y 15,2% prefirió Agrietada. En cuanto a la ampliación de la cuarentena o no, el debate va a intensificarse. Aquí se reproducen partes del debate que ocurre hoy día en Europa.
La consultora Zuban Córdoba reconfirmó el apoyo amplio de la población a la gestión de Alberto Fernández en relación a la pandemia provocada por el COVID-19.
La opinión pública consultada vía internet apoya también la cancelación de los vuelos de repatriación.
Esto sucede porque la mayoría absoluta de la población prioriza la defensa de su salud.
Hay un amplio apoyo, aunque algo menor, a las medidas económicas ordenadas por el presidente Fernández.
Casi la mitad de quienes realizan el aislamiento afirma que ha mejorado los vínculos familiares y el aumento de la conflictividad familiar luce bajo.
Sin embargo, la propia consultora recuerda que ha ocurrido un incremento en las denuncias de violencia familiar, por lo cual el dato tomado voluntariamente entre internautas merece cuidado.
Hay una mayoría de internautas que anticipan dificultades económicas personales tanto hoy día como al final de la cuarentena.
Un dato muy interesante es que igual proporción avala que, en el marco de la pandemia y si así lo considerase necesario, las autoridades estatizaran el servicio de salud.
Encuesta sobre Coronavirus en la Argentina by Urgente24 on Scribd
El debate es muy importante hoy día acerca de postergar o ampliar la cuarentena.
Muchos consideran que o es innecesario o es peligroso.
La Administración Fernández considera prorrogar el aislamiento pero se han escuchado opiniones contrarias.
Para conocer la profundidad de los conceptos de quienes reclaman priorizar la economía, vale la pena leer fragmentos de Javier Aymat en el blog La Matrix Holográfica, intentó profundizar el debate en España:
"Todos los datos y referencias están contrastados en las fuentes que pongo más abajo.
Wolfgang Wodarg, reputado epidemiólogo y expresidente de la Comisión de la Salud del Consejo de Europa, Manuel Elkin, descubridor de la vacuna contra la malaria y Pablo Goldsmith, prestigioso virólogo, entre otros muchos científicos, cuestionan la ola de pánico creada en torno al coronavirus y las medidas desproporcionadas y contraproducentes que se están tomando en países como España. Mientras, los medios siguen ignorando por completo estas voces, demasiado preocupados en el conteo de personas enfermas y fallecidas por un virus que parece ser el enemigo perfecto.
Wolfgang Wodarg, reputado epidemiólogo y expresidente de la Comisión de la Salud del Consejo de Europa, Manuel Elkin, descubridor de la vacuna contra la malaria y Pablo Goldsmith, prestigioso virólogo, entre otros muchos científicos, cuestionan la ola de pánico creada en torno al coronavirus y las medidas desproporcionadas y contraproducentes que se están tomando en países como España. Mientras, los medios siguen ignorando por completo estas voces, demasiado preocupados en el conteo de personas enfermas y fallecidas por un virus que parece ser el enemigo perfecto.
A estas alturas supongo que ya más de uno se habrá hecho la siguiente pregunta: ¿Cómo pudimos sobrevivir el año pasado a 525.300 enfermos de gripe frente a 25.000 de coronavirus y 6.300 muertes (de gripe) frente a 1.350 muertes (de coronavirus) sin paralizar el país? ¿Y cómo lo sobrellevamos en 2018 que hubo 800.000 casos de gripe y 15.000 muertes?
La media viene a ser 17 muertos al día el año pasado (41 muertos al día en 2018). Aunque realmente dividir y enfrentar ambos virus no es realmente correcto, ya que, tal y como ha manifestado el epidemiólogo Wolfgang Wodarg, el coronavirus siempre ha formado parte de la gripe.
Lo que ocurre es que esta vez se aisló una variante de coronavirus concreta para luego hacer un conteo de sus efectos, las personas enfermas y las muertas.
Así que la pregunta sería: ¿Cómo podemos hablar de un virus más mortífero y contagioso que la gripe si el año pasado llevábamos más casos y más muertes debido a la gripe estacional?
(...) Este nuevo virus parece tener una tendencia a provocar neumonía y ser más contagioso. Sin embargo, en enero de 2018 aumentó la mortalidad de la gripe en un 77% registrando, del 15 al 21 de enero, 121 fallecidos en una sola semana. ¿Fue un colapso mundial? ¿O Simplemente se habló en 2018 de una gripe con mayor virulencia?
El problema que tiene la Organización Mundial de la Salud (OMS) con Wodarg es que es considerado un experto mundial en la materia y, además, ha formado parte del Bundestag. De hecho, el epidemiólogo ya ha solicitado un comité de investigación en el parlamento, ya que, según él, está ocurriendo lo mismo que con la gripe A. Un caso que él mismo denunció en 2009 y que terminó con una investigación en el Consejo de Europa.
El parlamentario socialista británico Paul Flynn, autor del informe sobre la denuncia que Wodarg hizo en 2009 sobre la gripe A, concluyó que “la declaración de pandemia ha sido irracional y ha hecho ganar miles de millones de euros a la industria farmacéutica”.
En esa misma línea se manifiesta el argentino afincado en París, Pablo Goldsmtih, virólogo, bioquímico, farmacéutico, psicólogo y una infinidad de especialidades más, aparte de voluntario de la OMS para un gran número de misiones humanitarias.
“Nuestro planeta es víctima de un nuevo fenómeno sociológico, el acoso científico-mediático” ha denunciado con vehemencia el virólogo. Goldsmith también denuncia que el pánico que se está generando en torno a la cepa de coronavirus identificado en China (COVID-19) es tan injustificado como el que se creó en 2003 con el síndrome respiratorio agudo grave (SARS) o en 2009 con el virus de la gripe A.
Manuel Elkin, inmunólogo creador de la vacuna de la malaria, apunta que “estamos entrando en un juego mediático sin sentido”. Advierte también que hay que tener los ojos bien abiertos pero sin entrar en pánico ni en medidas extremas y contraproducentes.
Elkin ha declarado que lo lógico es asilar exclusivamente los casos de contagio y hacer un estudio de los allegados al infectado. Con eso es suficiente, declara, y considera un enorme error el aislamiento de personas y ciudades; “Muchos científicos en el mundo no lo vemos lógico. Hay muchas voces de protesta que manifiestan que hay que tener cuidado con el virus, no se puede ignorar, pero no instalar un sistema de histeria colectiva como el que hay”.
También Vageesh Jain, profesor de Salud Pública en el University College de Londres, se plantea muy seriamente la conveniencia de “un escenario de apocalipsis zombi que no ayuda en la coordinación operativa de actividades complejas de salud pública”.
Y también añade que un bloque de estas características “no solo es superfluo, sino que también introduce nuevos problemas. La primera semana de cuarentena ha conducido a hospitales abarrotados, escasez de alimentos y economías estancadas”.
Estas voces, junto a otras crecientes del mundo de la ciencia y la medicina, siguen poniendo en duda la validez del pánico que provocan estas medidas extremas contra la libertad de la ciudadanía.
(...) ¿Qué hubiera ocurrido si el año pasado los medios hubieran hecho un conteo de los 6.300 muertos de gripe? ¿Y los 15.000 de la anterior?
En la primera semana de febrero del año pasado contábamos 150.000 casos de gripe estacional, frente a los 20.000 de coronavirus. Hay que recordar que, aunque no fue noticia de alarma, la gripe de hace dos años fue tan virulenta en esas fechas que la mortalidad rondaba el 10% de los ingresados.
Por lo tanto, esta frase continua de los medios de todo tipo de «el coronavirus está colapsando los hospitales» es muy cuestionable.
Es evidente lo difícil que es que haya medios sanitarios para atender un virus de esta envergadura. Pero muchos expertos como es el caso de Andreu Segura, expresidente de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria, opina que “las consecuencias negativas de tales procederes no se limitan a las derivadas de las injerencias e interferencias en el trabajo, la economía y la vida cotidiana de las personas, sino que distraen el funcionamiento habitual de los servicios públicos, incluidos los sanitarios, que se someten a un estrés innecesario, como ocurrió durante la pasada pandemia gripal”.
(...) El epidemiólogo Manuel Elkin se queda muy asombrado cuando algunos políticos dicen que del 70% al 80% de la población se verá afectada “no sé a quién consultará [Boris Johnson] cuando dice eso pero me extraña porque Londres tiene excelentes expertos en enfermedades infecciosas”.
Y aclara que ser contagiado depende de tres factores; “la causa externa, el virus en este caso, el medio ambiente y, sobre todo, el componente genético de cada persona”. Que coincidan los tres factores en un tanto por ciento tan alto, según el Elkin, es imposible.
De ahí que las cadenas de contagio que se dedican a multiplicar por doquier no sean para nada exactas.
Esto, que cada vez denuncian más virólogos y especialistas, sería un motivo de tranquilidad. Pero la calma no vende mascarillas ni llena supermercados ni provoca un gasto en vacunas desmesurado. Como primer indicio de este hecho, 810€ han llegado a cobrar en un hospital privado madrileño Ruber Internacional por una prueba para detectar coronavirus.
Aludiendo a lo más básico, en Ginebra ahora mismo el precio de las mascarillas es de 400 euros por un pack de 20 unidades (indivisible, por supuesto). La producción de mascarillas ha subido un 8.000%. Así que, a partir de ahí, a multiplicar.
Que quede claro que no pongo en duda el trabajo de los sanitarios (al revés, están siendo víctimas de la histeria colectiva y del propio virus), pongo en duda la negligencia de crear un estado de alarma que no está acorde con el riesgo.
Resulta muy curioso que cuando Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS anunció el estado de alarma, declarara también: «Nuestro mayor enemigo en este momento no es el virus en sí mismo sino el miedo, los rumores y el estigma». Sin embargo, pese al pánico creciente, días después lo declararon pandemia global. ¿Con qué criterio? (...)
A partir de ahí, según Wodarg, los gobiernos consultaron a sus expertos que, a su vez, consultaron a los expertos que iniciaron la alarma. “Los gobernantes han sido seducidos por científicos que quieren formar parte de esto, que quieren dinero para sus instituciones y otros que proponen aplicaciones, estudios, programas” y, añade con ironía, “muchas ganas de ayudar y ganar relevancia”.
Goldsmith es de la misma opinión: “Se fueron replicando comunicados emitidos desde China y Ginebra, sin que se los confronte desde un punto de vista crítico y, sobre todo, sin subrayar que los coronavirus siempre han infectado a los humanos y siempre provocaron diarreas y lo que la gente llama resfrío banal o resfrío común”.
El doctor en Medicina Darren Schulte, CEO de la compañía de análisis Apixio, también ha manifestado que “la reacción de los medios y de muchos gobiernos va a producir más daño a las sociedades de todo el mundo que el propio virus. Un perjuicio que se extenderá además durante muchos años.”
En ese sentido, Schulte está seguro de que la recesión económica, la pérdida de empleos, el endeudamiento de familias y empresas… y ya, directamente, los venideros recortes en sanidad “incrementarán el número de enfermedades evitables y de muertes por un periodo de tiempo mucho más largo”.
Recuerda también que en el mundo mueren entre 300.000 y 650.000 personas por gripe mientras la gente va libremente en transporte, va a los pubs, se celebran acontecimientos multitudinarios… Es cierto, recuerda, que el Covid 19 no tiene vacuna pero debemos encontrar “un equilibrio entre la salud pública y la seguridad y las consecuencias de interrumpir la vida diaria”. (...)".
urgente24